daniel raffo -
memorias del Barrio y del Blues
Raffo es Barrio
& Blues
19/10/2019
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Daniel Raffo
nació el 26 de enero de 1963 en el barrio de Floresta y es
considerado por muchos especialistas y colegas el referente
de la guitarra del Blues en la Argentina. A lo largo de su
vida supo vivir en distintos puntos del barrio y disfrutó de
lo que disfruta cualquier vecino, por ejemplo, comer una
porción de muza y faina en La Universal. Nació al Blues
viendo y escuchando a "Memphis La Blusera", y como hombre de
sueños grandes, se dio el gusto de tocar junto a los músicos
de B.B.King,
una leyenda del Blues. Quizá sólo le faltaba cumplir un
sueño, tocar en el Teatro de su barrio, en el Gran
Rivadavia, y lo logró en junio del 2016. En la nota
reproducimos lo que Raffo escribió en ese momento.
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Lunes, 13 de junio de 2016,
The Kings en Floresta", me trajo
recuerdos (memorias del Barrio y el Blues en el Barrio).
Llegar a tener como profesión el ser músico, y de Blues, no
es una decisión fácil de tomar cuando tenés que obtener tu
dinero para vivir , comer , vestirte y todo lo que hacemos
cuando terminamos la escuela. |
Por eso fue un largo camino en
el que tuve que trabajar en otras cosas en forma paralela
para poder sobrevivir y a su vez enfocarme en lo que amaba
hacer que era tocar.
Costó mucho, porque no enfocaba en
progresar en los laburos paralelos, porque no lo tenía como
meta, y a su vez tampoco tenía el tiempo suficiente para
focalizar en mi horizonte que era llegar a ser y tener como
medio de vida la música. Y de Blues. Pero sin embargo hacer
ambas cosas a la vez hizo que pudiera tocar en forma
ininterrumpida durante los primeros 17 años (en los que mi
principal ingreso venía de trabajos administrativos,
negocios o de ventas - NdR: Daniel tuvo una disquería a
metros de Santiago de las Carreras y Ramón L.Falcón). Pero la meta estaba y desde el
primer día que lo decidí no dejé de laburar para
conseguirlo.
Mi horizonte era ser músico de Blues y mejorar
todos los días, tocaba y tocaba sin parar, hasta que al
año 18 de los 33 que llevo tocando Blues (¡Ufff buen un buen
esfuerzo), pude lograrlo. Al principio no se imaginan... era
Clemente atajando penales.
Desde chico escuchaba mucha música, mi mamá tocaba el piano
y encima el tocadiscos no paraba de sonar (ella escuchaba
desde Mozart hasta Mambo, y en medio de eso de todo lo
imaginable) y mi papá era más del Tango, también el jazz (no
era un “jazzero” pero le gustaba Glenn Miller y Satchmo, de
hecho lo vio en Bs As, y algo de Folklore. Y fue asi que me
hice melómano desde entonces (otro día contaré todo lo que
escuchaba), pero en cuanto al Blues no había logrado
conocer el verdadero, sino el que venía desde el Rock, sabía
lo que era pero no sabía que se llamaba Slow, Shuffle, Jump, etc, que tenía ciertos códigos sonoros, que los
ingleses lo tocaban de una forma y luego los afroamericanos, los maestros, lo tocaban de otra con un sabor tan
especial. Son cosas que se van aprendiendo a seleccionar en
la marcha.
Y un día… en el colegio Berthier, cuando me faltaba un
año para terminar, un alumno del mismo que luego sería
Preceptor de mi hermano menor Leonardo, y ya venía siendo
el jefe de BoyScouts del colegio, un grandote malo del
recreo, que les daba la mano a todos durante el recreo con
un cablecito de Magiclick escondido, que iba por el patio
señalando los zapatitos de moda a quienes los usaban, y
gritando...UNO... DOS...TRESS jaja ( era un increíble
personaje ya desde chico!!) me emocionó mucho en un evento
de la escuela, organizado por la parroquia, en donde subió
al escenario con su dúo SLIM BB. (el BB por Blues y Boogie).
