La tarea de Enrique como fundador fue imprescindible, comparable a la de otros ilustres ciudadanos. De padres migrantes de Europa del Este, desde muy niño (edad escolar) salió a trabajar para ayudar a su familia. Sobre su persona, sufrió una tripe discriminación y opresión: como hijo de migrantes, como judío y como trabajador.

Asimismo, fue consciente desde muy pequeño de la necesidad de la transformación social al punto de que al ser expulsado de un club de la colectividad por sus críticas de izquierda a la conducción del mismo, fundó uno propio llamado “Juventudes Unidas”. En este gesto se encuentra prácticamente la síntesis de su vida: su pensamiento crítico como precedente de su acción fundadora y transformadora.

“Juventudes Unidas” era un club de jóvenes sin sede. Hacia finales de los ’50 se encuentran con el club “Mordechai Anielewicz” (en homenaje al líder del Levantamiento del Gueto de Varsovia contra los nazis) y se articulan. Allí Enrique empieza su experiencia en el asociativismo ya que en el club Anielewicz se organizaban bajo la forma del mutualismo para el préstamo y con el cooperativismo organizaban la provisión de azúcar, yerba y otros productos cotidianos para los socios.

Bajo la perspectiva abierta de Enrique, la Mutual de Crédito del Anielewicz crece hasta romper las barreras de los propios socios y se constituye en una institución de préstamo para todo el barrio. Muchos trabajadores (ya no sólo de origen judío, sino también de otras colectividades) empiezan a pedirle dinero para financiar los pequeños talleres que luego serían lo que ahora llamamos PyMES. Así se puede observar cómo la vida de Enrique se vinculaba en un sentido amplio con el peronismo, sin ser él mismo un peronista, ya que los clientes de la cooperativa de crédito eran los obreros de la época de Perón que ascendían socialmente hasta instalar sus pequeños talleres e independizarse del patrón.

La Mutual del Anielewicz se convirtió con los años en la Cooperativa de Crédito “La Confianza” y luego se integró al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, red que nucleaba a la economía cooperativa en virtud de defenderse de las políticas represivas del gobierno de facto del General Ongania y su ministro de Economía Vasena. Este movimiento de resistencia fue el antecesor directo de la fundación del actual Banco Credicoop.

Como parte de su acción fundadora, Enrique fue uno de los promotores de la instalación del Polideportivo “Tte. Gral. Gregorio Pomar”. Construyó con ese objetivo la Comisión Vecinal Flores Norte con la Sociedad de Fomento “25 de Mayo” y organizaciones sociales y políticas. En este marco funda a su vez el periódico Vínculos Vecinales como órgano de difusión de las actividades que realizaba la Comisión en virtud de conseguir el predio para la construcción del Polideportivo. El reclamo tuvo primeramente una respuesta satisfactoria por parte de la Unión Cívica Radical en el Concejo Deliberante de la Ciudad, pero al sobrevenir la última Dictadura Cívico-Militar, el intendente de facto de la Ciudad, Osvaldo Cacciatore termina de construir un polideportivo al cual le da una dirección privada. Con lo cual, el barrio vuelve a movilizarse nuevamente pero, esta vez, en virtud de des-privatizar el Polideportivo. Finalmente, en la gestión presidencial de Ricardo Alfonsín el Polideportivo se recupera para el barrio y se le da el nombre que lleva actualmente. Enrique fue parte de la gestión del nuevo Polideportivo recuperado a través de una Cooperadora que él mismo presidió.

Carlos Davis

Fuente: Legislatura CABA