Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288
Una escuela del
barrio: el "Casal Calviño"
Corría la
década de 1940. Por aquel entonces el país transitaba una época de
singular esplendor. La expansión industrial producto de la
sustitución de las importaciones provocaba que de manera mas o menos
abrupta la nación complementara su perfil agroexportador con el de la incipiente
producción tecnológica e industrial.
Además, el
aporte de mano de obra especializada que se registraba a través de
las corrientes inmigratorias poco a poco fue mermando, haciéndose
necesario capacitar a nuestros jóvenes y obreros con el fin de
responder al desafío que los tiempos nos marcaban.
Las clases
trabajadoras veían en la escuela, en la capacitación para el mundo
del trabajo, la puerta que les posibilitaría el ingreso a un mundo
mejor, en el que la movilidad social dejaría de ser una utopía para
concretarse como un sueño realizable a través del esfuerzo fructífero.
En este marco socio-económico el estado se ocupaba de satisfacer las
necesidades básicas de sus ciudadanos: se multiplicaron los
complejos de viviendas, los hospitales, y también las escuelas.
El 1º de
setiembre de 1946 comenzó a funcionar, de manera precaria, una de las
mencionadas nuevas escuelas de artes y oficios. La historia del Casal Calviño comenzaba a escribirse.
El inicio
fue incierto, o al menos modesto, y muestra de ello lo pauta su
primitiva y transitoria ubicación: el Parque Nicolás Avellaneda.
Coincidiendo
casi con el nacimiento de la escuela se dieron comienzo a los trabajos
de construcción del edificio definitivo en el lugar que hoy todos
conocemos: Lacarra y José Enrique Rodó. Los terrenos habían sido donados
por el Banco Hipotecario Nacional.
Con gran
celeridad la obra pasó de ser un proyecto factible a convertirse en una
realidad palpable. Apenas unos meses después de iniciados los trabajos,
el 4 de junio de 1947, se inauguró la primera parte del edificio
definitivo. Los vecinos de la zona acompañaron en gran número los
festejos de inauguración.
El General Juan Domingo Perón,
por entonces Presidente de los Argentinos, concurrió al evento y dirigió
la palabra desde uno de los ventanales de las aulas que dan a la calle Lacarra, los cuales estaban engalanados con una larga bandera patria y el
Escudo Nacional.
El general
recorrió luego los talleres de la institución; lugar desde el cual saldrían en poco
tiempo más las primeras máquinas de coser que la "Fundación Eva Perón"
distribuiría entre las mujeres más humildes.
Veamos
lo que los diarios de la época decían del evento...
La
Nación
Jueves 5 de
junio de 1947
La fecha
del 4 de junio se celebró
con diversos actos
Evocóse la revolución de 1943 y el aniversario del actual
gobierno
Con
numerosos actos se recordó ayer el movimiento revolucionario
del 4 de junio de 1943 y el primer aniversario de la
asunción al poder del actual gobierno. Las autoridades
participaron en las distintas ceremonias que culminaron con
una velada ofrecida a los gremios en el Teatro Colón.
Inauguración de una Escuela
Con la
ceremonia de bendición de la Escuela Técnica Casal
Calviño –ubicada en la intersección de las calles
Lacarra y Rodó- comenzaron los actos organizados para
celebrar el cuarto aniversario de la revolución de junio y
el primero del actual gobierno.
Presidió
la ceremonia el general Perón a quien acompañaban ministros
del Poder Ejecutivo y funcionarios civiles y militares.
Después
de la bendición del edificio –donación de Don José Casal
Calviño- se leyó una nómina de obras ya iniciadas y de
otras que comenzaron en la fecha. Seguidamente el presidente
de la República usó de la palabra y expresó:
“He
elegido la oportunidad de la inauguración de la escuela
Casal Calviño –señaló- para hacer ese anuncio desde esta
casa, porque a pesar de ser una obra modesta al lado de las
grandes que hoy se inician o están en realización, entraña
dentro de ellas el valor espiritual más grande que pueda
servir de ejemplo a varias generaciones de argentinos.
Se
refirió a continuación el primer mandatario al gesto de
solidaridad y agradecimiento del donante, que había deseado
con su gesto decirle a las generaciones futuras que los
hombres que trabajan en nuestra tierra están libres de
egoísmos y tienen su corazón abierto a los sentimientos que
hacen grandes a los hombres.
