En Argentina, los datos
publicados en la 4° Encuesta
Nacional de Factores de
Riesgo (2019) muestran una
prevalencia de obesidad del
25,3%, resultando en un
incremento del 73,3%
respecto del 2005.
La licenciada María Laura
Oliva, especialista en
Nutrición Clínica y
profesora de la Licenciatura
en Nutrición de la Facultad
de Ciencias Biomédicas de la
Universidad Austral,
reflexiona sobre lo que
sucede con esta enfermedad
en nuestro país y explica
que "dado que la obesidad se
entiende como una enfermedad
médica crónica y no
simplemente como una
consecuencia de malas
elecciones de comportamiento
de salud, el manejo de esta
asume muchos de los
principios del manejo de
enfermedades crónicas. Por
ejemplo, al igual que con
otras afecciones crónicas,
los resultados que se desean
están determinados,
principalmente, no por lo
que hace el profesional de
salud dentro de la visita,
sino por las elecciones de
comportamiento que el
individuo toma fuera de la
consulta y dentro del
contexto de sus vidas".
"Es necesario reconocer, con
intervenciones psicológicas
y conductuales, que los
resultados dependen de lo
que el paciente sea capaz de
hacer (adherencia
conductual) y no de lo que
haga o diga el profesional
tratante", reitera Oliva.
Al respecto de las
estrategias de salud
pública, la profesora de la
Universidad Austral
considera que se centran en
la obesidad como "un
problema de alimentación
poco saludable e inactividad
física, e ignoran los
factores biológicos,
genéticos, ambientales y
sociales que contribuyen a
la obesidad".
"Así se puede contribuir a
la simplificación excesiva
de la enfermedad y a la
falta de comprensión pública
de la enfermedad", detalla
Oliva y agrega: "Lo que
puede conducir a narrativas
sociales inexactas de que la
obesidad es una elección y
que solo las personas con
obesidad pueden abordar su
propia obesidad. Esta falta
de comprensión, a su vez,
puede llevar a que las
personas experimenten
prejuicios y estigmas
relacionados con el peso".
En este sentido, la
especialista en Nutrición
Clínica sostiene que es
necesario modificar la
narrativa de la salud
pública para alinearla con
la comprensión científica y
clínica actual de la
obesidad como enfermedad
crónica y desarrollar
estrategias integrales de
abordaje. Así, indica que
como estrategias
individuales las personas
con obesidad "merecen
recibir atención basada en
evidencia que se
contextualice a sus propias
realidades y experiencias.
Los profesionales de la
salud debemos apoyar a los
pacientes "donde están",
escuchar sus preocupaciones
y encontrar formas de
ayudarlos en su propio
camino hacia la salud".
"La compleja etiología de la
obesidad ha contribuido a un
sesgo y un estigma
generalizados en el sistema
sanitario y en la sociedad
en su conjunto, y ha
obstaculizado el progreso en
el manejo de la obesidad
como enfermedad crónica. Se
requiere una movilización
urgente de conocimientos y
recursos y un esfuerzo
colectivo para reducir el
impacto significativo y de
gran alcance de la obesidad,
una enfermedad
potencialmente mortal, en la
población argentina",
concluye la licenciada
Oliva.
Fuente:
Prensa Universidad Austral