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3.-
Esmeralda Müller
-
esmetico@yahoo.com.ar
- Parte I
Fernández y Bonifacio
Viví y crecí en el barrio
Alvear en la esquina de
Bonifacio y Fernández.
Esta era mi casa. Detrás de
la palmera mi dormitorio, al
lado el de mis padres,
adelante el de los varones.
Esa ropa tendida me trae el
recuerdo de cuando una vez
entraron los ladrones y se
la llevaron, la policía la
recuperó. Aún recuerdo a mi
mamá con las manos en la
cabeza, atónita al ver que
sus manteles bordados y sus
sábanas no estaban.
Casa construida en 1928 y
habitada por la familia
Müller en 1940
La escuela de varones de la
zona era la de José Enrique
Rodó (cuyo director escribió
"La Pilchas Gauchas") y la
de mujeres la "Alfredo
Ferreira" a una cuadra de
Rivadavia al 8800, en Ramón
Falcón.
Año 1955 -
Otra vista de la propiedad
Tuve de vecinos a Enrique
Dumas, Hugo Marcel y Rimoldi
Fraga. Todos vivían en un
complejo de departamentos
asentados sobre los terrenos
que antes pertenecían al
Club de Niños Jardineros, el
Club de Pato y el jardín de
infantes Sarmiento (único en
su género, en el cual todo
era liliputiense, desde la
construcción a los muebles).
No creo que haya chicos en
el barrio que no hayan
conocido a la Sra. Juana, a
Amadeo el jardinero, a
Alicia que tocaba el piano y
Carmen que nos hacía
dibujar.
Era la época en que las
familias solían tener más de
10 hijos (se morían a veces
por infecciones,
tuberculosis, o parálisis
infantil), en que pasaba la
perrera y era atacada a
pedradas por los chicos,
época en la que se jugaba a
la pelota en las calles sin
asfaltar y las chicas hacían
pozos y jugaban a la casita,
tras lo cual depositábamos
la ropa negra de barro en un
piletón para lavar a mano, y
jamás estaba vacio.
Mi esquina, mi casa, era un
enorme chalet estilo
californiano que papy pagaba
al banco hipotecario todos
los meses.
Recuerdo que en carnaval nos
reuníamos a jugar a los
baldazos, y ya mayores,
hacíamos "asaltos" y nos
disfrazábamos con el aporte
de todos. Nos divertíamos
bajo la mirada atenta de los
viejos.
Más allá, en Alberdi, la
farmacia de Cormillot
empezaba con su sopa de
verduras a hacer adelgazar a
las gorditas, estaba en boga
el libro "Como adelgazar
comiendo "de Gayerold Hauser,
basado en las pocas
calorías. También estaba la
sombrerería de Luca, el papá
de Alberto Castillo.
Stavale, Chapeaurouge,
Lillo, Sarmiento, Bianchini,
Navas, Markman, Herrera, son
algunos de los apellidos que
recuerdo de aquella época.