Puso de
relieve a continuación el homenaje que el gobierno rendía, y
por su intermedio la nación entera, “al hombre honrado y de
trabajo que, con esfuerzos y sacrificios, fue acumulando
esto que en un gesto que lo dignifica ofrece al país, un
ejemplo que deberían imitar muchos argentinos”.
Se
refirió más adelante a su deseo de celebrar la fecha de hoy
trabajando, por entender que es la mejor muestra que el
pueblo puede dar de cual es el fogón mismo del movimiento.
Por ello reafirmó que el 4 de junio debía ser un día de
trabajo.
De
inmediato el edecán de servicio, mayor Jorge Ballefet,
procedió a dar lectura de la lista donde se detallan las
obras en ejecución o las que ya están en vías de
realización.
Terminado
esto, el general Perón señaló que no había sido su deseo el
de pronunciar un discurso. La lista escuchada –dijo- es más
elocuente que un discurso. La República tendrá que
agradecer, más que a las piezas oratorias, las obras que le
dejamos instaladas en su territorio.
Esperamos,
terminó manifestando el primer magistrado, que en el futuro
podamos ir anunciando la realización de numerosas obras como
estas, que hace tantos años esperan en la república su
confirmación por hombres capaces de realizarlas.
También
pronunciaron discursos el presidente de la Comisión de
Aprendizaje y Orientación Profesional, teniente coronel Juan
Francisco Castro, y Don José Casal Calviño.
Se
descubrió más tarde un busto del donante del edificio, y
luego, desde los balcones de la escuela, el presidente de la
República presenció el desfile del equipo de la Dirección de
Gas del Estado, cuyos componentes iniciarán hoy el segundo
tramo del gasoducto Comodoro Rivadavia – Buenos Aires, en el
tramo comprendido entre las localidades de Lavallol y
Coronel Pringles.
Desfilaron
asimismo los nuevos automóviles colectivos de la Corporación
de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires, los cuales
serán afectados al servicio de la Línea “A”, entre la
avenida San Martín y la Plaza Colón.
Finalmente
el general Perón y sus acompañantes visitaron el barrio de
casas baratas Marcelo T. de Alvear, situado a escasa
distancia.
Mientras tanto la escuela
seguía creciendo. Para el año 1950 concluía la construcción de la
segunda etapa. El aporte material para la ejecución de la obra fue
proporcionado por su patrono, José Casal Calviño; mientras que su hijo,
el arquitecto José Casal se encargó de dirigirla.
Un hombre agradecido
Casal
Calviño era un inmigrante español que había llegado a nuestra tierra
desde Pontevedra, Galicia, en los primeros años del siglo XX. Con pocos recursos económicos decidió
establecerse en la ciudad cordobesa de Cruz del Eje para dedicarse a la
actividad comercial atendiendo un "almacén de ramos generales".
Con algo de
dinero ahorrado decide regresar a Buenos Aires alrededor del año 1922
para dedicarse a los negocios inmobiliarios como inversor y constructor.
José Casal Calviño
El
empeño puesto en la tarea finalmente rinde buenos frutos y al cabo
de algunos años de trabajo obtiene una posición desahogada.
En muestra de agradecimiento a
la tierra que lo cobijó decidió ceder parte de sus bienes para erigir la escuela que perpetuaría
finalmente su nombre.
Con tal
fin le escribe una carta al presidente Perón, quien de inmediato
acepta el gesto posicionándolo en un lugar de pública notoriedad. La
idea, finalmente fallida, era la de propiciar mediante el ejemplo de
Calviño, la aparición de otros benefactores que estuviesen
dispuestos a devolver a la sociedad parte de las ganancias que ésta
les había generado.
Definido
el proyecto de la nueva escuela (del cual participó su hijo
Pepe Casal), la obra sale a licitación.
La piedra
fundamental se coloca en presencia de la Sra. Eva Duarte de
Perón el 22 de noviembre de 1946, terminándose la primera
fase del proyecto apenas unos meses después, el día 4 de
junio de 1947. Tal como lo reflejan las crónicas de la
época, en ese mismo día se inauguraba el barrio de monoblocks Marcelo T. de Alvear de Alberdi y Lacarra y el
edificio de la Escuela Técnica Nº 25 "Fray Luis Beltrán", lo
cual nos da una idea de la intervención estatal en la obra
pública dedicada al afianzamiento de la trama social.
