Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288
premonitorio
análisis social para tiempos de cuarentena
Teatro para
ver en casa
05/04/2020
-
La obra “Las
ratas” es un experimento teatral que reúne acción dramática,
diálogos que en su mayor parte son inaudibles y una
violencia más o menos manifiesta, cuya historia se
desarrolla en un ambiente de confinamiento y cuya versión
grabada en 2019 se puede ver en Youtube, lo cual, en tiempos
de "cuarentena", es un ventaja innegable. La experiencia
muestra a unos personajes que están allí por alguna peste
misteriosa que habita el exterior, pero contrariamente a la
conducta democrática y solidaria de la actual cuarentena,
los procederes que se observan tienen rasgos de darwinismo
social y familiar, tal vez como consecuencia de un orden
capitalista desbocado del cual todos forman parte.
La obra es fruto del encuentro entre artistas de la
Argentina, Uruguay y Brasil (autores: Vinicius Soares y
Guillermo Vega Fischer, intérpretes: Sofía Drever, Sergio
Ferreiro, Teresa Floriach, Ignacio Monna, Martín Scarfi,
Karina Scheps, con Manuel Perez Vizan en sonido e integrantes de la Compañía Canción
Nocturna Del Caminante.
Un abuelo, su mujer, un hijo y una hija, a los que se
suma una joven llegada del exterior y aceptada por
conveniencia, habitan un sótano en situación de precariedad
extrema, olvidados de toda solidaridad y empapados en un
pensamiento individual que no les ahorra crueldades.
Así el hombre mayor intenta hacer valer su autoridad
citando falsos oropeles militares, un atisbo de acercamiento
amoroso entre dos personajes es frustrado por el colectivo y
la lucha individual por la comida es un espejo de otras
manifestaciones morales y apocalípticas.
Castigos físicos, desconfianza entre unos y otros,
atisbos de incesto, un parto con la madre encadenada
(al
mejor estilo de los campos clandestinos de la última
dictadura), el hijo parido como disputa filiatoria pero
también como posible presa de canibalismo, nada de placer,
nada de amor ni acercamiento; esos son los ingredientes.
Lo que no sabe el grupo es que en el exterior existen
sectores apropiados de todo lo que esa gente no tiene,
incluida la libertad, en un mundo donde la ideología de la
clase dominante (ausente en la trama) hizo añicos el
raciocinio de sus víctimas.
El material que se puede observar por la red intenta
rescatar el espíritu de “Las ratas” con una filmación a
varias cámaras que incluso subraya algunos momentos con
planos cercanos, y pone en discusión la validez del teatro
registrado de ese modo, sobre todo en una obra tan dirigida
a los sentidos.
Porque lo que se ve y se oye es un desesperado trabajo de
alerta ante la “distopía” (esa utopía al revés donde todo es
malo) que aguarda a las sociedades y por eso la pieza es un
ejemplo de forma y contenido, que utiliza nobles recursos
para avisar sobre el peligro.
Todo es ruin en “Las ratas” y se manifiesta en aquellos
diálogos hirientes y poco audibles, en sonidos musicales
disonantes que invaden el lugar en forma inesperada, en
bruscos cambios de luz (Pablo Archetti) que contribuyen al
desconcierto y aun la voz de una cantante lírica que ingresa
en zonas de locura.
Por lo que se ve no es un espectáculo para todo público y
su agresividad puede volvérsele en contra, un peligro que
anida en el teatro desde principios del siglo XX, cuando se
intentaba espantar a los espíritus cómodos, pero como
creación artística, colectiva e ideológicamente válida, “Las
ratas” hace punta y será disfrutada sobre todo cuando se la
pueda ver de nuevo en el escenario de "El Extranjero", donde
fue estrenada.