Entre los fundamentos de la
declaración se comenta que El Corralón "ha funcionado como punto
de encuentro alrededor del cual gira la participación
ciudadana, hecho éste que le otorga tanto valor histórico
como un destacado valor social y cultural que mantienen su
vigencia hasta nuestros días".
"La importancia que este predio tuvo y tiene en la
comunidad de Floresta se ve hoy en el esfuerzo realizado por
los vecinos con el fin de recuperarlo para la comunidad",
argumentó el autor de la norma.
El Corralón tiene su origen en la compra, efectuada por
la entonces Municipalidad en 1911, del predio para
destinarlo a un corralón de limpieza.
Sus instalaciones incluían una caballeriza, departamento
de veterinaria, taller de maestranza y oficinas y allí se
guardaban los carros de los barrenderos y las chatas que
recogían la basura.
En 1965, se ordenó estudiar la posibilidad de traslado
del Corralón a un lote ubicado en Roca y Lacarra,
previéndose ya desde entonces la transformación del predio
en un espacio verde público.
En el 2000, el nuevo Código de Planeamiento Urbano
zonificó el predio como Distrito Urbanización Parque-
plasmando así, en la normativa, la iniciativa largamente
postergada de transformar el Corralón en un parque.
"A los hechos históricos de los que este significativo
espacio del barrio de Floresta ha sido testigo, se suman
aquellos acaecidos en diciembre de 2001. Desafortunadamente,
el barrio sufrió de cerca la violencia imperante, ya que el
29 de ese mes tres jóvenes vecinos murieron víctimas del
`gatillo fácil´", relata el texto.
Y añade que "las madres de estos jóvenes se sumaron a las
organizaciones barriales que se reunían en el Corralón,
apostando al esfuerzo conjunto como única posibilidad de
superación del trance tan difícil por el que transitaba
nuestro país en esos días".
Carlos Davis
Fuente:
Telam - foto de Eugenio
Sampaolo