LOS VECINOS SE
PREGUNTAN
¿Qué pasa con
la Plaza Vélez Sársfield?
30/03/2006
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Desde hace meses que se
encuentra cercada debido a trabajos de remodelación que
parecen estar siempre a punto de concluir. La reja, que desde
el comienzo fue resistida por la mayoría de los vecinos,
persigue ahora un fin absurdo: impedir el uso de ese espacio
público. ¿Hasta cuando se mantendrá esta situación?. Parece
que nadie es capaz de arriesgar una fecha tentativa para su
posible reapertura. A no perder las esperanzas, el flamante
Jefe de Gobierno manifestó en su discurso de asunción que
creció en el barrio de Floresta. Sería bueno que nos regalara
su presencia en la ceremonia de reapertura. ¿Que tal si fuera
para el 1º de mayo como parte de los festejos por el día del
trabajo?.
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La Plaza Vélez
Sarsfield es uno de los símbolos que identifica al barrio de
Floresta. En su entorno crecen árboles centenarios, y el
emblema que nos identifica se exhibe en sus veredas. ¿Cómo
puede ser entonces que se mantenga cerrada desde hace meses
sin que nadie atine a dar una fecha para su reapertura?
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La plaza surgió casi al mismo tiempo que
el barrio. Apenas unas décadas después que La Porteña llegara
a la estación Floresta el propósito de crear la primera plaza
pública local estaba en marcha.
Hacia 1880 Alfredo Encina desempeñó el
primer cargo local como inspector municipal, siendo el autor
del primitivo trazado y delineación del solar destinado para
la construcción de la que resultaría ser nuestra primera
plaza. El nombre adoptado fue el de "La Floresta".
En el censo de 1887 aparece como
ocupando una superficie de 14.253 metros cuadrados, y en su
centro existía una glorieta con plataforma octogonal que
servía de escenario a las bandas que ofrecían conciertos.
El 28 de noviembre de 1894 se promulgó
la ordenanza que le dio su actual nombre de "Vélez Sarsfield"
en honor al jurisconsulto, autor del Código Civil, que vivió
en nuestro barrio.
Al desaparecer la glorieta se erige un
mástil que persiste hasta el día de hoy. Su inauguración data
del 1º de julio de 1934.
De esta época gloriosa pasamos, de a
poco, a los tiempos en que el abandono insinuó su presencia,
provocando que parte del antiguo lustre se fuera perdiendo.
La plaza debía ser remozada, o como se
dice ahora: requería de una "puesta en valor". Lo discutible o
cuestionable sería el cerco perimetral, la reja, con que se
comenzó a "protegerla". Ahora llegamos a la aberración de que
la reja, en realidad, separa a los vecinos del espacio público
que cerca.
Recordemos que el plazo de ejecución de
las obras estaba estipulado en el mes de noviembre del 2005.
Desde estas páginas hacemos pública la
inquietud de los vecinos: ¿cuándo se procederá a su
reapertura?, ¿cuando será devuelta al público de la zona, que,
en definitiva es su único y auténtico dueño?.
Carlos Davis

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