UNA VIDA CON LA
MÚSICA
Carmen
Guzmán, música y vecina
El
año
pasado el tema "El país de la magia" fue premiado por el
Fondo Nacional de las Artes. Y sigo componiendo, hace poco
escribí tres tangos y una canción. También tengo alumnos de
guitarra y de interpretación. Estoy en completa actividad"
. Carmen nació en Mendoza el 13 de octubre de 1925.
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La que habla
es Carmen Guzmán, cantante, guitarrista y compositora (sin
orden de prioridad) que ostenta 60 y pico de años como
música. La cuenta comenzó el 24 de diciembre de 1944, cuando
ganó un concurso de aficionados en LV10 Radio Cuyo. Pero van
más de 70 si se tiene en cuenta que empezó a tocar la
guitarra a los 7. |
La influencia estaba dada
por una familia de músicos;
la misma que hace más de 45
años la impulsó a su primera
grabación, plasmada en un
disquito simple que la
autora tiene sobre el equipo
de audio del living de su
casa.
"Carmen Guzmán
y su guitarra", dice el sobre del vinilo. Este documento
comparte el espacio con otros reconocimientos a una artista
que, puertas afuera de su casa del barrio de Floresta, se
siente un poco olvidada.
Tiene unas 200
obras registradas y 15 discos publicados. "La continuidad de
mis discos se combinó con actuaciones en radio (El Mundo,
Splendid y Belgrano, Nacional y Municipal) y en televisión.
Por las noches trabajé con Piazzolla, con Troilo, con
Mercedes Simone y Lucio Demare", recuerda. Compuso música
académica, zambas, milongas, cuecas, tango y chamamé. Su
firma también aparece junto a la de Armando Tejada Gómez,
Hamlet Lima Quintana y Héctor Negro, entre muchos otros.
Hace tres años
lanzó el CD "Carnet de identidad". "Pero estuve doce años
sin grabar. Ese período de abandono ha sido muy largo",
asegura. Ahora anuncia que va a registrar un disco de
tangos, milongas y valses, y otro de folklore. "Entre
febrero y marzo voy a empezar a grabar despacito."
-Por un lado
se siente olvidada, pero no va a negar el reconocimiento de
músicos de las últimas camadas.
-Sí. Hay gente
que sigue grabando mis temas. Te invito el miércoles próximo
a un ciclo de [el cantante de tango] Caracol en el Café
Homero. Ahí voy a estar como invitada.
-¿Alternar el
mundillo de los folklorista y de los tangueros no le jugó en
contra en su carrera?
-En realidad,
recién ahora puedo hacer un repertorio completo de tango. De
todos modos yo hago música argentina y es cierto que si uno
canta tango le dicen que debe ir para allá y si hace
folklore para acá. Mucha gente del tango se me arrimó
gracias a Susana Rinaldi. A ella le tengo que agradecer
muchísimo. En su repertorio hay unas once obras mías;
incluso, hemos compuesto juntas. Su tarea hizo que me
conocieran en muchos lugares. Me doy cuenta en las planillas
de derechos de autor. Si figura Finlandia, Suecia o Suiza
digo: «Esta es la Tana».
Bendiciones
Hay otras
personas hacia las que Guzmán demuestra gratitud. "Mi
profesor de guitarra me hizo tocar ante Andrés Segovia. Y
digo que tengo la bendición de don Andrés. También la de
Sebastián Piana. Cuando comenzó a escuchar milongas como
«Buenos Aires Morena» o «De andar con alas», un día me
encontró en Sadaic y me dijo: «La bautizo la reina de la
milonga». ¿Imagínese que me diga una cosa así semejante
músico?"
La última
bendición (o la primera) fue la de Pedro Belisario Pérez:
pianista que la dio a conocer y luego compañero de vida
durante muchos años. Su nombre aparece en varios momentos de
la charla: "El ha sido el creador de Carmen Guzmán. Empecé
cantando boleros y me acompañó muchísimo. Cuando se enteró
de que tocaba la guitarra me impulsó a componer. El me hizo
ser más intérprete, me hizo estudiar más. Todos los días me
siento a estudiar. Por eso si me llaman estoy lista y salgo
disparando.
-Mañana da un
show. ¿Qué va a interpretar?
-Temas como
"Naranjo en flor" y "Adiós Nonino". Voy a estrenar en este
repertorio una zamba que hice con Ramón Navarro ("Tonaditas
al viento"), una milonga que hice con Héctor Negro ("Canto
que se hace viento") y un chamamé con Julio Fontana ("Todo
por amor") y el repertorio habitual de mis discos. La
compositora está trabajando mucho. Mi idea es que esta
música no se pierda. Mientras pueda cantar la voy a grabar y
dejar en algún archivo.
-¿Qué sucede
si pone el trabajo de la autora y de la intérprete en la
balanza?
-La balanza de
mi Libra está equilibrada por el vicio de componer y de
cantar. Trato de cuidar las dos cosas. Son muchos años y no
los he descuidado. Mis amigas se enojan cuando digo mi edad,
79 años. Es que de joven se puede hacer todo, pero cuando
uno ya es grandecito no es cosa fácil. Por suerte lo hago
cantando sin bajar el registro. He tenido el honor de actuar
con los grandes y los mejores, de ser considerada por ellos
una artista de valor. Todavía no es tiempo de sentarme,
aunque podría sentarme, orgullosamente, a descansar. Viví
con felicidad hasta la muerte de mi esposo y desde entonces,
contenta por el acercamiento de gente joven a mí, como
autora.
Mauro Apicella
Fuente:
La Nación