Indagaciones sobre el estado de la cultura y el rol de la 
					virtualidad
					
					Cultura, 
					virtualidad y pandemia
					
					21/06/2020
					- Aunque las versiones digitales de la Feria Internacional 
					del Libro, el Filba y la Feria de Editores fueron una 
					secuela obligada por las restricciones por el coronavirus, 
					la convocatoria que están teniendo muchas propuestas 
					culturales trasladadas al formato virtual ha instalado un 
					debate sobre la incidencia que tendrá a futuro esta 
					modalidad como forma de producción cultural y a la vez como 
					canal de difusión y comercialización vinculado a la 
					industria del libro. La pandemia es leída como un punto de inflexión de la 
					vida en común, pero también como una instancia que pone al 
					descubierto un montón de cuestiones que merecen ser 
					debatidas.
                  
                    
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					Sin duda 
					existen aspectos de la cultura que permanecían ocultos y que ahora, 
					al emerger, están 
					en el debate público. Repensar la cultura y aprovechar 
					la oportunidad para desautomatizar algunas prácticas, es una 
					cuestión que atraviesa por estos días la organización del 
					próximo Filba, que se realizará entre el 16 y el 24 de 
					octubre.  | 
                  
					
											
					
					"Resulta impensable que la conversación de este año en el 
					Festival no gire en torno a la pandemia: estemos hartos del 
					tema o no, va a ser insoslayable. Y no creemos que vaya a 
					estar agotado: la pandemia, el encierro y sus consecuencias 
					van a seguir siendo analizadas por meses y tal vez años. 
					¿Qué efectos tendrá esto en los libros? ¿Qué búsqueda en los 
					lectores? Eso no lo sabemos aún. Lo cierto es que leemos 
					escenas en las que los cuerpos desconocidos se tocan y, de 
					pronto, nos parece extraño", dice Amalia Sanz, directora de 
					la Fundación Filba, en diálogo con Télam. 
					
					Para Víctor Malumián, organizador de la Feria de Editores 
					y fundador junto a Hernán López Winne de Ediciones Godot, el 
					escenario está aún muy cargado de incertidumbre como para 
					hacer proyecciones sobre la perdurabilidad de algunas 
					prácticas surgidas durante la cuarentena.  
					
					"Es un poco temprano para responder taxativamente. Creo 
					que hay una tendencia a la profecía fácil. La profecía tiene 
					dos partes igualmente importantes, el qué y cuándo. Si 
					alguna de las dos falla cambia la ecuación", dice. 
					 
					
					"Seguramente algunas de nuestras prácticas cotidianas 
					cambien, pero me parece que no tantas ni por tanto tiempo. 
					Algunos procesos que ya estaban ahí se están acelerando como 
					la digitalización de catálogos y la importancia de una 
					genuina comunicación digital. Los contenidos no están 
					ligados al tema de la pandemia, al menos no los que estamos 
					pensando ahora… personalmente es un tema que me tiene un 
					poco saturado y no creo que sea el único", dispara el 
					editor.  
					
					Con su carga de incertidumbre, angustia o perplejidad, 
					los tiempos de aislamiento social dieron lugar también a 
					indagaciones de corte literario. Matías Reck, editor de 
					Milena Caserola y uno de los organizadores de la Feria del 
					Libro en Casa, lanzó desde el sello un Concurso de Escritura 
					Viral de Narradores y Poetas en Cuarentena donde se 
					recibieron "más de 400 textos, todos escritos desde el 
					encierro y desde esta nueva normalidad".  
					
					"Lo notable es que muchos de los participantes eran 
					escritores y ya tenían textos publicados pero muchos otros 
					era la primera vez que se sentaban a escribir una crónica de 
					lo que estaban viviendo, sobre todo de los primeros tiempos 
					de cuarentena –relata Reck-. Esa situación lleva a que se 
					repiensen mucho de los contenidos porque uno revisa ciertas 
					novelas, ensayos o poéticas y quizá los temas sobre los que 
					se venía escribiendo quedan afuera o hacen ruido: dramas o 
					situaciones que parecían violentas y que al lado de una 
					situación como la que estamos viviendo quedan fuera de 
					foco".  
					
					Para el editor "es necesario ver lo que nos está pasando 
					y cómo la sensibilidad puede expresar este nuevo momento que 
					tiene algo muy humanamente difícil de resolver que es la 
					distancia, la lejanía de otro y la imposibilidad de un 
					contacto físico".  
					
					Durante todo este tiempo de reclusión hogareña, muchas de 
					las actividades sociales y culturales se desplazaron al 
					formato virtual. Cuando todo tome la forma de una normalidad 
					más familiar ¿cuánto sobrevivirá de ese universo intangible 
					en el ahora tienen lugar los intercambios? ¿La cultura 
					tendrá mayor incidencia en las plataformas virtuales?  
					
					"Es difícil hablar del futuro próximo porque estamos 
					experimentando un presente cuyos signos son, al menos para 
					mí, muy difíciles de comprender. Estamos viviendo mientras 
					tratamos de entender lo nuevo que vivimos. Ya vimos, al 
					comienzo del confinamiento, como certezas planteadas en 
					debates sociológicos o filosóficos eran rebatidas por la 
					experiencia, semanas después", analiza Sanz.  
					
					"Sin embargo, podemos estar seguros que ciertas ventajas 
					de la virtualidad son evidentes: la comodidad de presenciar 
					lo que quieras desde tu sillón es algo muy atractivo y no 
					tengo dudas de que eso constituye también una forma de 
					'presenciar' –en ausencia- una actividad. Pero, por otro 
					lado, imagino que el aura del acto en vivo, el encuentro con 
					el autor o entre pares, va a ser una experiencia a la que 
					querremos volver", concluye.