FALLO
DE UN TRIBUNAL PORTEÑO
Rompen la casa de la vecina por instalar un
hidromasaje: ahora tendrán que pagar
04/06/2005
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Una mujer recibirá 15 mil pesos de un matrimonio
de vecinos que al hacer reformas en su casa
terminaron estropeando la de ella. El
resarcimiento llega ocho años después de iniciadas
las obras, que incluyeron la construcción de una
bañera con hidromasaje.
El
matrimonio fue condenado por la Cámara Civil
porteña a indemnizar a la mujer por los destrozos
que le causaron en la vivienda desde que
comenzaron con las reformas.
Fue
en setiembre de 1997 cuando los demandados,
Viviana Cabanas y Walter Ojeda, propietarios de
una casa de Magariños Cervantes al 4800, en el
barrio porteño de Floresta, le comunicaron
a Lilia Morniroli su intención de hacer reformas.
Y le dijeron también que iban a usar el muro
medianero. Entonces empezaron los problemas. La
instalación de una bañera con hidromasaje demandó
la colocación de cañerías en el muro medianero.
Eso generó que comenzara a filtrar agua, que
provocó varias fisuras en la pared y caída del
cielorraso en una habitación.
Morniroli —que vive junto a su hija, su yerno y su
nieto— se alarmó cuando "comenzó a salir agua de
los tomacorrientes". Otro "susto" fue cuando un
día halló "un boquete en la pared de una pieza y a
un albañil asomándose por el agujero".
Con
los meses, la situación empeoró, porque, por los
golpes se produjeron más fisuras, nuevas
filtraciones y se formaron "globos" en la
mampostería de los dormitorios. Incluso en uno,
donde dormía el nieto de la mujer, se cayó parte
del techo.
Para
avanzar con las obras (carecían de la aprobación
municipal), los albañiles también rompieron el
techo de un galpón ubicado en la terraza de
Morniroli, lo que ocasionó aún más humedad y más
filtraciones de agua.
La
damnificada aseguró también que, como sus vecinos
no escucharon sus constantes quejas, tuvo que
afrontar reparaciones que no podían esperar. Por
otra parte, tuvo que separar los muebles de la
pared porque temían que ocurriera alguna
desgracia, como un eventual riesgo de
electrocución.
El
matrimonio se defendió diciendo que siempre había
mostrado "buena voluntad", y que había llegado a
una "transacción" con la madre de la damnificada
(que ahora está muerta, pero en aquel entonces era
la dueña de la casa afectada). De todas maneras,
tanto en primera instancia como en la sentencia
que acaba de dar la Cámara —que confirmó y amplió
el monto de la condena—, se destacó la falta de
pruebas sobre el supuesto pacto.
La
Sala H del tribunal porteño concluyó que "los
demandados son responsables de los deterioros
sufridos por el inmueble vecino", y que no sólo
los propietarios, sino también sus usuarios tienen
derecho a demandar si son quienes padecen los
daños.
Los
camaristas Claudio Kiper y Susana Gatzke Reinoso
de Gauna remarcaron que la reparación del daño
moral "no se limita al dolor y al sufrimiento,
sino que debe abarcar el conjunto de repercusiones
extrapatrimoniales desfavorables".
La
Sala H incrementó el monto fijado como
indemnización en primera instancia hasta una suma
que "actualizada, supera los 15.000 pesos". Y para
que cesen los perjuicios, Cabanas y Ojeda también
fueron condenados a pagar una serie de
reparaciones en la casa de Morniroli, que deberán
ser realizadas por profesionales que designen los
damnificados.
"Fueron muchos los años que padecí esto. Los daños
que me ocasionaron fueron inmensos. Y no sólo
hablo de los problemas que causaron en mi casa.
También fuimos víctimas de agresiones", dijo la
mujer a Clarín.
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