Este personaje, a quien quiero y extraño, llamado Jorge
Ferreras, tenía dos guitarristas acústicas acompañándolo y
tocaba la armónica “meneando “ su trasero acompasado por su
gran humanidad, soplando y soplando con una emoción que
contagiaba instantáneamente.
Debajo del escenario lo miraban
unos tipos muy jóvenes, aunque mayores que nosotros… súper
empilchados, y fueron invitados a tocar con él. Subieron
gustosos, eran miembros de Memphis La Blusera. Yo quedé muy
impresionado por esa muestra y me dije, esto suena bien a
Blues, más tradicional que Zeppelin, Que Pappo, y miles de
etcéteras que escuchaba desde el rock. Estaba sucediendo a
partir de ese momento mi admiración por lo que acababa de
ver sin tener en cuenta lo que estaba por venir, que se
trataba nada menos que de una nueva vida...
Ahí nomás, En
1981, en un lugar llamado Centro Esloveno, un lugar para la
comunidad de Eslovenia obviamente, en Ramón Falcón al 4100
entre Lacarra y Bolaños, a 50 mts del horroroso OLIMPO, el
centro de detención donde aún reinaba el terror, a dos
cuadras de mi casa, a la vuelta de La pizzería Universal, sí
la de “Moscato Pizza y Fainá”… toca Memphis, y ahí mi vida
musical cambió definitivamente. Pude ver tres guitarristas,
León Almará un bluesman, el querido “Tucu” Eddie Vallejos
un violero buenísimo, Rubén Alfano haciendo unas rítmicas
tan respetuosas y finas, dos saxos, el queridísimo Emilio
Villanueva y Aldo Montilla (creo, no pude chequear), piano
mi actual amigo Gustavo Villegas, bajo walking tocado con
tanta elegancia como nadie por Daniel “El Ruso” Beisermann,
la banda entera tocando con lo que era un sonido que jamás
había visto y oido en vivo, y un joven que mostraba mucha
calle a pesar de su juventud, gracioso, irónico, frontman
absoluto, mezcla de tanguero, bohemio de flequillo
permanentemente bamboleante, traje claro y una pasión antes
jamás vista por mí de un cantante, llamado Adrián Otero.
Recuerdo un ambiente denso, y no en un sentido malo, pero
distinto, vi que no todo el público tenía que llevar pelo
largo y zapatillas sucias, al contrario, algunas botellas
vacías, no de cítricos, lácteos o gaseosa, debajo de las
butacas, chicas balilando, un ambiente de locurita muy
novedoso para mí, gente mayor que yo, no mucho pero que por
entonces se notaba, distinto a los que veías en cualquier
recital de Obras o Luna Park, y era una locurita muy
seductora realmente.
Acababa de nacer mi
pasión por el Blues, quería ser eso, tenía poca data, pero
tenía que ser eso. Como siempre, el Servicio Militar
Obligatorio arruinaba todo tipo de proyecto que uno podía
llegar a tener, con el riesgo de “distorsionar” la cabeza de
uno que soñaba con el número bajo para ver que hacía luego
de la secundaria, o apelar a cualquier tipo de artimaña
física para zafarlo, cosa que lograban muy pocos genios.
Siempre se decía que eso se trataba de “Servir a la Patria”
aunque yo recuerdo solo haber servido mate a un puñado de
escuerzos con tiras o estrellitas en su pecho de los cuales
el 90% nos trataba como el culo todos los días, encontrar
uno macanudo, y fuera del sistema era una rareza pero daba
un ratito de respiro. Y eso que justo fueron las Malvinas,
pero en fin… lo tuve que
pasar. Como siempre digo al hablar del tema, verdaderamente
mal de verdad, la pasaron muchos otros, no puedo compararlo
jamás.
Terminé la colimba e inmediatamente pasé a cantar el
arrorró a un pequeño hermoso en 1983, donde mi vida cambió
radicalmente, pero no pudo con el Blues. Pero luego de ese
año maldito, la llegada del pequeño Raffo, tenerlo en brazos
(un regalo de la vida) me inspiró más a focalizar en esa
pasión incontrolable que era saber más de Blues. Me parecía
bueno, a pesar de ser tan joven, ser papá. Me sentía
orgulloso, distinto a mis amigos, era una linda sensación.
