Nueva campaña de
concientización de la Defensoría de la prov.
de bs as
Último primer
día de clases
25/02/2023
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La iniciativa, que se lleva a cabo por quinto año
consecutivo, fue planificada por el Observatorio de
Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del
Pueblo bonaerense. A través de una guía y piezas
comunicacionales en redes sociales se busca concientizar
sobre la necesidad de disociar los conceptos de alcohol y
diversión, como así también difundir una serie de posibles
acciones para un abordaje integral del UPD tanto en las
familias como en las comunidades educativas. Asimismo, la
celebración del UPD suele estar atravesada por el consumo
excesivo de alcohol por parte de los
alumnos del último año de la
secundaria durante la noche anterior al 1º
día de clases.
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Este ritual, por lo general, comienza en algún domicilio
particular para luego trasladarse a espacios públicos y/o a
las cercanías de los establecimientos escolares. Como parte
del abordaje del UPD, la guía propone desmitificar la idea
que consumir bebidas alcohólicas favorece el divertimento o
a la posibilidad de pertenecer. |
Por el
contrario, el alcohol expone a las personas a un riesgo
mayor de ejercer y/o padecer acciones violentas.
También es uno
de los principales factores que provocan siniestros viales.
“El último relevamiento que realizamos desde el
Observatorio, que abarcó entrevistas a 1000 adolescentes que
concurren a escuelas gestión pública y privada de la
provincia de Buenos Aires, arrojó que ante la pregunta ¿Qué
buscás cuando consumís alcohol?, una de las respuestas más
elegida fue: "Divertirme /
Desinhibirme, no tener vergüenza".
"Es claro que el consumo de alcohol
por parte de jóvenes está atravesado por factores
socioculturales que deben ser problematizados”, explicó Juan
Gossen, director general en la Defensoría e investigador del
observatorio de Adicciones. Asimismo, los resultados del
relevamiento muestran que 1 de cada 5 de las y los
consultados (22,6%) consideran que el consumo de alcohol es
menos peligroso en comparación a otras sustancias como el
tabaco, la marihuana y la cocaína. Es decir, existe una baja
percepción del riesgo, algo que guarda una relación
inversamente proporcional a los consumos que hacen los
jóvenes. Las sustancias percibidas como menos riesgosas son
las más consumidas: en este caso el alcohol. El fenómeno es
conocido en la literatura especializada ya que los
consumidores frecuentes tienen una baja percepción del
riesgo de lo que consumen.
La guía propone:
Empecemos por casa: hablemos en familia sobre las consecuencias
del consumo excesivo de alcohol.
Busquemos contener a las y los jóvenes, no dejarlos solos.
Debemos
trabajar y promover, desde la escuela, prácticas de cuidado
entre pares.
Es
indispensable que al hablar sobre las consecuencias físicas y
sociales del consumo excesivo de alcohol utilicemos información
científicamente validada y actualizada.
Es
importante dar el mensaje que todo consumo de alcohol por parte
de menores de 18 años es de riesgo: no existe un nivel que se
considere “saludable” porque el cuerpo está en crecimiento y
resulta más vulnerable.
Las
medidas que se tomen desde la escuela no deben ser únicamente
prohibitivas o sancionatorias. Trabajemos el UPD como un hecho
pedagógico y reflexionemos críticamente sobre estas prácticas
Para
aquellas personas interesadas en abordar el tema tratado en esta
nota, ponemos a su disposición el folleto elaborado por la
Defensoría bonaerense (hacer
click aquí).