En
sus comienzos la escuela dependía de la Comisión Nacional de
Aprendizaje y Orientación Profesional. Era una escuela fábrica
que recibía a los alumnos que egresaban de la escuela primaria y a
los que le otorgaba, luego de tres años de estudios y prácticas en
el taller, el título de experto. Esta certificación les
proporcionaba un empleo casi seguro en la industria.
A partir
de 1950 se crea el ciclo superior de cuatro años de duración.
El egresado recibía el Título de Técnico de Fábrica,
denominación que más tarde sería cambiada por el de Técnico
Mecánico en Máquinas Herramientas.
Como dato
curioso resaltamos que durante un corte tiempo, y a partir del
año 1957, egresaron de la escuela los primeros Técnicos
Ópticos con especialidad en Instrumental de Precisión y
Oftalmología.
Denominaciones de la escuela
A través
de su historia el Casal Calviño ha recibido distintos nombres:
Escuela Fábrica
Nº1 de la Nación "Casal Calviño" - 1946 / 1948
Escuela Fábrica
de la Nación Nº 3 "Casal Calviño - 1948 / 1961
Escuela
Nacional de Educación Técnica (F) Nº 3 de la Nación "Casal
Calviño" - 1961 / 1965
Escuela Nacional
de Educación Técnica "Casal Calviño" de Capital Federal - 1965
/ 1966
Escuela Nacional
de Educación Técnica Nº 23 de Capital Federal, "Casal Calviño"
- 1966 / 1992
Escuela
Municipal de Educación Técnica Nº 5 DE Nº 13 "Casal Calviño" -
1992 / 2000
Escuela Técnica
Nº 23 DE 13 "Casal Calviño" - 2000 / continúa
La escuela a
comienzo de los años '70 - Foto archivo C.E.A.P
Carta de
Casal Calviño
En diciembre de
1967, pocos meses luego de que la escuela festejara sus
primeros 20 años de vida, José Casal Calviño escribió la
siguiente nota dirigida a la comunidad escolar:
Al personal
de la Escuela de Enseñanza Técnica Nº 23
"Casal Calviño"
Capital Federal
Siento imperiosa necesidad de hacer llegar mi
profunda gratitud a todo el personal de esa Escuela,
representado por su Sr. Director, su Vicedirector, sus
profesores, personal administrativo y la totalidad de sus
alumnos. Gratitud vivamente provocada en mi ínterior por las
delicadas atenciones, valiosos obsequios recordatorios y
homenajes de que me han hecho objeto con motivo de la
celebración del final del presente año escolar. Pero sube
aún más a lo alto mi congratulación al verme vinculado a una
institución escolar tan prestigiada, por la obra de
formación espiritual y capacitación técnica que realiza en
una juventud que, por esos mismos principios inculcados,
estará formada por ciudadanos ejemplares, laboriosos y
emprendedores, o sea que representan la mejor riqueza
nacional.
Y así veo también en mi caso confirmada la afirmación
de que "siempre se recibe más de lo que se da".
Para todos los que forman parte de esa escuela, mi
mayor estima y amistad.
La escuela
hoy
La escuela
que hoy encontramos muestra los signos de una modernización
constante. A nivel edilicio mejoró su funcionalidad, y en
cuanto al equipamiento de laboratorios y talleres se trató
siempre, con buen éxito, de mantener actualizada su dotación.
El alma
de "El Calviño", como el de todas las escuelas, está en su
mística, en su particular forma de vivir el día a día, de
encarar los problemas y de buscar, entre todos, las
soluciones.
Quizá la
mejor forma de describir ese sentimiento de pertenencia sea a
través de las palabras que aparecieron impresas en las
invitaciones que se cursaron en oportunidad de cumplirse los
primeros 50 años de la institución:
"... Mañana los
rostros serán otros, igual que las sonrisas, las manos que se
estrechan y el color de los muros; pero el alma del Calviño,
que es el alma de todos los que lo sienten suyo, perdurará en
el tiempo..."
Escuela Técnica Nº 23 DE 13 "Casal Calviño"
Lacarra 621 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires
TE: 4671-9404 / 1010