ACAMPE FRENTE AL
CONSULADO DE BOLIVIA
El CGP 7
lucha contra la explotación y esclavitud
de los ciudadanos bolivianos
10/12/2005
-
Ciudadanos bolivianos quieren que su consulado les entregue
documentos para evitar la explotación a la que son sometidos
en algunas fábricas de la Ciudad. La Defensoría del Pueblo
porteña había denunciado penalmente las condiciones de trabajo
esclavistas que sufren muchos bolivianos.
Por Lucas Schaerer
A unos 150
ciudadanos bolivianos, residentes en la Ciudad de Buenos
Aires, que se encuentran sin documentos personales, algo ideal
para los empleadores esclavistas, se les prometió que se
normalizaría su situación legal.
Estas promesas
fueron realizadas por "el embajador y cónsul de Bolivia. De
hecho el sábado 29 de octubre el cónsul concurrió al bar La
Alameda y delante de más de un centenar de conciudadanos se
llevó una lista de aproximadamente 150 personas y se
comprometió delante de ellos a gestionar ante el Estado
boliviano que se costee esa tramitación. Han pasado 40 días
desde aquel compromiso y ni la Embajada, ni el Consulado han
resuelto el problema", informaron activistas sociales de las
organizaciones que realizarán el acampe.
El acampe lo
harán, por tiempo indeterminado, a partir de este lunes, a las
15, en la puerta del Consulado de Bolivia en Argentina,
ubicado en Alsina 1886, militantes de la Unión de Trabajadores
de Unión de Trabajadores Costureros, de la Asamblea de Parque
Avellaneda, y de la Coordinadora Territorial del Oeste.
El lunes 24 de
octubre una delegación de La Alameda, inmueble donde funciona
la Cooperativa de Trabajo 20 de Diciembre y la Cooperativa de
Vivienda Alameda, un representante de la Defensoría del Pueblo
y el director del periódico Renacer de la colectividad
boliviana, Guillermo Mamani, concurrieron a la embajada de
Bolivia a reunirse con el embajador, Arturo Liebers Baldivieso,
y el cónsul, Gustavo Aliaga Palma, de ese país. Allí trataron
la situación de esclavitud en la que viven cientos bolivianos
indocumentados en talleres textiles clandestinos del sudoeste
de la Ciudad.
"En dicha
reunión se acordó que una de las raíces de esa salvaje
explotación laboral son los problemas económicos para costear
los trámites de documentación que tienen cientos de costureros
y sus familias en Argentina. Se informó que en el CGP 7
se están expidiendo masivamente certificados de pobreza a fin
de que estos ciudadanos no tengan que pagar la onerosa tasa
migratoria cuando se radican, pero que aún estaba pendiente el
problema de la documentación que cada uno de estos ciudadanos
traen desde Bolivia (certificado de nacimiento y de
antecedentes legalizados) que el consulado suele cobrar
onerosamente sin considerar la situación de extrema pobreza en
la que se encuentran muchos de sus conciudadanos en la
Argentina", explicaron militantes sociales.
Desde la
Defensoría del Pueblo reconocieron que por la explotación de
personas en talleres ubicados en Parque Avellaneda, radicaron
una denuncia penal en los juzgados federales. Al menos 40
talleres clandestinos de la Ciudad están siendo investigados
por el organismo que dirige Alicia Pierini.
La Dirección
General de Protección del Trabajo del Gobierno de la Ciudad
"no tiene registros del funcionamiento de las fábricas
ilegales", según datos de la página web de la Defensoría.
Recordamos
que:
Mario Ganora,
abogado de la oficina que protege los derechos ciudadanos,
aseguró que la denuncia por los delitos de "tráfico ilegal de
personas, reducción a la servidumbre y violación de la ley de
trabajo a domicilio" fue presentada el martes, ante el juez
federal Norberto Oyarbide.
El letrado informó
de que la denuncia involucra al boliviano Juan Carlos Salazar
Nina, dueño de los dos talleres que funcionan en el barrio de
Floresta, pero aclaró que manejan datos de que estas prácticas
ilegales también se llevan a cabo en otros 40 locales de
Buenos Aires.
La investigación
del caso se abrió a raíz del testimonio de ex empleados de
estos talleres de costura y de vecinos del barrio de Floresta.
Según estos
testigos, los sufrimientos de quienes han trabajado bajo las
órdenes de Salazar Nina incluyen jornadas de trabajo de 17
horas, niños mal alimentados que no asisten al colegio para no
entorpecer la producción de vestimenta y ruidosas fiestas los
fines de semana en los mismos talleres.
El dueño de los
locales, al parecer, recluta a sus trabajadores en Bolivia y
una vez en Argentina les quita sus documentos, aunque muchos
de sus empleados viajan a Buenos Aires en condición de
ilegales.
Actualmente
residen en este país alrededor de 1,5 millones de bolivianos,
de los cuales cerca de un 30 por ciento posee problemas de
documentación.
Carlos Davis
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- 13/10/2005
talleres clandestinos: la rebelión de
los esclavizados
Trabajan 18
horas diarias y viven con sus familias en el mismo lugar donde
trabajan: talleres clandestinos adonde el Estado no llega. La
Defensoría del Pueblo los asesora para que se organicen y
luchen por sus derechos. Se sabe de al menos 40 talleres de
ropa en quince cuadras de parque Avellaneda. Cada uno emplea
entre 15 y 30 personas que fueron traídas al país mediante
engaños. Trabajan dieciocho horas diarias, de lunes a sábado.

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