A TRES AÑOS
DE LA MASACRE DE FLORESTA
Entrevista
con Angélica Van Enk:
“El Gobierno generó distintos grupos de familiares para
dividirnos y rompernos...”
05/01/2004
- El 29
de diciembre se cumplió el tercer aniversario del
asesinato de Maximiliano Tasca, Christian Gómez y Adrián
Matassa. Los chicos, luego de participar de un
cacerolazo, habían ido al maxikiosco de la estación de
servicio de Gaona y Bahía Blanca, donde fueron
asesinados a sangre fría por el policía Juan de Dios
Velastiqui mientras miraban imágenes de la rebelión en
Plaza de Mayo.
La
juventud del barrio reaccionó esa madrugada marchando a
la Comisaría 43ª, donde se encontraba Velastiqui; allí
fueron brutalmente reprimidos. A partir de este hecho el
barrio se organizó y movilizó masivamente por justicia.
Hasta
ahora, sólo ha sido condenado Velastiqui. La causa no
avanzó para quienes reprimieron al barrio entero, ni
para quienes en un primer momento trataron de modificar
la escena para simular un intento de asalto.
En
Floresta nos reunimos con Angélica, madre de Adrián,
para organizar la convocatoria a la movilización que,
como todos los años, se realizó a pata y pulmón, con el
método del boca en boca, los afichitos y las pintadas.
Angélica nos dice que “el vecino de Floresta no se
olvida, cuando llega diciembre el barrio está y los
vecinos están, al igual que los partidos políticos a los
que siempre voy a estar agradecida, al igual que los
piqueteros, los luchadores sociales todos vienen”.
Recordamos
que cuando se dictó la sentencia a Velastiqui, se dijo:
“esto sirve para que no vuelva a pasar”; pero después
siguieron los casos de gatillo fácil. ¿Qué faltó para
que este tipo de crímenes no se repitan?
Angélica
nos dijo: “Lo que hace falta es algo histórico, que el
pueblo salga y se involucre. Por lo general se involucra
la familia de la víctima y el victimario, pero después
no se involucra nadie más. Muy pocos casos son apoyados
por los partidos políticos, y no es que los partidos
políticos no los quieran apoyar, es que los familiares
te echan. Pero si el pueblo sale y nos involucramos,
todo esto dejaría de pasar... Mirá, cuando te matan a un
hijo de esta forma la lucha comienza cuando el cuerpo
está caliente, ahí ya hay que estar luchando. Tenés que
estar con abogados, los medios, y empezar a llamar a
todos los luchadores sociales, los partidos políticos,
los trabajadores... Después del caso de Floresta no se
ha visto nada igual de gatillo fácil hasta el Puente
Pueyrredón donde los únicos comprometidos fueron los
piqueteros. El pueblo se involucra en general en dos
marchas por año, la de la Resistencia y la del 20 de
diciembre; decime: ¿qué otra marcha que no sea piquetera
tiene esas características? Porque no solamente te matan
a un hijo con una bala, te lo matan con el paco, con los
salarios bajos, ... de muchas formas. El nuestro es un
movimiento auténtico, pero los familiares siempre nos
involucramos con otros familiares pero nunca con una
marcha de desocupados, por ejemplo... Y nos equivocamos,
porque nosotros tendríamos que ser los primeros en
involucrarnos con todo”.
– ¿Qué
pasó con los policías que en un primer momento trataron
de encubrir a Velastiqui, que después reprimieron y que
hostigaban a los testigos?
–Nunca los
encontré, a uno lo vi en el juicio de mi hijo y le pase
por al lado y le dije: “el barrio te está esperando...”.
Están todos libres; el comisario Fernández nunca se
presentó a declarar y lo despidieron; fue el único, el
resto están repartidos en dependencias de la Federal. Mi
abogado quiso hacer la denuncia y el juez no le dio
lugar. Cuando los policías declaran en la causa uno dice
que a mi hijo lo vio de pie, otro que lo vio acostado,
después no sabían al declarar si estaba de pie o
acostado cuando mi hijo estaba destrozado por dentro...
Es una cuenta pendiente muy difícil de saldar...
Angélica
formó parte del proyecto del gobierno que se denominó
“Plan Antimpunidad” y, luego de una corta experiencia,
acaba de renunciar. ¿Qué pasó?, le preguntamos.
–El Plan
Antimpunidad surge con Beliz y la Presidencia, cuando
convocan a los casos “vedette”, como ellos los llaman:
los casos con más repercusión. Así empezó con tres
madres que nos teníamos que rotar, pero después nos
dimos cuenta que no debíamos rotar sino sumar, ya que
con el cambio permanente no podíamos hacer nada. Ahí el
gobierno generó distintos grupos de familiares para
dividirnos y rompernos... Mirá, el “Plan Antimpunidad”
es una buena idea, es una buena forma de que el gobierno
diga: “en mi gobierno hay impunidad, quiero acabar con
la impunidad”; pero si vos querés acabar con la
impunidad tenés que armar un equipo para investigar,
porque si sólo son palabras...
Para eso
no debe haber diferencias entre los familiares, porque
nosotros somos todos supuestamente iguales, y no debe
haber preferencias como las hay... O cosas como un
presupuesto de 3.000.000 de pesos de pauta publicitaria
(!!) Y entonces dije, ya está, ¡basta!
A mí me
gustaría en realidad hacer algo, tener un lugar,
ayudarnos entre nosotros y buscar hacer algo por los
demás. El gobierno se está yendo hacia la derecha y la
gente se desanima, porque la máscara de izquierda es
fácil de ponérsela, pero en realidad no se actúa de
izquierda sino de derecha.
Cuando fui
a Italia a ver al Papa, el gobierno de ese país nos
invitó a ser parte de las reuniones de derechos humanos
que se realizan allí. Ahora, yo me pregunto: ¿a quién va
a mandar el gobierno? A mí no me va a mandar, seguro...,
¿a quién va a mandar, a adeptos al gobierno?, ¿qué
derechos humanos va a haber?
Entonces
yo ahora cazo todas estas cosas... y me agarré una
desilusión de locos; yo pensaba que era otra cosa y ¡es
terrible!
– ¿Y
ahora, Angelica, cómo sigue?
–En la
calle, yo era feliz en la calle... Porque soy una madre
que no parió dolor, parí una vida...
Daniela
y Jorge
(Círculo de Floresta)