Cena de Año Nuevo,
atención con las intoxicaciones alimentarias
Festejos e intoxicaciones
27/12/2023
- En la actualidad, hay una gran
variedad de sustancias que, colocadas en los alimentos
procesados para dar mayor textura, sabor o color tienen
efectos nocivos para el organismo. Las gastroenterocolitis y
los trastornos malabsortivos se han trasformado en
enfermedades muy frecuentes. La mayoría de las personas
escuchó hablar sobre dispepsia, colon irritable e, incluso,
gastritis, y casi todos ellos han sufrido en algún momento
de su vida un episodio de diarrea o vómitos por comer comida
en mal estado. Existen muchas patologías gastrointestinales
agudas, pero tres frecuentes son la shigelosis, el síndrome
urémico hemolítico causado por Escherichia coli
y la salmonelosis.
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La shigelosis
es provocada por la bacteria Shigella. La intoxicación es
frecuente cuando se manipulan alimentos con las manos sucias
o cuando éstas se llevan a la boca. Es uno de los motivos
por el cual es frecuente en los niños que, a diferencia de
los adultos, no cuentan con el hábito incorporado de lavarse
bien las manos. |
Inicialmente, se manifiesta con dolor abdominal
y vómitos, aunque el sello característico es la
diarrea con sangre y abundante moco. La fiebre,
suele ser de 38 grados o más. Los síntomas
comienzan uno o dos días tras la infección,
aunque pueden tardar hasta una semana en
desarrollarse, y el enfermo es un vector de
contagio durante todo ese tiempo.
Es más
frecuente en menores de 5 años que viven en condiciones
precarias de salubridad. También en los adultos en caso de
realizar prácticas de sexo oral-anal.
La
salmonelosis, en tanto, es producto de la bacteria
Salmonella. Al igual que otras gastroenterocolitis
bacterianas, está estrechamente ligada con la ingesta de
ciertos alimentos sin adecuada preparación.
En el caso de
la Salmonella, tiene la particularidad de alojarse en el
intestino de los animales contaminados y transmitirse a
través de sus heces. Durante la faena y procesamiento (en
caso de pollos o vacas), estos pueden contagiarse y llegar
al comensal, que desarrolla la patología.
Es frecuente
en carne vacuna y de ave, huevos de gallina y pato, leche y
productos lácteos, pescados y camarones (por agua
contaminada con heces), aderezo preparado con huevo no
pasteurizado, frutas y verduras (no lavadas correctamente),
entre otras. De todos estos, los más frecuentes son los
huevos.
Se sabe que,
en un ave ponedora e infectada, por la capacidad que tiene
la Salmonella de colonizar los ovarios de la gallina,
algunos de sus huevos salen contaminados. Si este huevo se
mantiene a temperatura ambiente, sin una adecuada
refrigeración, las bacterias comienzan a multiplicarse en su
interior.
Por lo tanto,
los platos con huevo como ingrediente y sin una cocción
completa (postres como tiramisú, mousse y helados sin
pasteurizar, platos a base de huevos revueltos, omelette o
mayonesa casera) presentan un mayor riesgo.
Existen
algunos factores como tener de mascota un ave de corral o
tomar agua contaminada en zonas de sanidad deficiente.
Una vez
infectada, la persona puede desarrollar la enfermedad días
después y lo más característico es una gastroenterocolitis
(inflamación del estómago, el intestino y colon). Los
síntomas típicos son vómitos, dolor abdominal, fiebre y
diarrea con moco y sangre. Si bien no reviste mayor gravedad
en un adulto sano, puede ser mortal en personas con
inmunidad deficiente, ancianos o niños menores de 2 años.
El sindrome
urémico hemolítico es un cuadro caracterizado por la
combinación de insuficiencia renal aguda (IRA),
trombocitopenia (descenso en plaquetas) y anemia hemolítica
microangiopática (destrucción de los glóbulos rojos).
Afecta a niños
y a los adultos y está causado, en la mayoría de los casos,
por cepas de la bacteria Escherichia coli. La incidencia
global se estima en 2,1 casos cada 100 mil personas por año,
con un pico en menores de 5 años.
En la
Argentina, es la primera causa de insuficiencia renal aguda
y la segunda de insuficiencia renal crónica. Además, el país
presenta el registro más alto de casos en todo el mundo.
Afecta, principalmente, a niños entre 6 meses y los 5 años.
El microorganismo se transmite a los humanos a través de
alimentos y agua, aunque también puede hacerlo de persona a
persona.
Esta bacteria
coloniza el intestino sano del ganado bovino, aunque también
puede ocurrir en ovejas, cabras, caballos, perros y pájaros.
De aquí, radica la importancia de la correcta cocción de la
carne. La ingesta de hamburguesas con cocción deficiente
está involucrada en más de la mitad de los casos
En la
infancia, provoca dolor abdominal y diarrea acuosa y/o
sanguinolenta. Pueden asociarse vómitos y fiebre.
Posteriormente, el paciente se vuelve más irritable,
presenta palidez y manchas rojas en las extremidades como
signo de hemorragias. Es muy habitual la disminución de la
frecuencia y cantidad de orina, las convulsiones, el estado
somnoliento e incluso el coma.
No existe un
antídoto específico para la toxina, por lo que el
tratamiento es sintomático, a través de la reposición de
líquidos y el control hemodinámico. La mayor importancia
radica en la prevención y educación, evitar el consumo de
carnes con una inadecuada cocción y, sobre todo, la carne
picada en menores de 5 años.
Francisco Dadic
Médico
toxicólogo
Director de
"Toxicología Hoy"
App con información médica
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sustancias tóxicas y/o medicamentos)
Fuente:
Telam
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