refuerzan el sistema
sanitario argentino
Voluntarios
itinerantes en Salud
14/09/2020
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En su paso por el mundo, el coronavirus hizo crujir sistemas
médicos robustos, empujó a ciertos Estados a cometer actos
de piratería para conseguir equipamientos escasos como
respiradores pero, además, puso y pone a prueba la
resistencia del factor humano en la atención sanitaria, una
problemática que se vive en Argentina y que el Ministerio de
Salud trata de amortiguar con la convocatoria y
participación de profesionales voluntarios. La respuesta no
se hizo esperar, ya que cerca de 3.800 profesionales (entre
médicos, enfermeros, kinesiólogos y expertos en emergencia)
han respondido al llamado desde abril.
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Judit Díaz Bazán, Subsecretaria de Calidad, Regulación y
Fiscalización del Ministerio de Salud de la Nación (a cargo
de Ginés González García), afirma que la tensión del sistema
(la misma que ayudan a descomprimir los voluntarios
anotados) "ya se puede ver en el rostro" de quienes están en
la primera línea del combate a la pandemia. |
A más de 140
días de la implementación del programa "Profesionales
Itinerantes", ya se realizaron más de una docena de
intervenciones que van desde algunas de breve extensión en
el conurbano bonaerense hasta el establecimiento de equipos
que -desde hace meses- están trabajando para contener al
coronavirus en provincias como Chaco.
Según relató a
Télam la funcionaria, en un país extenso y diverso, las
necesidades no son siempre las mismas: "Con los secretarios de
salud o con los ministros lo que hacemos es una presentación
para saber si tienen más dificultades para ampliar el
laboratorio o si el problema está en la búsqueda de contactos o
en el aislamiento (de positivos), o si tienen dificultades en la
capacitación del trabajador de salud para incorporarlo al
servicio".
Sin embargo, a
veces "se necesitan médicos comunitarios que caminen los
barrios, junto a los voluntarios del plan Detectar".
Díaz Bazán destacó
como "invalorable" el rol de cada trabajador de salud y de los
voluntarios, quienes dejan a sus familias por períodos que
superan los 15 días para ir a colaborar a lugares que están a
miles de kilómetros de sus hogares.
"No nos ha tocado
ver mezquindades. Pudimos leer una carta que una voluntaria hizo
respondiendo a la pregunta de su hija, quién quería saber por
qué se sumaba a ese trabajo. La respuesta era porque para esto
había estudiado y se había preparado", añadió.
Las tareas
desempeñadas por los profesionales itinerantes varían en cada
viaje: en algunos casos, por ejemplo, han trabajado en la
atención directa de pacientes y en otros han capacitado a sus
pares para poder adaptarse al trabajo en unidades de atención
crítica.
María Victoria
Enriquez forma parte de la Dirección Nacional de Enfermería y,
como responsable de esas capacitaciones, ha viajado por el país
para "formar formadores": "Los voluntarios nunca cumplen solo
con su horario y listo. Trabajan, motivan, se comprometen. La
pandemia deja a la vista no sólo cómo es el sistema de salud,
sino la calidad humana de los que lo integran".
"Ellos dejan a sus
familias, sus trabajos, y van a meterse en lugares que
desconocen por completo, para darlo todo", señaló en diálogo con
Télam.
Uno de los mayores
problemas radica en el entrenamiento que se necesita para
atender a los pacientes internados en terapia intensiva, una
tarea que en un contexto normal lleva años pero que la crisis
obligó a acelerar.
En ese sentido,
Enriquez destacó el ejemplo de Chaco, donde los voluntarios
pudieron capacitar y formar a sus colegas locales para, después
de mucho esfuerzo, bajar la tensión en el sistema.
Sin embargo, ambas
funcionarias sostienen que el camino por recorrer aún es largo y
saben que su tarea, como la de los voluntarios, seguirá siendo
necesaria.
De los más de 900
profesionales que ya pasaron de la convocatoria al trabajo de
campo, sólo 3 se han infectado con Covid-19, lo que no mitiga el
dolor por aquellos médicos, enfermeros y kinesiólogos que están
internados o han muerto: "Genera mucha frustración saber que un
colega está con respirador después de haber dado todo", comentó
la subsecretaria de Calidad.
Al ser consultadas
sobre la existencia de sectores que militan "contra la
cuarentena", ambas utilizan las mismas expresiones: "Dolor",
"impotencia" y "frustración".
Mientras que
Enriquez señaló que esas personas "que no toman recaudos pueden
ser los portadores asintomáticos que lleven la enfermedad y la
contagien a quienes se crucen por la vida", Díaz Bazán prefirió
una metáfora bien gráfica: "Cuando alguien no quiere reconocer
lo que está pasando con el coronavirus es como que vaya
recomendando subirse a un auto de Formula 1 sin casco ni
cinturón".
Carlos Davis
Fuente:
Telam