Después vino la reacción del
barrio. El sitiamiento casi
de la comisaría
43º. Los balazos de goma y
los gases lacrimógenos. El
relevamiento de toda su
plana mayor.
Al día siguiente del triple
crimen se dio la primer
marcha. El barrio movilizado
pedía justicia, reclamaba
que este hecho aberrante
cometido contra tres de sus
hijos no quedara impune.
Exigía que algo de la lógica
civilizada se impusiera para
condenar un hecho de locura.
La lucha no ceso. La presión
se mantuvo. Las
movilizaciones se
sucedieron...

Finalmente el juicio vino y
la condena a prisión
perpetua dejó conforme a las
personas cercanas a los
chicos, aunque el miedo de
ver a Velaztiqui libre al cumplir los 70 años sigue persiguiéndolos
(persiguiéndonos) como un
fantasma que va a ser difícil de ahuyentar.
Nueve años pasaron desde
aquella madrugada en que Velaztiqui
actuó como si el tiempo no
hubiese transcurrido. Como si los
viejos métodos pudiesen
seguir siendo válidos. Como
si todo pudiera ocultarse,
componerse, arreglarse para
borrar lo sucedido. Como si
la gente no se hubiera
artado de la prepotencia y
de la impunidad...
Los
tiempos han cambiado. Nunca
más permitiremos que el
pasado regrese para
apropiarse de nuestras vidas,
de nuestros sueños, nunca más.
Somos los guardianes de
nuestros valores. Somos
bravos, pacíficos, estamos
firmes.
Carlos Davis
Documento
conjunto de las juventudes politicas y sociales de la
comuna 10, leido por las madres de los "Pibes de
Floresta" el domingo pasado, en oportunidad de
realizarse una jornada de homenaje en la en la placita
de Gaona y Gualeguaychú:
“Los jóvenes de
hoy conmemoramos
a los jóvenes de ayer”
La madrugada del 29
de diciembre el barrio de Floresta fue testigo de uno de
los hechos más aberrantes que haya conocido su historia.
Maxi, Cristian y Adrián eran fusilados en la esquina de
Gaona y Bahía Blanca por el sargento retirado que
cumplía funciones para la Comisaría 43, Juan de Dios
Velaztiqui quien contaba con graves antecedentes
represivos durante la última dictadura militar.
Los “chicos de
floresta”, reunidos en un maxiquiosco, comentaban los
hechos que transmitía la televisión durante el
cacerolazo convocado para ese viernes, la respuesta
brutal fue la masacre y la posterior simulación de un
suceso delictivo armado por el asesino, quien no dudó en
transformar el escenario del crimen para su beneficio.
La valentía de los
testigos; la indignación, la bronca y el pedido de
justicia de los familiares y vecinos se hicieron sentir
sábado tras sábado en las multitudinarias marchas que
recorrían las calles del barrio hasta lograr la condena
para el asesino, reclusión perpetua.
En los días
previos, el estallido popular del 19 y 20 de diciembre
que se extendió por todo el país también había tenido un
saldo trágico, cerca de 40 muertes, en su mayoría
jóvenes y muchos de ellos menores de 18 años.
En nuestro barrio,
la tragedia fue resignificada día a día desde la
organización genuina de vecinos y familiares. La
construcción activa de la memoria se expresó, entre
otras acciones, en la convocatoria a artistas desde el
concurso “Crear para Resistir”, organizado por la
asamblea del barrio y familiares, para dar testimonio
permanente a través del emplazamiento de una obra
escultórica que recordara a las víctimas y a la
movilización popular en el contexto de los sucesos de
diciembre del 2001.
La esquina de Gaona
y Gualeguychú donde hoy se emplaza la obra “Los Chicos
de Floresta, sucesos 2001; es el lugar elegido en este
2010 para conmemorar a Maxi, Cristian y Adrián. A través
de una jornada de trabajo para restaurar el monumento,
un grupo de jóvenes de distintas expresiones políticas y
sociales nos convocamos para “trabajar la memoria” junto
a “las madres de los chicos” y a organizaciones del
barrio.
Los jóvenes de hoy
también somos protagonistas de la historia como quienes
participaron de los sucesos del 19 y 20 y como
trágicamente lo fueron nuestros pibes del barrio.
Sabemos que hay una gran diferencia entre ser parte de
un país que se deshace a ser parte de un país que se
proyecta hacia el futuro.
Las nuevas
condiciones históricas que comprenden las
transformaciones iniciadas en el año 2003 nos posicionan
a los jóvenes de hoy como parte de un sujeto colectivo
comprometido con nuestra patria.
Contamos con una
herramienta indispensable, creemos en la política como
sustento para sostener la memoria y transformar el
futuro. Nos unimos para dar testimonio y convocar a
todos los jóvenes del barrio a participar en la
construcción de un proyecto de país que nos incluya a
TODOS/AS.
¡Repudiamos la
posibilidad de arresto domiciliario para Velaztiqui!
MEMORIA, VERDAD
y JUSTICIA
MAXI, CRISTIAN y ADRIAN; PRESENTES!!!