Yo seguía persiguiendo a ese personaje Ferreras como nunca
antes en años de conocerlo del colegio, ya que era conocido
nomás pero no un amigo.
Iba a ver a Memphis casi todos los
sábados, no sé cuántas veces los vi en vivo durante siete
años, perdí la cuenta. Pero fueron MUCHAS DECENAS. Jorge ,
que eventualmente subía a algún show de Memphis a tocar,
formaría parte en 1983 mismo, de Años de Vendimia, junto a
Adrián Flores, Fernando Richter, Marcelo Lepera, Giuseppe
Puoppolo y Cacho Gala. Y éste ídolo del blues para mí, venía
a casa, me traía muchos cassettes que copiaba con un
cablecito de un grabador mono a un centro musical recién
comprado, ahí fui forjando mi conocimiento.
Enloquecí con
“Have You Heard” cantado por John Mayall con una intro de
saxo hipnótica y en el medio un solo épico de Eric Clapton
veinteañero y prendido fuego. A este amigo, se sumó Pelusa,
un amigo que me enseñó muchísimo más data. Me enamoré de T
Bone Walker por él, (siempre aprobado por el supremo
Ferreras) , y conocí por Pelu, artistas de Stax de los que
jamás me separé. A Edgar Winters White Trash que me mató. A
uno de mis discos de cabecera, que es “Wattstax, The Living
Word”, el Woodstok Negro… y muchas cosas mas en sus visitas
a casa. Gracias Pelu.
Escuché en radio un día una versión en vivo de BB King de
Rock me Baby que me hizo vibrar, no era la original, la
recuerdo muy bien pero no volví a encontrarla en toda la
colección que llegué a tener. Era de los ochenta ya que
tenía un sonido muy de Live at The Olé Miss… No importa,
luego escuché Darling You Know I Love You tocada en ese
disco Live at The Olé Miss… que me hizo caer de rodillas,
arranca en Do, pasa a Sol (con barandazo musical de un par
de músicos en el medio tan hermoso que en ese momento no
entendía pero disfrutaba) y ahí vuelve a cambiar mi vida con
el blues, y eso me ganó por KO. Todo se volvió BB King. Sin
embargo, yo tocaba la batería desde 1983, debutando en un
show junto a Ley Seca, el trío junto a Daniel Tvethe en
guitarra y voz, Hugo Di Leo, bajo, y yo en batería tocando
en una movida en la plaza Velez Sarsfield en Bahía Blanca y
Avellaneda, pleno Floresta.
Llega 1988, con Ale Varela, un
violero con el que nos cruzamos zapando, nos gustaban los
mismos solos de los mismos temas, y ambos los sabíamos de
memoria, uuuyyy…. y entablamos una amistad blusera,
pergeñamos armar una banda de Blues en Ingles, haciendo
temas de otros. ¿El nombre? KING SIZE, ¿por quien?, por un
disco de BB King, quedamos fascinados con la idea mutua.
DALE, manos a la obra. Y coincidió con un negocio familiar
que yo atendía, ese mismo año, saben dónde? Nada menos que
en una disquería en Rivadavia 8896 llamada Jardín Primitivo,
saben donde quedaba esa cuadra? A media cuadra, por la misma
vereda, sin cruzar la calle, de la mismísima Universal.
Tuve
tantas visitas de gente de blues, ya que nada más sonaba en
ese negocio, (a pesar de tener una vidriera hermosa con
material de todo tipo, no de Blues solamente), de algunos
Memphis donde nos sentábamos a escuchar Blues que todo se
había convertido en una bola imparable e indestructible que
contenía BLUES, BLUSEROS, AMIGOS, FLORESTA, UNIVERSAL y
PARRILLA LOS VIERNES. Fuera de los horarios de laburo y
principalmente los viernes, esos eran nuestros destinos y
costumbres. Lo que hoy llaman “previa” (hoy digo...?) me
parece que hace mucho lo llaman así los jóvenes, pero yo
estoy hablando de cuando el Mar Muerto aún estaba enfermo
en la Universal, a hablar de Blues, tomar una cervecita,
para luego ir a la parrilla que quedaba en la barrera de
Venancio Flores y carrasco, frente al Club Vélez Norte, a
comernos un búfalo entero cada uno, con vino en jarra.
