APORTES DEL
VECINO "TITO" GONZÁLEZ TÁBOAS
El barrio y
los vecinos
31/07/2008
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A raiz del
conflicto desatado por la actual gestión de gobierno (al
anunciar la construcción de un neurosiquiátrico en los
jardines del barrio Alvear) varias voces se han alzado
defendiendo la postura de los vecinos. Con distintos
argumentos y justificaciones se trata de probar la
inviabilidad de la obra. Tito González Táboas (uno de los
vecinos que más ha intervenido en el proceso de
planificación participativa y administración asociada del
Parque Avellaneda y su entorno) nos relata la lógica de una
mirada que busca trascender los antagonismos irreductibles
en búsqueda de consensos.
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La
Ley nº 1153
reconoce que el ámbito del Parque Avellaneda es el de un
espacio público que debe ser administrado, de manera
conjunta, por el gobierno y los vecinos. La Mesa de
Trabajo y Consenso (MTC) es, de alguna manera, el
espacio donde los temas concernientes al parque son
tratados, discutidos y resueltos de manera conjunta.
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Este método de gestión
no nació de manera mágica. No fue una concesión sino una
conquista lograda por un grupo de vecinos convencidos de que
otro modelo político administrativo era posible.
La experiencia
acumulada en estos años de exitosa gestión (que llevó al
parque al centro de la vida social y cultural del barrio)
debería ser aprovechada por el actual Jefe de Gobierno (y
por todos los que vengan luego de él) para poner sobre la
mesa, con vista al debate franco y abierto, los temas que
por su complejidad merecen de un espacio donde los actores
puedan ser escuchados, las posturas debatidas y las
políticas consensuadas.
El debate (la discusión
entre el gobierno y los vecinos), supera al juego de la
órden y la protesta, pero el consenso supera incluso a la
negociación en la que cada parte cede un poco para
conformar, de alguna manera, al otro. Consensuar no
significa ceder. Consensuar significa escuchar, comprender,
contemplar, imaginar un orden distinto que resuelva los
viejos-nuevos problemas donde los intereses colisionan...
Carlos Davis
Hora de
decisiones
por Roberto H. González Táboas
El Gobierno de la
Ciudad ha puesto sus ojos en el Barrio Parque Avellaneda
para resolver la ubicación de uno de los Centros de
Internación previstos por el Ministerio de Salud ante la
desafectación de los Hospitales Borda, Moyano y Tobar García
con vistas a la generación de un nuevo centro
urbano-paisajístico de grandes proporciones en la zona de
Barracas.
Al margen del
reconocimiento de las atribuciones e incumbencias que le son
propias y de la habilitación que le otorguen los resultados
electorales o los títulos de propiedad según el catastro; y
al margen, también, de la responsabilidad social solidaria
que compromete a los vecinos con las políticas y las obras
públicas necesarias, hace falta considerar el entorno y los
antecedentes para tomar una decisión correcta y de bien
público. Una recorrida por la historia de la Ciudad nos
permite apreciar una triple deuda de la Ciudad con el barrio
Parque Avellaneda:
1. la
construcción de la Autopista Perito Moreno atravesando el
parque
2. los largos
años de abandono del Parque que se prolongan hoy en el
retaceo de los recursos más elementales
3. el pertinaz
desconocimiento de la ley 1153 fruto de la iniciativa
vecinal ciudadana con la participación de funcionarios y
legisladores
1.
La traza de la
Autopista AI, Perito Moreno, a cercenado más de 6 has de
espacio verde de uso público. A su vez es el único tramo de
la Autopista que no ha sido sobreelevado, profundizando la
división del barrio en dos, dejando una parte sin acceso al
parque, y una estela de fragmentación, abandono y
degradación en sus bordes que no ha sido vista ni tratada
nunca por ningún gobierno.
2.
El Parque Avellaneda,
el segundo de la ciudad por extensión, significación y
forestación, ha sido relegado permanentemente por los
gobiernos y condenado a subsistir sin los recursos acordes a
su valor patrimonial y ambiental.
3.
Desde el momento de la
sanción y reglamentación de la
ley 1153 hasta hoy,
bajo la actual gestión del Ministerio de Ambiente y Espacio
Público a cargo de Juan Pablo Piccardo, no se le ha
reconocido al parque su nueva y legal institucionalidad como
Unidad Ambiental y de Gestión (que incluye al Polideportivo,
el Complejo Cultural y la Nueva Escuela Media) a cargo de la
Mesa de Trabajo y Consenso que, con la coordinación del
Administrador del Parque, debiera reunir a los funcionarios
de todas las áreas de gobierno involucradas con los vecinos
interesados y comprometidos en su gestión..
Esta triple deuda
reviste un carácter de gravedad escandalosa cuando se
contrasta con el triple aporte realizado por la iniciativa
vecinal ciudadana organizada alrededor de los conceptos de
planificación participativa y gestión asociada. Estas son
las contribuciones:
1. El primer
Plan de Manejo de un parque público de la ciudad con un
innovador ámbito cogestivo para la toma de decisiones y el
seguimiento de obras, proyectos y actividades: la Mesa de
Trabajo y Consenso que tiene ya 10 años ininterrumpidos de
funcionamiento
2. La
Ley nº 1153, y sus
fundamentos, elaborada a partir de una práctica de más de 20
años de participación corresponsable, sostenida y
consolidada en la que se supo plasmar el concepto de
Democracia Participativa consagrado por la Constitución de
la Ciudad
3. Un Plano
Abierto del Barrio que es un aporte para un modelo de
desarrollo local único para un sector de la Ciudad que
permitió entre otras cosas definir el
Anteproyecto de Ley de APH Parque
Avellaneda y Entorno, de reconocida calidad,
con la participación conjunta de vecinos, técnicos y
funcionarios de las áreas de Planeamiento y Patrimonio de la
Ciudad.
Frente a la
necesidad de resolver la cuestión de la construcción de
nuevos centros de salud mental, creemos que:
1. No sería
inteligente, ni sensato, ni prudente, volver a gravar (y
agraviar) al Barrio Parque Avellaneda con otra pérdida de
espacios verdes, la desvirtuación de un patrimonio relevante
y significativo para la ciudad y la desfiguración de un
paisaje entrañable para los vecinos.
2. Sería
injustificable desaprovechar el potencial de capacidades y
conocimientos en planificación, suficientemente demostrada,
de que disponen los vecinos y no poner sobre la mesa toda la
información necesaria sobre las obras y los servicios que
allí se quieren prestar.
En nuestra posición
hay razones de transparencia, de responsabilidad social y de
verdadera actitud ciudadana no clientelística. Y hay amor al
barrio… con obras.
En la argumentación
del gobierno no puede haber razones de “economía” cuando
está encarando obras de altísima inversión e impacto urbano
en Barracas mientras habla de equidad con el nuevo sur y el
sudoeste que llevan a cuesta años de precariedad y olvido.
Si hace falta esta
obra y se demuestra que el lugar necesario es el barrio
Parque Avellaneda, miremos los planos del barrio y pensemos
“dónde”. Veamos, en un ámbito abierto de trabajo ordenado,
efectivo y legal (la Mesa de Trabajo y Consenso) todas las
alternativas posibles para resolver sus problemas y ejecutar
proyectos valiosos incluidas la compra, la expropiación o el
desdoblamiento de las construcciones.
Roberto H.
González Táboas
Vecino integrante de la MTC
mtcparque@yahoo.com.ar