"carteándonos"
(via
email)
con
desconocidos
"Un amor de
verano"
15/01/2021
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Así se titula un proyecto de
escritura colectiva entre desconocidos, que se comprometen a
enviarse correos electrónicos durante enero y febrero, para
contarse intimidades, secretos o trivialidades,
pero sobre todo para practicar el arte de
escribirse diariamente. Esta tercera
edición
de la iniciativa recrea, de manera virtual,
la actividad de los antiguamente llamados "pen friend"
o "amigos por correspondencia",
que relacionaba a los que querían
ejercitar un idioma desconocido y que
en general conectaba a personas de
diferentes países. "Un amor de verano" rescata
(en tiempos de la
tecnología) la posibilidad de dar
rienda suelta a la pluma y de hablar con el otro sin
tapujos.
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No existe algo
así como un perfil promedio de participantes. Lo interesante
es la diversidad y la posibilidad de que te
toque un amigue completamente diferente.
Los participantes suelen ser
gente interesada en la literatura, pero esto
no es completamente cierto dice Tomás Guarna, creador
del proyecto junto a
Tamara Talesnik. |
En la primera
edición, en enero de 2019, se anotaron 500 personas para
que se les asigne un amigo o amiga, mientras que en la
edición de verano 2021 participan actualmente 2800
personas y hay más de 700 en lista de espera para ocupar
el lugar de aquellos "amigues" que pasen más de una
semana sin responder a su "amor de verano" virtual.
En la web
unamordeverano.com es donde los interesados pueden
inscribirse al proyecto (convocatoria
que abrió en diciembre)
y donde también se comparten fragmentos de
conversaciones que los protagonistas deciden compartir.
"Todo empezó una
noche de calor" es una de las frases con la que los
organizadores invitan a conocer al amigo asignado, un
sitio donde se "matchea" la información de cada pareja,
por ejemplo "F" y "T": él cree que "el amor es para
obtusos" y ella, que "es para valientes".
Y aclaran los
organizadores en el correo de asignación: "El primer
mail es el más difícil. Se nos ocurren algunas ideas
para que te animes al primer contacto. Contale sobre 10
veces que fuiste valiente", o también "Escribí varias
preguntas que te gustaría que responda", sugieren.
Para los curiosos
pero que no se animan a participar, hay una suscripción
a un newsletter con los mejores fragmentos de
conversaciones, siempre anónimas: "Pocas cosas me
parecen más románticas que escribirle un mail a alguien
que no conozco" o "tomé la decisión de no buscarte en
ninguna red, quiero saber de vos solo lo que vos me
quieras contar".
La
idea nació
en diciembre de 2018, cuando Tomás Guarna y
Tamara
Talesnik
compañeros en un taller de escritura. Una amiga se iba a
ir de viaje durante todo el verano y habían
quedado en mandarnos mails. A partir de eso, Tomás dijo
que tenía ganas de armar un intercambio epistolar entre
distintos talleres, pero nadie le dio mucha bola y
Tamara lo ayudó
a armarlo. Primero iba a ser algo entre personas de ese
entorno, pero después decidieron
abrirlo a amigxs y conocidxs. Y ahí se
armó un proyecto de escritura
colectiva entre personas desconocidas.
La primera vez se
anotaron alrededor de 500 personas
cuando habían acordado arrancar si se anotaban
al menos 30. En esta
edición hay más de 2800 personas,
con 750 anotados en lista
de espera.
Los
organizadores comentan: "Todas
las semanas enviamos disparadores de escritura para
ayudar a quienes se traben en el intercambio o sientan
que no tienen sobre qué escribir. La intención con estas
'consignas'
es estimular a que se suelten (por ejemplo, sugeríamos
enviar una lista de preguntas que te gustaría que tu
amigue responda), que vayan hacia temas más íntimos o
que normalmente no hablarías con una persona desconocida
y finalmente pensar el intercambio como algo inagotable
y despegado de lo temático. Finalmente, se puede
escribir sobre cualquier cosa. Por lo general, sugerimos
hablar de rutina, intereses y preocupaciones y creemos
que suele virar a los temas más universales: amor,
familia, trabajo, deseos.
Pareciera que después de transitar por un aislamiento
social prolongado, la propuesta de retomar el contacto,
la conexión con el otro (aunque sea un perfecto
desconocido, o precisamente por ello) resulta seductora,
o al menos liberadora...
Carlos Davis
Fuente:
Telam