"Esto representa un nivel de
acuerdo, ya que el proyecto
fue elaborado y discutido en
todas las instancias
institucionales tanto
ambientales como de la
comunidad educativa".
La ENEA será coordinada
ejecutivamente entre ambos
ministerios, asesorados
permanentemente por un
consejo consultivo integrado
por comunidades campesinas e
indígenas, Universidades
Nacionales, representantes
del Conicet, los gremios
docentes, las organizaciones
estudiantiles, y Parques
Nacionales. La educación
ambiental será inclusiva,
federal y participativa: las
federaciones de cartoneros,
los movimientos sociales,
las organizaciones de
agroecología pueden aportar
su perspectiva para
fortalecer los procesos de
aprendizaje de nuestros
estudiantes, niños y
adolescentes.
Las organizaciones, a través
de capacitaciones, talleres
y charlas permanentes,
asumieron desde siempre la
tarea de formar en materia
ambiental a nuestra
sociedad. La aprobación y
reglamentación de la ley
pondrá al Estado Nacional y
al federalismo argentino a
ocupar un rol vital en un
contexto donde los recursos
naturales son cada vez más
escasos: repensar y
construir un vínculo social,
cultural, económico y
político nuevo con el
ambiente logrando un modelo
de producción más justo y
sostenible. Un verdadero
cambio de paradigma.
Nuestro proyecto político
modificará las currículas
progresivamente para que los
contenidos de las distintas
materias de todos los
niveles educativos tengan la
perspectiva ecológica y
ambiental necesaria para
abordar los problemas de
contaminación, el acceso al
agua potable y el acceso a
la tierra, los patrones de
consumo y hasta el sistema
de producción.
Una de las características
fundamentales de esta
política educativa con
perspectiva ambiental es la
protección de nuestra
soberanía, de nuestra casa
común. Somos parte de la
tierra y la naturaleza que
habitamos, no somos los
dueños.
Los contenidos también serán
integrados a la educación
superior y el Instituto de
Formación Docente. La
política ambiental se
preocupará no solo de
generar niños, niñas y
adolescentes más críticos y
empáticos con la naturaleza
y el medio ambiente, sino
que también realizará lo
propio con nuestros
docentes, los formadores,
actores claves en la nueva
normalidad.
Nuestro Congreso Nacional
aprobó el Acuerdo Regional
de Escazú sobre acceso a la
información pública en
materia ambiental y hoy
debatimos como implementar
la Ley Yolanda de
capacitación ambiental para
nuestros funcionarios. Si a
eso le sumamos que en el
proceso de aprendizaje
nuestros jóvenes
incorporarán contenidos
sobre las problemáticas
locales, la agroecología,
los modos de producción,
llevamos a nuestro país un
destino ambiental más justo.
Que sea Ley.
Leonardo Grosso
Fuente:
Telam