EL NEGOCIO ERA
CLANDESTINO
Nuevo incendio
en un taller textil
20/04/2006
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Cuando aún permanecen
vívidas las muertes de trabajadores y niños bolivianos
producidas en el incendio de un taller textil clandestino de
Caballito, la tragedia estuvo a punto de hacerse nuevamente
presente, esta vez en nuestro barrio. Dicen que la causa del
incendio habría sido una colilla de cigarrillo. En realidad,
el origen de este siniestro como del anterior, estuvo
determinado por las pésimas condiciones de higiene y seguridad
que tienen este tipo de "industrias", en las cuales se
antepone el afán desmedido de lucro por sobre el respeto al
trabajador y a los vecinos. La ilegalidad, la pobreza y la
explotación vuelven a darse la mano.
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Cambió tan sólo
el escenario. Esta vez no fue la calle Luis Viale sino
Helguera 249. La trama, casi la misma aunque con un final
distinto: esta vez la muerte siguió de largo. Según las
primeras fuentes el lugar era explotado por individuos de
nacionalidad coreana quienes a su vez contrataban a paisanos
de su misma nacionalidad... |
Los vecinos
cuentan otra historia: al producirse el incendio vieron salir
a varias personas (se habla de que el lugar cobijaba a unos 12
trabajadores) que por sus rasgos y facciones nada tenían de
orientales. Si tuvieran que arriesgar una nacionalidad dirían
que podría haberse tratado de bolivianos o paraguayos.
El Gobierno de
la Ciudad informó que el lugar no estaba habilitado como
taller textil. El emprendimiento entonces no sólo era precario
sino también clandestino; y los trabajadores que de él
salieron no estarían, obviamente, por lo tanto declarados.
La casa, que de
afuera tiene un aspecto convencional, cobijaba en un ambiente
de 8m x 25m varias máquinas de estampado de telas.
Desde la
Cooperativa de Trabajo "La Alameda" se dió a conocer un
escrito donde se denuncia que en la misma manzana donde
se produjo este siniestro existen otros talleres que trabajan
en la clandestinidad y que por tal razón se convierten en
posibles focos de desastres.
La Unión de
Trabajadores Costureros da un paso más y denuncia la posible
connivencia entre los explotadores y los que tendrían que
velar por la seguridad, el orden y la justicia. Esos mismos
oscuros intereses habrían hecho desaparecer a los trabajadores
del lugar, únicos testigos de estas situaciones anómalas en la
que se entrelazan en una única trama las necesidades extremas
con la avaricia desmedida.
Carlos Davis |
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Nota
recibida en nuestra redacción de parte de la
Unión de Trabajadores Costureros - La Alameda
El 19 de abril
en horas de la mañana se incendió nuevamente un taller textil
clandestino (en este caso de estampado) ubicado en Helguera
249 a causa de un cigarrillo según testimonios de vecinos de
la zona.
Varios de esos
vecinos, incluido el empleado de seguridad del laboratorio de
enfrente aseguran que era habitual el ingreso y egreso de
muchas personas de nacionalidad boliviana y paraguaya. Los
mismos vecinos que presenciaron el incendio aseguran que salió
mucha gente de la vivienda y que fueron conducidos por los
dueños de nacionalidad coreana del taller aparentemente a
otros talleres de la zona sin que la policia evitara la
“desaparición” de los testigos como tampoco la evitó en el
caso del taller de Luis Viale donde también muchos testigos
que vivían y trabajaban en el lugar nunca aparecieron, y según
testimonios de un costurero de identidad protegida (LF) fueron
trasladados por talleristas a otros talleres ni bien se
produjo el siniestro.
A las 19
horas no habían declarado siquiera los dueños del taller, una
pareja de nacionalidad coreana. Menos aún quienes trabajaban
en el lugar quienes fueron evacuados por los talleristas
inmediatamente después del siniestro.
Igual que
en Luis Viale se pretende hacer pasar como un simple siniestro
en un taller “familiar” lo que en realidad es la consecuencia
directa de un régimen de producción basado en la servidumbre,
la superexplotación y el hacinamiento de personas
indocumentadas en aras de la máxima ganancia. Igual que en
Luis Viale a los policias se les “escaparon” los testigos y
“casualmente” los únicos que quedan en condiciones de declarar
son los dueños y sus familiares.
La Unión
de Trabajadores Costureros denuncia que así como los modos de
“apretar” a los que denuncian son similares, también los son
las maneras en que hacen desaparecer las evidencias cada vez
que se corre el riesgo de develarse la verdad. Ignoramos si
por negligencia o complicidad, en ambos siniestros la policia
deja escapar testigos fundamentales en la causa. Al día de hoy
el GCBA no ha presentado una denuncia por presunción de
servidumbre y trata en el caso de Luis Viale como tampoco lo
ha hecho en decenas de talleres que fueron clausurados.
¿Ocurrirá exactamente lo mismo en el caso del taller de la
calle Helguera? Si los medios indagaran entre los vecinos de
la zona se sorprenderían de la cantidad de talleres similares
que existen en las inmediaciones, incluso en la misma manzana.
Unión de
Trabajadores Costureros - La Alameda
Informes:
4671-4690 1561584835 |
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