Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288
encuentro
conmemorativo junto a sobrevivientes del ex olimpo
A 42
años del inicio de horror
16/08/2020
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El
16 de agosto 1978 comenzaba a funcionar el Centro
Clandestino de Detención Tortura y Exterminio conocido como
"Olimpo". El predio se mantuvo operativo hasta enero de
1979. Fue apenas uno de los más de cuarenta centros
clandestinos de detención que funcionaron en la ciudad de Bs
As durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
Gran parte de las personas secuestradas en “Olimpo”
provenían de los centros de detención “Club Atlético” (que
operó durante 1977 en el barrio de San Telmo); y “El Banco”
(ubicado en Autopista Richieri y Camino de Cintura).
Estos centros
clandestinos de detención conformaron el circuito represivo
Atlético-Banco-Olimpo (ABO). En el marco del ciclo de
conversatorios organizados por la Secretaría de Derechos
Humanos, se realizó un encuentro junto a sobrevivientes del
ex CCDTyE "Olimpo" presentándose el documental “El
traslado”.
El evento
contó con la participación de la subsecretaria de Promoción
de Derechos Humanos, Natalia Barreiro; las coordinadoras del
Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos
Humanos ex CCDTyE “Olimpo”, María Eugenia Mendizábal e
Isabel Cerruti; el realizador del documental El traslado,
Marcelo López; y los y las sobrevivientes de los centros
clandestinos “El Banco” y “Olimpo” Isabel Cerruti, Elsa
Lombardo, Graciela Trotta y Enrique Ghezán.
María Eugenia
Mendizábal definió a los espacios para la memoria como
“lugares de encuentro” donde se llevan adelante actividades
pedagógicas, acciones solidarias, investigaciones y
contenidos “con perspectiva de reparación histórica”. Y
agregó: “La voz de donde obtenemos la información sobre lo
que sucedió en los centros clandestinos la obtenemos de
nuestros compañeros y nuestras compañeras sobrevivientes.
Todos somos parte de un legado y los y las sobrevivientes
han transmitido una resignificación de las palabras ‘vida’,
‘dignidad’, ‘resistencia’ y ‘amor’”.
Natalia
Barreiro también se refirió a las voces de los y las
sobrevivientes y las calificó como “valiosas” y “valientes”.
Afirmó que hoy hay que pensar a los espacios para la memoria
como lugares de inclusión en derechos humanos y “poner en
valor todas las acciones que allí se realizan, ya que los
espacios son una política de Estado que nos permite sostener
la historia y seguir luchando por la Justicia”.
Por su parte,
Marcelo López definió al documental El traslado como una
“una realización colectiva que da cuenta de los militantes
que nunca han dejado de luchar y de dar cuenta de sus
experiencias y resistencias dentro de los centros”.
Los cuatro
sobrevivientes coincidieron en que ese 16 de agosto, cuando
los sacaron del centro clandestino de detención (CCD) “El
Banco”, fue un día de incertidumbre y miedo. Isabel Cerruti
destacó que “este traslado da cuenta del plan sistemático”
ya que “se empieza a construir Olimpo específicamente para
su funcionamiento como CCD: las celdas, la enfermería, las
salas de tortura, todo”.
El traslado
desde “El Banco” a “Olimpo” se produjo en camiones del
Ejército. Los detenidos-desaparecidos iban engrillados, un
pie unido al de otro compañero. “Nos encontramos con un
lugar muy frío y grande, comparado con El Banco, y la
sensación de incertidumbre y de miedo nos hacía más
pequeños”, contó Cerruti y afirmó: “Todos pensamos que era
la antesala de la muerte, pensábamos que nos iban a
fusilar”.
Elsa Lombardo
contó que también tuvo la misma sensación y reflexionó: “Los
sitios de memoria son heridas abiertas que no son
individuales, son heridas sociales que sufrió el país, las
comunidades, los barrios, las familias. Heridas que se
intentan restañar”. La sobreviviente continuó: “El 16 de
agosto es un día difícil, pero de mayor compromiso para
levantar las banderas que levantamos ellos y nosotros, y que
después levantaron las Madres, las Abuelas, los hijos, los
nietos y seguimos levantando nosotros”.
Graciela
Trotta refirió que durante el viaje de un centro al otro
estaban asustados y que cuando llegaron los represores les
dijeron que “ese era el Olimpo, el lugar de los dioses,
donde se jugaba la vida y la muerte de cada uno”. Además,
expresó que siempre piensa en los compañeros y las
compañeras que no están, pero que los y las acompañaron con
gestos durante el cautiverio y sostuvo: “Queremos recordar
su lucha, su resistencia”.
Enrique Ghezán
afirmó que “el legado que nos habían dejado era contar lo
que había pasado” y por eso dan su testimonio no solo en los
juicios por delitos de lesa humanidad, sino también con los
hermanos, con los padres y con los hijos de los
detenidos-desaparecidos. Al igual que los otros
sobrevivientes destacó los actos de resistencia y de
dignidad que sucedieron durante el secuestro. Además, Ghezán
relató el “traslado” del 6 de diciembre, cuando varios
detenidos-desaparecidos de “Olimpo” fueron llevados al
centro clandestino de detención ESMA donde fueron asesinados
mediante la metodología de los vuelos de la muerte. “Uno
estaba encerrado y escuchaba por el pasillo el número. Cada
vez que sonaba un número era un miedo, un escalofrío. El
Turco Julián [Julio Simón, juzgado y condenado por delitos
de lesa humanidad] después nos hizo sacar los tabiques,
habíamos quedado unos diez o menos, y nos dijo: ‘Qué suerte
que tienen ustedes’. Después nos dimos cuenta de cuál había
sido la suerte”.
El
centro clandestino
El centro
clandestino de detención, tortura y exterminio “Olimpo”
funcionó desde el 16 agosto de 1978 hasta enero de 1979 como
uno de los más de cuarenta centros clandestinos de detención
de la ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura
cívico-militar (1976-1983).
Gran parte de
las personas secuestradas en “Olimpo” provenían de los
centros ilegales de detención “Club Atlético”, que operó
durante 1977 en el barrio de San Telmo; y “El Banco”,
ubicado en Autopista Richieri y Camino de Cintura. Estos
tres centros clandestinos de detención conformaron el
circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo (ABO), que estuvo a
cargo de los mismos grupos de tareas integrados por miembros
de distintas fuerzas armadas y de seguridad dependientes del
Primer Cuerpo de Ejército.
Los primeros
detenidos-desaparecidos en “Olimpo” fueron llevados desde el
centro clandestino “El Banco” el 16 de agosto de 1978. Las
instalaciones donde funcionaba el centro clandestino fueron
construidas especialmente para eso por el Servicio
Penitenciario Federal.
Los
detenidos-desaparecidos eran militantes de organizaciones
políticas, sociales y sindicales que fueron perseguidos por
sus prácticas militantes y por su compromiso con la
transformación social. La mayoría continúa desaparecida.
En 2005, el
Estado nacional desafectó el predio de su uso policial y
acordó con el Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
la creación de un espacio para la memoria, en cumplimiento
de un reclamo histórico de vecinos, organizaciones
barriales, de derechos humanos, familiares de las víctimas y
sobrevivientes.
En sucesivas
sentencias, varios de los responsables de los delitos de
lesa humanidad cometidos en ese circuito represivo fueron
condenados.