Siempre con blues blues blues blues de por medio, risas,
chistes, gastadas, blues, risas, blues carcajadas
blues….para ir a esa parrilla bastaba, cerrar mi disquería,
caminar 50 mts hacia la Universal, salir de ella cruzando
Rivadavia, tomar carrasco, pasar por donde hoy está un mural
que hoy está con nosotros dibujados, e ir hacia la barrera a
la parrilla. Un día de semana al mediodía, un tipo al que le
negaron seguir tomando vino, se fué y volvió con un revolver
y disparó dentro de la misma, gracias a Dios sin tocar a
nadie. Fernando recuerdo se llamaba su dueño, salió y
terminó preso él por como dejó al tipo y su revólver a
piñas. Fue el fin de esa parrilla, que tenía una ampliación
de una fotocopia como cuadro, de una nota en el diario que
decía que el vino tinto hacía bien al corazón.
También
recuerdo las marcas de los disparos en la pared. Una locura,
por suerte no era cuando nosotros estábamos allí. Los
Memphis muchos de esos viernes pasaban por allí, antes de ir
a su show, lo que precalentaba la velada con humor, música y
amistad. Cómo olvidarme de eso.... de tantas cosas más...
Y … a qué iba con esto??? Que el Sábado 18 de Junio de éste
año, 2016, dentro de unos…días nomás…voy a tocar junto a mis
amigos y grandes músicos Alambre González, Mauro Ceriello en
Bajo, Nico Raffetta en Teclados, Herman Jackson (último
baterista de BB King), Carl Stewart (último guitarrista
rítmico de BB King, que también cantará), y Walter King (el
sobrino del Rey del Blues) en saxo, conformando un combo
musical para homenajear al Rey del Blues, a mi amado BB
King, y nada menos que a una cuadra de donde todo éste
relato sucedió desde hace 35 años, en el cine Teatro Gran
Rivadavia, en Floresta, si señorrr, donde vi todas las
películas posibles de mi infancia hasta la adolescencia,
desde Fellini, que no entendía un pomo y me gustaba, Woody
Allen que en esos años entendía la mitad y la otra me moría
de risa con sus monerías de joven que después fue
abandonando hasta Rocky, Saturday Night..y más….y al lado de
donde existía un bar llamado Pony Express, donde se gestó
mi comienzo como músico. Increíblemente jamás toqué allí,
pero así fue… cuyo dueño Juan, un caballero del barrio, tipo macanudísimo, terminó teniendo años después La Universal
siendo hoy su dueño aún.
Qué más puedo pedir… es una
felicidad inconmensurable, una ansiedad y expectativa
increíble, la cual disfruto junto a Laura Lagna Fietta, mi
mujer, y como si fuera poco, prensa, productora y mánager
que volvió a cambiar mi vida, ésta vez acompañándome en la
locura del Blues. Encima el Festival, 24 hs de Blues, que es
el que nos congrega a todos allí, arrancará con mi amiga
Sandra Vázquez, la querida Cristina Dall, nada menos que
Memphis La Blusera para luego cerrar con éste combo de doble
bandera que sin embargo esa noche, si, en Floresta, el
barrio de mi vida, donde hace 20 años que no toco, izará una
única bandera que es la del Rey del Blues BB KING.
ESPERO A
TODOS ALLI, BLUSEROS, NO BLUSEROS, DE FLORESTA Y DE TODOS
LADOS….!!! Todavía no sacaron la entrada? Hay para todos los
gustos.
SERA UNA FIESTA DE BLUES EN EL BARRIO MÁS ICÓNICO DE ÉSTE
AMADO GÉNERO MUSICAL.
Daniel Raffo