Floresta:
nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288
Los
hornos de ladrillo
La fuente de
trabajo más importante que poseía el barrio en su primera etapa fue la
fabricación de ladrillos. La gran mayoría de los primeros habitantes de
la zona trabajaron, en alguna etapa de su vida, en los hornos.
Éstos se encontraban asentados sobre los terrenos de Rocca, entre
las calles Segurola y Bahía Blanca y desde Gaona hasta Alvarez Jonte.
.
Pisadero del horno
de ladrillos. Flia. Ghibaudi
Tuvieron una
incidencia fundamental en el asentamiento de la población en el lugar.
Esta zona era poco favorable, ya que estaba incomunicada del resto de la
ciudad por el curso del arroyo Maldonado.
Foto Archivo General de
la Nación, Dpto Fotográfico
El camino de Gaona y Alvarez
Jonte fue, durante muchos años, una ruta de pesadas carretas y
chatas que transportaban grandes cantidades de ladrillos, los que eran
elaborados en los hornos de la zona, los que a su vez se alimentaban con
los abundantes montes de leña.
Para
el año 1913 las propietarios de hornos de ladrillos y su ubicación era
la siguiente:
Segurola e
Indio (Elpidio González)
Esteban Guassotti y
Cia.
Vicente Lucianio y Cia.
Luis Posca y Cia.
Segurola al
1100
David Ghibaudi
Segurola al
1300
Delfino,
Damonte y Mounza
Segurola y
Médanos (Agustín García)
M. Marcucci
y Luciani Hnos
E. Marcucci e Hijo
Marceletti
San Matías
(Alejandro Magariños Cervantes) entre Segurola y B. Blanca
Juan
Brambilla y Cia.
E. Palestro
J. Barberis y Cia.
A. Farina, Magnaghi, J. Fontana y Cia.
Segurola y San
Martías (Alejandro Magariños Cervantes)
Esteban
Podestá
Bahía Blanca y
San Blas
P. Ascacibar,
O. Conti y Cia.
Indio 4022 (Elpidio
Gonzalez)
Demoni,
Cavallari y Cia.
San Julián
(Cesar Díaz) y Moctezuma
Corradini
Hnos y Nebbia
Monte Dinero
(Luis Beláustegui) y Bahía Blanca
E.
Cademartori
Camarones y
Bahía Blanca
Juan Ghibaudi
Indio (Elpidio
González) y Bermúdez
S. A. de
Trabajo, Producción y Consumo
Cuando
soplaba el viento del oeste, el característico olor de tierra quemada se
expandía por Floresta y Flores. Los hornos finalmente fueron
desactivados por la protesta de los vecinos, quienes se quejaron del
humo, de los olores y de la invasión de caballos sueltos que trabajaban
en los "pasaderos" de las quintas y predios baldíos.
Hacia 1929-1930 sólo se mantenían en actividad en el barrio dos o tres
de ellos. En1931 el intendente de Buenos Aires obligó a que se
trasladaran a la provincia.