REFLEXIONES: el 
					ambiente y LA PANDEMIA
					
					
					La salud de 
					nuestro ecosistema
                  
					24/04/2020
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					El miércoles pasado se celebró 
					el "Día Internacional de la Tierra", 
					una fecha que insta a reflexionar sobre la necesidad de 
					atender el cuidado integral del planeta: su atmósfera, 
					clima, ecosistemas acuáticos y terrestres, y su 
					biodiversidad. Este año la atención 
					se centró en el papel fundamental que 
					cumple la diversidad biológica para los habitantes del 
					planeta y su importancia como indicador de la salud de la 
					Tierra y la salud humana, principalmente en tiempos donde 
					nos enfrentamos a la pandemia del COVID-19. 
                  
                    
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					Según la 
					Organización de las Naciones Unidas (ONU), la pandemia 
					sanitaria mundial tiene una fuerte relación con la salud de 
					nuestro ecosistema, y si bien explica que el brote de 
					coronavirus representa un gran riesgo para la salud pública 
					y para la economía mundial, asegura que la biodiversidad 
					puede ser parte de la solución al coronavirus. | 
                  
					
											
					
					
					La diversidad de especies dificulta 
					la propagación rápida de los patógenos.
					 “El 
					cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la 
					Naturaleza, así como las acciones que perturban la 
					biodiversidad, pueden aumentar el contacto y la transmisión 
					de enfermedades infecciosas de animales a humanos 
					(enfermedades zoonóticas). Los ecosistemas sanos nos ayudan 
					a protegernos de las enfermedades porque la diversidad de 
					especies hace más difícil la propagación de patógenos”, 
					explica. 
					
					La directora de la 
					Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Facultad de 
					Agronomía de la UBA, Dra. María Semmartin, reflexiona sobre 
					cómo responden las distintas propiedades de los ambientes 
					frente al coronavirus y, en consecuencia, a la reducción 
					generalizada de la actividad humana. 
					
					“Es como si se hubiera 
					hecho un experimento a escala global, posiblemente por 
					primera vez en la historia de la humanidad, en el que se 
					reduce la actividad humana a nivel mundial. La tragedia de 
					esta pandemia nos da la oportunidad de evaluar y aprender 
					sobre los tiempos y cómo responden los distintos ecosistemas 
					a una disminución de la actividad humana a escala global. Es 
					decir, a la reducción del tráfico aéreo, marítimo, de 
					automóviles, la combustión de energía fósil derivada de la 
					actividad industrial, la generación de residuos, etc. Es una 
					oportunidad para evaluar qué sucede con los ambientes cuando 
					los humanos presionamos menos sobre los recursos naturales”, 
					expresa la Dra.  
					
					De esta manera, la ONU 
					afirma que este impacto visible que produjo virus, ya sea a 
					través de la mejora de la calidad del aire o la reducción de 
					las emisiones de gases de efecto invernadero, es temporal. 
					“A pesar de los esfuerzos actuales, la biodiversidad se está 
					deteriorando en todo el mundo a un ritmo sin precedentes en 
					la historia humana. Se estima que alrededor de un millón de 
					especies animales y vegetales se encuentran actualmente en 
					peligro de extinción. Con este panorama general y el 
					escenario del coronavirus, nuestra prioridad inmediata es 
					evitar la propagación de COVID-19, pero a largo plazo, es 
					importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad”.
					
					
					En este sentido, María 
					Semmartin añade: “Más allá de la importancia de preservar 
					las propiedades de la Tierra como sistema, en nuestro país 
					tenemos una impronta no sólo sobre lo agrícola que parte 
					importante de nuestra economía se basa en la producción y 
					transformación de nuestros pastizales y bosques en sistemas 
					agrícolas, sino que también tenemos una población 
					crecientemente urbana, también con problemas de pérdida de 
					hábitat y diversidad pero a los que se le suman otros de 
					contaminación del  agua y el aire, por ejemplo”. 
					
					“Ha corrido mucha 
					agua bajo el puente”
					
					Hace 50 años se 
					conmemoraba por primera vez el Día de la Tierra, por 
					iniciativa de Gaylord Nelson, un senador norteamericano y 
					activista ambiental. Meses después, el presidente Nixon 
					creaba la Agencia de Protección Ambiental de los EEU (EPA, 
					por sus siglas en inglés) con el objeto de proteger la salud 
					humana y el ambiente. 
					
					“Estas acciones fueron 
					el resultado de las preocupaciones ambientales que surgieron 
					en ese país y otros durante la década anterior, notoriamente 
					a partir de la publicación de la Primavera Silenciosa, el 
					libro de Rachel Carson que denunciaba los peligros del abuso 
					de los pesticidas en el agro”, cuenta el Dr. Roberto 
					Fernández Aldúncin, Profesor de la Cátedra de Ecología de la 
					FAUBA. 
					
					Muy poco tiempo 
					después, en 1972, tuvo lugar en Estocolmo la primera reunión 
					convocada por Naciones Unidas para discutir estos temas 
					(Cumbre de la Tierra), que marcó un punto de inflexión en la 
					visibilización de las cuestiones ambientales. 
					
					“A partir de los 
					objetivos de Desarrollo Sustentable promovido por las 
					Naciones Unidas desde 2015, queda claro que no es 
					conveniente encarar estas cuestiones como algo separado del 
					bienestar y desarrollo humano pleno, sino todo lo contrario, 
					incluyéndolo en la agenda política sobre adónde nos queremos 
					dirigir con nuestras sociedades”, relata el Profesor.
					
					 En este sentido, la 
					Constitución Argentina de 1994 establece el derecho de 
					nuestros habitantes a un “…ambiente sano, equilibrado y apto 
					para el desarrollo humano y para que las actividades 
					productivas satisfagan las necesidades presentes sin 
					comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el 
					deber de preservarlo”. 
					
					 “Mucha agua ha corrido 
					bajo el puente luego de los hitos tempranos en la breve 
					historia de las cuestiones ambientales, pero iniciativas 
					como ésta (y las posteriores al instaurar el Día del Medio 
					Ambiente y el Día de la Naturaleza), nos recuerdan todos los 
					años la necesidad de atender el cuidado integral del 
					planeta: su atmósfera, clima, ecosistemas acuáticos y 
					terrestres, y su biodiversidad”, resume el Dr. Roberto 
					Fernández Aldúncin.
					
													
                  									
                  									
                  									Carlos Davis
					
													
													Fuente: 
													Lic. Agustina Cavalanti 
													Producción Redacción 
													www.agro.uba.ar/noticias