permanecerá 
					cerrada durante enero por refacciones 
					
					
					Arreglos en la 
					estación Floresta
                  
                  01/01/2022 
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					La estación Floresta de la línea Sarmiento permanecerá 
					cerrada durante enero como consecuencia de las obras de 
					accesibilidad y mejoramiento que realizará Trenes Argentinos 
					en el marco del plan de Modernización del Transporte 
					Ferroviario que impulsa el Ministerio de Transporte de la 
					Nación. Según informaron fuentes de Trenes Argentinos, el 
					cierre de la parada ferroviaria es indispensable para la 
					ejecución de los trabajos puesto que se efectuará a lo largo 
					de los 200 metros que mide cada andén por lo que es 
					incompatible la circulación de personas con las tareas a 
					realizar. 
					
					
                  
                    
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					La obra que 
					está a cargo de Trenes Argentinos Infraestructura 
					dara comienzo el lunes 3 
					de enero. Incluye el cambio de losetas y bordes de 
					los andenes 1 y 2, el recambio del solado con 
					la incorporación de guías para personas con movilidad 
					reducida, la construcción de dos rampas de acceso y 
					reparación de ascensores.  | 
                  
					
											
													
					
					
					Asimismo, ya con estas 
					tareas concluidas y la estación reabierta, continuarán las 
					mejoras de las dependencias operativas; la refacción de las 
					boleterías; la colocación de iluminación led, cámaras de 
					video, un nuevo sistema de audio y señalética; y la 
					construcción de sanitarios nuevos en el andén descendente. 
					
					Las tareas se 
					desarrollarán en el verano para perjudicar a la menor 
					cantidad de pasajeras y pasajeros posible, puesto que el 
					número de personas se reduce de manera considerable a causa 
					de las vacaciones.
                  
                  
					Haciendo un poco de historia
                  
                  En 1857 se 
                  realizó el primer viaje entre la estación del Parque y la 
                  localidad de Floresta, en Buenos Aires. “La Porteña” fue la 
                  locomotora que condujo el convoy.
                  
                  
                  
                  Una multitud se 
                  dio cita en la plaza del Parque (hoy, plaza Lavalle) de la 
                  ciudad de Buenos Aires, el 29 de agosto de 1857. 
                  
                  
                  
                  Era un 
                  sábado luminoso; el sol realzaba los adornos dispuestos en la 
                  estación del Parque, y entre los presentes era generalizada la 
                  sensación de estar presenciando un momento histórico. El 
                  estridente sonido del silbato de la locomotora, bautizada “La 
                  Porteña”, anunció al público que era inminente la partida.
                  
                  
                  El primer 
                  tren que circuló en la Argentina comenzó a rodar entre los 
                  vítores y los aplausos de la multitud, que se agolpaba a lo 
                  largo de las vías. Poco después llegaba al final del 
                  recorrido, y todo el pueblo de La Floresta se reunió en la 
                  estación para dar la bienvenida al tren y celebrar el 
                  acontecimiento. 
                  
                  Comienzan los 
                  trabajos 
                  
                  Los 
                  trabajos para permitir la circulación del primer tren en 
                  nuestro país habían comenzado mucho antes. En los primeros 
                  meses de 1855 llegaron técnicos y operarios desde Europa para 
                  construir las vías; rápidamente se iniciaron las obras, pero 
                  distintos inconvenientes fueron dilatando los plazos 
                  previstos. 
					
                  
                  
                  Según el 
                  contrato firmado, el ferrocarril debía inaugurarse en enero de 
                  1857, pero las intensas lluvias de ese verano dañaron los 
                  terraplenes, y frustraron una y otra vez las expectativas 
                  despertadas por el proyecto. Finalmente, en agosto la obra 
                  quedó concluida. 
                  
                  El viaje 
                  experimental del primer convoy, formado por la locomotora “La 
                  Porteña” y dos coches -en los que viajaban algunos pasajeros-, 
                  cubrió el trayecto de ida sin inconvenientes, pero se produjo 
                  un accidente en el viaje de retorno. El maquinista quiso 
                  imprimirle mayor velocidad al tren y alcanzó las 25 millas por 
                  hora, una velocidad fabulosa para la época. Pero las vías no 
                  estaban preparadas para tamaña exigencia: la locomotora 
                  descarriló y quedó dañado un tramo de 80 metros. 
                  
                  
                  
                  
                  Los 
                  viajeros, entre los que se encontraban accionistas de la 
                  empresa ferroviaria, sufrieron algunas contusiones, pero se 
                  juramentaron para mantener en secreto el incidente; no querían 
                  que el público se alarmara. 
                  
                  Los 
                  técnicos realizaron las obras necesarias para garantizar que 
                  nada semejante se produjera, y el 27 de agosto se realizó un 
                  nuevo ensayo en privado. Esta vez el éxito coronó los 
                  esfuerzos, por lo que se acordó que dos días después se 
                  realizara el viaje inaugural oficial. 
                  
                  El tren 
                  conducido por “La Porteña” recorrió unos 10 kilómetros. No fue 
                  mucha la distancia, pero marcó el inicio de una actividad que 
                  alcanzó notable desarrollo, fue el motor del progreso 
                  argentino durante la mitad del siglo XX y declinó en la última 
                  década de la centuria. 
					
					
                  					
                  					
                  					Carlos Davis
					
					Fuente: 
					
					Telam - La 
					Gaceta - Notas de archivo propio