Teniendo en cuenta los relatos de los lugareños, y leyendo también las crónicas de la época, podemos comprender el sentido de identidad y pertenencia al barrio de esta estrella de la música popular.

Gran parte de su vida transcurrió en la zona: la casa paterna y su negocio de sombreros en avenida Provincias Unidas 4624 (actual Juan Bautista Alberdi) casi esquina Mozart, sus amigos que paraban en una ochava de la calle Zequeira (Emilio Castro recibía ese nombre desde Alberdi hasta Escalada), en cercanías al colegio Provincia de La Pampa (hoy Rogelio Yrurtia), su paso por el viejo café Aragón (Alberdi y Donizetti); mas todo su amor por Villa Luro que queda reflejado en la pasión que sentía por el Club Atlético Vélez Sarsfield del cual fue un reconocido hincha, desde aquellas viejas épocas del glorioso y mítico fortín (Basualdo 436) quedando incorporado a la historia del Club, a partir de una gira deportiva que Vélez realizó por Brasil entre el 06-12-1951 al 16-01-1952, cuando en la localidad de Pernambuco tres jugadores (Osvaldo Zubeldía, Raúl Nápoli y Domingo Scrugli) sufren graves quemaduras de piel, fruto de una insolación y los mismos son asistidos por Castillo, que casualmente realizaba una de sus presentaciones por ese país, adaptando a partir de ese momento su gira artística a la del club, quedándose con el plantel y convirtiéndose de esa manera en médico de la delegación.

Las cualidades artísticas de Castillo, un cantor muy popular en el tango, principal intérprete de géneros como la milonga porteña y el candombe afroargentino, sumado a su humildad y calidez humana, determinan que en su momento fuera declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires. Teniendo en cuenta estos hechos y transcurridos diez años de su fallecimiento, los vecinos de la zona se propusieron elaborar un proyecto en su homenaje, eligiendo a tal efecto a la plazoleta en cuestión, porque entienden que es un justo reconocimiento para el cantor que expresaba “Yo soy parte de mi pueblo y le debo lo que soy, hablo con su mismo verbo y canto con su misma voz”.

Un pibe del barrio

Una ex vecina, Nora A. Altamiranda Tambutti, nos cuenta a través de un mail algunos recuerdos de aquellas épocas pasadas...

Alberto Castillo vivía por aquel entonces en la Avenida Juan Bautista Alberdi, entre Olivera y Medina, cerca de la panadería "La Europea". La sombrerería de su padre estaba allí, frente al pasaje El Sereno. El padre de Alberto le hacía los sombreros a mi abuelo, y este hacía referencia a aquél diciendo que era "marqueyano". Esto me costó entenderlo hasta que un día, buscando en la geografía italiana, descubrí que existía una región llamada las "Marcas", en el centro de Italia, lugar del que seguramente provenían los padres de Alberto.

Su mamá invitaba a la mía, que era niña por aquel entonces, con papas fritas, mientras Alberto detrás de una puerta repetía sus lecciones una y otra vez.

Mi abuelo y su padre "parlaban" en italiano, ya que mi abuelo, si bien argentino, hablaba varios dialectos de Italia. Estas historias me las contaba mi mamá, que era 5 años menor que don Alberto De Lucca, nuestro conocido Alberto Castillo.

Carlos Davis

Fuente: Prensa Asamblea Barrial de Villa Luro – Agrupación Confluencia Comunal  - Notas de archivo propio