HOMENAJE A UN DESAPARECIDO
Recuerdan al cura barrendero
secuestrado en Floresta
14/06/2005
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Organizaciones sociales del barrio de Floresta,
realizarán este martes un acto para recordar a un
cura-barrendero que fue secuestrado ilegalmente,
durante la última dictadura militar. El evento se
produce el mismo día en que se conmemora el Día
del Barrendero
Por Lucas Schaerer
Este
martes 14, en el Día del Barrendero, se llevará a
cabo a las 18:30, en Floresta un homenaje al
barrendero y sacerdote Mauricio Silva, de
nacionalidad uruguaya.
Silva trabajaba en el corralón Municipal del
barrio, cuando fue secuestrado el 14 de junio de
1977, en ese momento se encontraba barriendo la
Avenida Segurola. Poco se sabe de la vida del
barrendero-cura y se desconoce su historia
política. Por ello desde su tierra natal viene una
amiga para hablar de él.
El
acto se realizará en el predio de Gaona y
Gualeguaychu. Este lugar hasta hace poco tiempo lo
ocupaba la empresa encargada de la recolección de
la basura de la zona, la compañía Nítida. Pero
tuvo que ser desalojada debido a que el Gobierno
porteño prometió que iba a trasladar la escuela
secundaria "Dr. A. Larroque", ubicada a pocas
cuadras de allí, en Mariano Acosta 140.
Desde el año 2003 el 14 de junio se reconoce como
"El día del Barrendero de la Ciudad"
La fecha fue elegida en homenaje al barrendero
municipal y sacerdote católico Kleber Mauricio
Silva Iribarnegaray, secuestrado por fuerzas
militares mientras realizaba sus tareas en el barrio
de Villa Devoto, el 14 de junio de 1977. Desde
entonces integra el trágico listado de los
detenidos desaparecidos por el Terrorismo de
Estado vigente en el país a partir de marzo de
1976.
Según los fundamentos de la
ley, el interés en declarar el día del barrendero
en coincidencia con la fecha de
detención-desaparición del sacerdote barrendero
"tiene el sentido de compromiso con la memoria,
para que las nuevas generaciones
retransmitan a las futuras la verdad de lo
ocurrido y sientan la obligación de supervisar el
cumplimiento de los Derechos Humanos".
"Con esta ley la Legislatura
Porteña ha querido homenajear a los barrenderos
que cada día realizan una tarea abnegada que no es
siempre bien valorada. Reconocemos su esfuerzo
cotidiano por mantener limpia a la ciudad como un
acto de solidaridad y compromiso con la
comunidad", comenta García Conde. "Asimismo",
sintetiza el legislador, "esta ley quiere
reconocer en el Hermano Mauricio Silva a todos
los trabajadores que, de
acuerdo con el informe de la CONADEP, fueron el
blanco favorito de la dictadura militar".
La
vida del sacerdote-barrendero
Nacido en Uruguay en 1925, el
padre Mauricio aspiró desde muy joven a compartir
su vida con los más pobres. En 1942 ingresó en la
Congregación de los Hermanos Salesianos del
Uruguay. Estudió teología y fue ordenado sacerdote
en la Argentina en 1951. Se dedicó a la Pastoral
Social en la diócesis de Montevideo desde 1960
hasta 1970, cuando resolvió viajar a la Argentina
para ingresar en la Fraternidad de los Hermanos
del Evangelio.
Con la firme voluntad de
servir a Cristo junto a los más humildes instaló
su fraternidad en un conventillo que compartía con
varias familias en la ciudad de Buenos Aires,
mientras cumplía su sueño de dedicarse al mundo de
los barrenderos; en 1973 recibió su nombramiento
por la Dirección General de Limpieza de la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la dictadura militar
fue consciente del peligro que corría por la
represión que había golpeado a numerosos
religiosos, pero prefirió no viajar al exterior
por considerar que esta era una opción de
privilegio.
A las 8.30 del 14 de junio de
1977 fue subido a un coche Falcon mientras
limpiaba, como todas las mañanas, en la
intersección de las calles Magariños Cervantes y
Terrero, en Villa Devoto. Algunos testimonios
afirman que fue llevado al centro de detención El
Atlético y según rumores fue posteriormente
trasladado a Campo de Mayo. Lo cierto es que nunca
más se supo de él.
Fuente:
ClaraMente