La mayoría de estos niños y niñas no están escolarizados. Y todos están expuestos a carencias de higiene, a abusos y a trabajo infantil, sin hablar de las consecuencias de salud por las extremas condiciones de vida. “Recordamos casos de severas intoxicaciones alimentarias por ingerir comida en mal estado, y también, por ejemplo, el de un adolescente de 13 años que, después de nuestras reiteradas llamadas al SAME, fue llevado a las emergencias por una peritonitis, consecuencia de la falta de atención médica a tiempo”.

Frente a esta dolorosa realidad, las soluciones provistas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires son escasas o parciales. La Ley 26061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes prevé que “Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la vida, a su disfrute, protección y a la obtención de una buena calidad de vida” (art. 8), y también reconoce el “Derecho a la dignidad y a la integridad personal” (art. 9).

Con la finalidad de cumplir la ley, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes brinda una forma de asistencia (en especial, en el invierno), pero muchas veces se hace a costa de la unidad familiar. “Varias familias se esconden de las rondas de las Defensorías del Consejo, porque saben que la solución propuesta va a ser separarlos de sus niños. Fuimos testigos de un caso en el cual un menor de tres años que estaba con su familia en calle fue llevado a un hogar por un agente de dicha entidad, a la madrugada, en un vehículo no identificable, sin mucha explicación y dejando apenas un papel. Es una situación terrible y de mucha angustia para las familias. Ofrecer un techo sin garantizar la unidad familiar no es una solución, ni un cumplimiento de los derechos de los niños. Sabemos además que después, la revinculación es muy difícil”.

Algunas familias van y vienen entre la calle y situaciones precarias en hoteles. La ley de emergencia habitacional debería garantizar la vivienda a los grupos familiares en vulnerabilidad, y en particular con menores de edad; sin embargo, no fueron escasos los desalojos en la Ciudad en los últimos meses.

“Cada mes, llevamos bolsones de insumos a unas 50 familias en riesgo de situación de calle, alojadas en hoteles, en 9 comunas. De las 112 personas que las conforman, 50 (44%) son niños y niñas. Con la situación económica que se está viviendo, sabemos que son familias que en cualquier momento pueden volver a la calle. De hecho, hace unos meses, nos hemos reencontrado con una familia con 2 niños, que había sido desalojada por no poder pagar el alquiler”.

Acción PSC trabaja desde hace casi 4 años en la visibilización y el acompañamiento de las personas en situación de calle y siempre se necesita una mano más. Se puede colaborar sumándose como voluntario, donando alimentos, ropa, artículos de higiene o aportando dinero a través de Mercado Pago: http://www.accionpsc.com/donaciones.xhtml

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Fuente: Prensa Acción PSC