DESPEDIDA
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Floresta ovacionó a Fabbri que se despidió a
todo gol
19/12/2004 -
Ayer disputó su último partido como
profesional. Fue en All Boys, el equipo de su
barrio al cual regresó después de 20 años de
éxitos. "Al zurdo Fabbri nunca lo voy a
olvidar..", fue el grito de despedida de su
gente.
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La
parcialidad de All Boys e, inclusive, los
vecinos del barrio de Floresta le tributaron hoy
un merecido homenaje a Néstor Fabbri, el hijo
dilecto de la zona, que puso punto final a su
carrera de más de 20 años como futbolista
profesional.
El
triunfo ante Argentino de Rosario (1-0) por la
segunda fecha del torneo Clausura de la B
Metropolitana quedará como una mera anécdota.
Porque lo verdaderamente recordable de la
soleada tarde es lo que el experimentado
defensor vivió en la jornada que marcó su adiós
a las canchas.
Y
además, la fiesta que generó su despedida de la
actividad quedará impregnada en las retinas de
todos los presentes al estadio Islas Malvinas,
con el plus que supuso que el héroe de la tarde
se elevó más alto que todos en un tiro de
esquina y marcó el único tanto albo a los 7
minutos del segundo tiempo.
De
esta manera, Fabbri marcó apenas su sexto gol
con la camiseta del 'blanco y negro' en los 60
partidos que disputó, en los dos ciclos.
La
pregunta que abarca a todos: ¿Puede alguien que
jugó solamente 60 partidos en un club erigirse
en ídolo?. Tal vez, ídolo no sea el calificativo
apropiado, pero sí el de referente máximo en las
últimas dos décadas.
Porque el 'Zurdo', tal como lo conocen todos en
Floresta, fue un genuino exponente de la cantera
de la institución: se crió en el barrio (la casa
paterna está todavía en Alcaraz y Marcos Paz, a
tres cuadras de la cancha), hizo inferiores y
llegó a primera con solamente 16 años (en el
Metropolitano 1984, debutó en un clásico 1-1
ante Nueva Chicago). Y lo más importante, nunca
olvidó al club del que salió.
Pero además, y para deleite del siempre exigente
plateísta albo, 'El Néstor' (tal como lo
designaban en aquellas mañanas los vitalicios
que acudían a los partidos que jugaba en sexta
división) hizo siempre gala de su cabeza
levantada para jugar la pelota al pie, de no dar
por perdido ningún balón y pelearlo hasta el
final.
Su
romance con la gente de Floresta está latente
desde hace 20 años, a pesar de que -por lo
menos- hubo 19 en los que el 'Zurdo' vistió
otras camisetas mucho más representativas como
las de Racing, América de Cali de Colombia,
Lanús, Boca Juniors, Nantes y Guingamp de
Francia y Estudiantes de La Plata.
Desde aquella fría tarde del 30 de junio de 1984
en la que el ya desaparecido Federico Pizarro le
dio el visto bueno para que ingrese con la
camiseta 16, en reemplazo de un poco conocido
Sánchez, en un clásico ante Nueva Chicago.
Porque Fabbri, en aquel momento, era el proyecto
de un puntero izquierdo veloz e ilusionaba a
todos: desde su padre 'Coco', pasando por su
hermano Fabián y, lógicamente, a su técnico de
inferiores de ese entonces: José Santos Romero,
quien hoy se dio el gusto de estar sentado al
banco de suplentes dirigiéndolo en la despedida.
Pero el verdadero 'golpe de timón' en la carrera
del 'Zurdo' lo produjo el técnico Néstor 'Pipo'
Rossi en 1985, una vez que el pibe de 17 años ya
había consumado el sueño de cualquier estudiante
secundario: ir a San Carlos de Bariloche en
viaje de egresados, junto a sus compañeros de la
Escuela Hipólito Vieytes.
Rossi lo convocó inmediatamente para entrenarse
junto a los profesionales de primera división y
le sugirió desempeñarse como marcador central,
en vez de delantero por el costado izquierdo. Y
allí quedó la identificación de Fabbri con el
puesto.
Empezaron los destacados desempeños, llegó el
gol ante Atlanta, un 2-3 en Villa Crespo que
dejó bronca pero la satisfacción de haber
marcado por primera vez entre los grandes y
enseguida Racing puso su atención en ese flaco
rubio, de tranco elegante y salida prolija.
La
operación le reportó al club albo tan sólo 68
mil australes (tal la moneda corriente que
imperaba por aquel entonces), aunque los adeptos
al barrio de Floresta no descuidaron la campaña
del 'Zurdo' con la camiseta celeste y blanca.
Así, muchos acudieron al partido debut en el
club de Avellaneda, un amistoso en cancha de
Vélez Sarsfield ante el seleccionado de Polonia
(0-1) del que quedó un recuerdo un imborrable:
un sombrerito en plena área chica a un tal
Smolarek, delantero del combinado europeo.
El
resto es historia más o menos conocida.
El
pibe deslumbró en Racing (marcó un golazo en una
semifinal de Supercopa ante River en el
Monumental en el último minuto), llegó al
seleccionado argentino (jugó el Mundial Italia
ྖ), pasó por Boca Juniors y se consagró campeón
en el fútbol francés, con el Nantes.
Hasta que llegó la salida de Estudiantes de La
Plata, a mediados de temporada y, entonces, la
promesa hecha al padre 'Coco' ganó espacio: el
'viejo' le había pedido que se retire en el club
del barrio, en el All Boys de toda la vida.
Y
llegó el día del adiós, con muchos chicos que
nunca vieron a aquel puntero izquierdo
vociferando "Olé, olé, olé, olé, zurdo, zurdo",
después de ese cabezazo goleador. Porque la
historia se trasmite por el 'boca a boca'
también y las anteriores generaciones supieron
trasmitir las bondades futbolísticas y humanas
de un tipo cien por ciento "hecho en Floresta".
"Olé,
olé, olé, olé, olá, al 'Zurdo' Fabbri nunca lo
voy a olvidar" fue el cántico que despidió a un
tipo que se fue con lágrimas en los ojos y en
andas de sus compañeros.
"Después de 20 años, termino mi carrera de la
mejor manera y espero que All Boys me regale
ahora el ascenso", dijo apenas finalizó el
partido, en su última referencia con los
pantalones cortos dentro de una cancha.
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