Semana del 9 al
15 de marzo
Menos sal más
salud
11/03/2020
- En
medio de la "Semana Mundial de la Concientización sobre el
uso adecuado de la sal", la Lic. Constanza Echevarría,
Profesora de la carrera de Nutrición de la Universidad
Austral nos brinda algunos consejos y reflexiones acerca del
buen uso de la sal en nuestra alimentación. A su vez nos
indica y describe alguna de las patologías o perjuicios que
puede
ocasionar el uso excesivo de esta sustancia que desde la
antigüedad está relacionada con la vida y la buena salud. La
Organización Mundial de la Salud estima que cada año se
podrían evitar 2,5 millones de muertes si el consumo de sal
mundial se redujera al nivel recomendado.
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En medio de la
alerta por el coronavirus, en esta semana de reflexión
global vale la pena recordar otras medidas muy simples (pero
no menos importantes)
que impactan en el cuidado de nuesta salud y la prevención
de enfermedades. La Lic. Echevarría advierte sobre la
importancia de cuidar el consumo de la sal. |
En la actualidad, la
rápida urbanización, la producción creciente de productos
alimenticios y los cambios en el estilo de vida están
alterando los hábitos alimentarios. Los alimentos elaborados
son cada vez más corrientes y accesibles y, a nivel mundial,
hay una mayor tendencia a consumir alimentos ricos en
energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos
trans, azúcar y sal. Además, las personas comen menos
frutas, verduras, harinas integrales y legumbres, elementos
clave para llevar una alimentación saludable y prevenir
enfermedades cardiovasculares.
Según la Organización
Mundial de la Salud (OMS), en el año 2017 murieron 17,8
millones de personas afectadas por enfermedades
cardiovasculares, lo que representa el 32% de todas las
muertes registradas en el mundo (aproximadamente 3 de cada
10).
La tensión arterial
alta (hipertensión) es un factor de riesgo importante para
las enfermedades cardiovasculares, en especial los ataques
cardíacos y los accidentes cerebrovasculares (ACV). En
Argentina el 34% de la población mayor a 18 años es
hipertensa, una tendencia que se reitera a nivel mundial
donde 1 de cada 3 personas tiene una presión arterial que
supera los valores normales.
El elevado consumo de
sodio, mayor a los 5 gramos de sal por día recomendados (1
cucharadita tamaño té) contribuye a la hipertensión
arterial, por lo que la reducción de la ingesta de sal se
considera una de las medidas más costo-eficaces que los
países pueden tomar para mejorar la situación sanitaria de
la población.
La OMS estima que cada
año se podrían evitar 2,5 millones de muertes si el consumo
de sal a nivel mundial se redujera al nivel recomendado.
El sodio es un
nutriente importante de la dieta. No obstante, la mayoría de
las personas consume más de lo que cree y de lo que es
saludable. En América, los promedios de consumo de sal van
desde 12 g al día en Argentina y 11 g diarios en Brasil, a
8,5-9 g por día en Canadá, Chile y Estados Unidos. Es decir,
por encima del doble de la ingesta máxima recomendada
(5g/d).
La mayoría de la sal en
exceso que consumen las personas no proviene de los saleros
sino de los alimentos procesados como el pan, galletitas,
comidas procesadas e instantáneas, fiambres, snacks,
condimentos, aderezos y caldos.
El mejoramiento de los
hábitos alimentarios es una responsabilidad que incumbe
tanto al individuo como a la sociedad. Las políticas y
estrategias públicas deben crear entornos que permitan a las
poblaciones consumir cantidades suficientes de alimentos
saludables y nutritivos, con bajo contenido de sal.
Argentina cuenta con un
conjunto de herramientas legales, normas y programas
vinculados a políticas alimentarias. En cuanto a las
políticas para reducir el consumo de sodio, en el año 2013
se sancionó la Ley Nacional Nº 26.905 que establece medidas
de promoción y de regulación del contenido de sodio de
ciertos grupos de alimentos. Esta iniciativa tiene como
principales objetivos concientizar a la población sobre la
necesidad de disminuir la incorporación de sal en las
comidas, la reducción progresiva del contenido de sodio de
los alimentos procesados mediante acuerdos con la Industria
de Alimentos, como así también la reducción del contenido de
sal en la elaboración del pan artesanal.
Asimismo, se están
implementando estrategias para dar cumplimiento a los otros
puntos de la ley: capacitación a gastronómicos, panaderos,
hoteleros, escuelas de gastronomía, responsables de
servicios de alimentación, empleados de restaurantes y
hoteles; y desarrollo de mensajes de advertencia sanitaria
sobre el riesgo del consumo excesivo de sodio, a colocar en
los envases de sal de mesa, entre otras.
Algunas
recomendaciones para reducir el consumo de sal en el hogar
Usar especias y
hierbas aromáticas durante la preparación de los alimentos,
en lugar de sal.
No colocar
saleros en la mesa;
Limitar el
consumo de alimentos procesados, industrializados; y en todo
caso elegir aquellos con bajo contenido en sodio (atención a
las etiquetas).
Educar a los
niños y crear un entorno propicio para que adopten
tempranamente una dieta baja en sodio.
Priorizar la
compra, preparación y consumo de alimentos frescos (frutas,
verduras, huevos, carnes, almidones y legumbres).
Por la Lic. Constanza
Echevarría
Profesora de la carrera de Nutrición
Universidad Austral.