Desde hace años el
Lic. Marcelo Weissel, Arqueólogo, especialista en
Arqueología Urbana, investigador de la Comisión para la
Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad
de Buenos Aires, tenía al túnel de Parque Avellaneda en su
agenda de lugares de interés.
En sus visitas al
parque recogió el testimonio de algunos vecinos mayores que
decían haber visto, y hasta recorrido, parte del túnel en su
muy lejana niñez.
Restaba ahora separar
el mito de la realidad, el folcklore popular de los hechos
concretos. Con tal fin logró reunir el apoyo de un grupo de
expertos profesionales de la UBA, quienes de manera
desinteresada aportaron su trabajo para ir en busca de la
verdad histórica.
En la mañana del
miércoles 23 de agosto arribó a las inmediaciones de la
Chacra de los Remedios la Dra. Ana Osella (Directora
del grupo de Geofísica Aplicada y Ambiental -GAIA- que
depende del departamento de Física de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos
Aires) quien contó con la colaboración del Dr. Matías de
la Vega, Dr. Néstor Bonomo, Dra. Patricia Martinelli,
Lic. Victoria Bongiovani y el Lic. Luis Martino
(Investigadores y becarios del CONICET). También participó
de los trabajos el Dr. Luis Lanata (Arqueólogo, quien
trabaja para la Facultad de Filosofía y Letras
de la UBA).
Este destacado equipo
realizó durante gran parte del día mediciones eléctricas y
magnéticas del suelo circundante al casco de la antigua
Chacra de los Remedios.
Como resultado de tal
investigación, y luego de cargar los datos obtenidos en una
computadora con el fin de que los graficara para facilitar
su interpretación, se obtuvo el siguiente mapa:
Según la interpretación
de los resultados que realiza Luis A. Martino, del Grupo de
Geofísica Aplicada y Ambiental (GAIA), dependiente del
Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales (UBA): "Lo que encontramos con el estudio
geoeléctrico son alineamientos de anomalías que pueden ser algún tipo de
estructura enterrada. Nosotros creemos
que esas anomalías no representarían caños por que son
grandes (de 1 a 2 metros de ancho) y están a una
profundidad de aproximadamente 1 metro".
Varias de las anomalías
a las que se refiere Luis A. Martino parecen estar alineadas
sobre una dirección común. Esa dirección posee un
sentido que parece apuntar hacia la Villa Ambato,
distante a unos 500 m del lugar, propiedad de los Olivera
(como la Chacra de los Remedios) a mediados del siglo XIX.
Vista
satelital de la zona referenciada: arriba
y a la izquierda, marcada con un punto
rojo se encuentra "Villa Ambato"; en la
parte inferior de la fotografía el punto
rojo nos indica la ubicación de la "Chacra
de los Remedios". En naranja aparece una
de las trazas posibles del túnel de los
Olivera.
En el mes de febrero, y
por iniciativa del Lic. Marcelo Weissel, el equipo de
investigadores se volverá a reunir con el fin de trazar la
estrategia a seguir.
Quizá, el paso lógico
siguiente, sea el de excavar en la zona donde aparecen las
anomalías con el fin de sacar a la luz, de manera clara y
definitiva, la verdad sobre los interrogantes que desde hace
décadas vienen inquietando a los vecinos del oeste porteño.
Carlos Davis