"Las más de 6 mil personas que reunió el evento fueron convocadas bajo la consigna "Estamos al Borde del Colapso", y también participaron militantes socioambientales como Angela Mendez (hija de Chico Mendez), Watatakalu Yawalapiti (referenta de la Articulación de los Pueblos Indígenas del Brasil) así como otros del movimiento Engajamuendo, Midia Ninja, FFF Brasil y su par de México".

En paralelo a estas actividades virtuales, se realizó un "Proyectorazo" que desplegó imágenes gigantes en distintos países de América latina bajo las consignas "Estamos al Borde del Colapso" y "Latinoamérica en Llamas", que hicieron referencia al avance de la crisis climática y ecológica, y a los crecientes focos de incendio registrados en las últimas semanas, que (en Argentina) afectan principalmente las regiones del Delta del Paraná y las Sierras de Córdoba.

Weintraub (vocero de la organización) agregó que, en el caso particular el país, se reclamó por "una Ley de Humedales YA en Tucumán, Córdoba, Mendoza, la provincia de Buenos Aires y Capital Federal".

Ayer, en Estocolmo, los manifestantes se congregaron frente al Parlamento, donde la joven activista Greta Thunberg inició su lucha contra el cambio climático dos años atrás.

Rodeada de una decena de activistas, la adolescente de 17 años reclamó "aumentar la presión a las personas en el poder. Tenemos que tratar la crisis climática como una crisis, es tan simple como eso", dijo, con su ya famoso cartel "Skolstrejk for klimatet" ("Huelga escolar por el clima") en la mano y llevando su barbijo.

Desde su regreso a Suecia tras un año sabático para defender la causa climática alrededor del mundo, Thunberg retomó su costumbre de instalarse en los accesos del Parlamento cada viernes por la mañana.

"Nuestra principal esperanza, como siempre, es tratar de influir en la conciencia y la opinión pública para que la gente empiece a considerar la crisis climática, y aumentar la presión a los que están en el poder para que cambien las cosas", dijo Greta, rodeada de militantes ambientalistas y la prensa.

Carlos Davis