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27 .-
Jorge
Serángelo -
(zakarat@hotmail.com)
- Parte I
Tandil y Laguna
Mis recuerdos abarcan todo
el barrio porque allí nací y
aún sigo viviendo en él.
Podría escribir largo y
tendido sobre cada una de
sus calles, su gente y los
comercios que ya no están,
tales como aquél del
zapatero remendón de la
calle Remedios que quedó
encorvado de tanto
inclinarse para clavar las
suelas, o la lechería de la
calle Laguna, enmarcada en
azulejos blancos y fríos
donde uno iba de pibe a
cambiar la botella gorda y
vacía de leche por una
llena, o la panadería de la
calle San Pedro donde todos
los domingos invariablemente
me mandaban a comprar el
pan...
Pero me tengo que detener en
tres sitios que me marcaron
para siempre: primero la
Escuela Juan Lavalle de la
calle Garzón, donde hice
todo el primario; después y
por supuesto, el Parque
Avellaneda, del que no me
alcanzaría la vida para
volcar las anécdotas, y por
último, el Club Floresta
Juniors, su barra juvenil, y
dónde me enamoré por primera
vez. Tres lugares, muchas
historias diferentes,
marcadas a fuego en mi
sentimientos y en mi
memoria...
Tengo un montón más de
sitios para traer al
presente; un viejo barrio
plagado de aromas y sonidos
que aún retumban en mi
mente, como los de los
jazmineros en los jardines
primaverales los sábados por
la mañana, o los gritos de
los muchachos jugando a la
pelota en la calle a pesar
de tener el parque a unos
metros; o el olor del tuco
casero que emanaba de las
casas los domingos al
mediodía junto a Los
Campanelli...
Desde 1956, año en que nací
y fui a vivir en una gran
casa de la calle Tandil,
hasta el año 1992 en que me
mudé justo a la punta donde
empieza Villa Luro, en
Rivadavia y Santiago de las
Carreras, podría relatar
cientos de momentos vividos
y sentidos como sólo se
puede sentir si han nacido
en este Barrio.
Jorge, uno más de
Floresta...