MAPA INTERACTIVO
CON DATOS DE INTERÉS
Huellas
de la Memoria porteña
26/03/2018
- El
Gobierno de la ciudad presentó un mapa interactivo que busca
conmemorar a las víctimas del terrorismo de estado, generando espacios de conciencia y reflexión. A través de
este mapa podemos reconocer la ubicación de distintos sitios
significativos ligados a la última dictadura cívico militar,
a su sistema represivo clandestino, e incluso la ubicación
de las "baldosas para la memoria" instaladas en veredas
porteñas para conmemorar el lugar donde vivieron,
estudiaron, trabajaron, o fueron muertas, las miles de
víctimas de aquella oscura etapa de nuestra historia. En el
barrio tenemos dos ex CCDTyE: Automotores Orletti y Olimpo.
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En el marco
del Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia, el
Gobierno porteño presentó Huellas de la Memoria una nueva
georeferenciación en el mapa interactivo de Buenos Aires.
Además, realizó un video que recorre los ex centros
clandestinos de detención que funcionaron en la Ciudad de
Buenos Aires. |
Para ingresar al mapa solo
hay que entrar en
www.buenosaires.gob.ar/MemoriaBA
El mapa interactivo
incluye puntos conmemorativos como el Parque de la Memoria y
su Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, así
como los ex centros clandestinos de detención y tortura, hoy
recuperados en sitios de memoria. También plazas,
monumentos, placas, baldosas y otros lugares donde se
registraron desapariciones de personas en la Ciudad.
Huellas de la Memoria
busca conmemorar a las víctimas, dar a conocer lo sucedido
en la Ciudad de Buenos Aires y generar espacios de
conciencia y reflexión.
La memoria es una
construcción colectiva que necesita de la participación
activa de todas las personas.
Desde la Subsecretaría
de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de la
Ciudad se invita a todxs lxs vecinxs de la Ciudad a
participar de este registro enviando información y
fotografías de aquellos lugares con historia que falte
relevar en esta primera etapa.
Se pueden enviar los
datos al siguiente correo electrónico: prensaderechoshumanos@buenosaires.gob.ar
Una reseña del Olimpo
Durante muchos años este
espacio fue la estación
terminal de las líneas de
tranvías. Por aquel entonces
el sistema tranviario de
transporte era muy
importante en la ciudad.
Pertenecía a la Compañía
Tramways Anglo Argentina,
con sede en Lacarra 111,
siendo asiento de las líneas
1, 2, 5, 40, 48 y 83.
En 1929 parte desde este
lugar el primer viaje del
nuevo servicio postal de la
empresa de Correos y
Telégrafos. Con el
transcurso del tiempo
comenzó a operar como una
gran estación terminal de
varias líneas de colectivos.
Años después se instaló en
el mismo predio una Planta
de Verificación Vehicular de
automotores.
Más allá de estos hechos que
podríamos denominar
anecdóticos, el destino que
dejó para siempre marcada su
identidad en la memoria de
los vecinos fue el dado
durante el período
comprendido entre el 16
de agosto de 1978 y enero de
1979. Durante esos
meses, la manzana limitada
por las calles Olivera,
Ramón L. Falcón, Lacarra,
Fernández y Rafaela cobijó a
uno de los centros
clandestinos de detención
más siniestros de la
dictadura militar. Su
capacidad permitía el
alojamiento simultáneo de
unos 150 prisioneros. Se
estima que por El Olimpo
pasaron unos 1500 detenidos.
Pasada esa época oscura, los
vecinos comenzaron a buscar
un destino consensuado que
definiera su futura
utilización. Desde 1998 y en
el Parque Avellaneda hubo
reuniones de vecinos que
tenían la intención de
llevar adelante el proyecto
“Buscando un destino de uso
publico para El Olimpo”. Su
propósito era el de promover
anticipadamente una
instancia metódica de
planificación participativa
y gestión asociada para su
recuperación y puesta al
servicio de la ciudad y los
barrios del oeste. No
debería, por lo tanto,
funcionar sólo como espacio
de la memoria y de los
Derechos Humanos sino
también como ámbito promotor
de nuevas prácticas
políticas democráticas.
"Si ayer el predio sirvió a
los objetivos ocultos de una
trama de poder arbitrario
que se creía impune, hoy se
lo debe pensar y organizar
desde un nuevo entramado
publico, abierto y
transparente. Que incluya a
todos los actores de la
sociedad y del estado
interesados e involucrados
en aquellas cuestiones. Que
quieran pensar un Olimpo de
puertas abiertas a la vida,
a la memoria, a la
diversidad étnica, cultural
e ideológica. Donde el
vecino ciudadano participe
en la elaboración y la
ejecución de todas las
decisiones dejando atrás
todo tipo de clientelismo",
decían los vecinos del grupo
en una gacetilla.
Semblanza de Automotores
Orletti
Ubicado sobre la calle
Venancio Flores 3519/21,
esquina Emilio Lamarca,
dependió del Ejército
Argentino en conexión con
Ejército Uruguayo. Los
interrogatorios que se
llevaban a cabo en este
local eran dirigidos por
personal dependiente de la
Superintendencia de la
Policía Federal.
Este Centro Clandestino de
Detención Tortura y
Exterminio funcionaba en un
antiguo taller mecánico que
tenía un cartel en el frente
que decía "Automotores
Orletti". Había una puerta
grande con cortina metálica
de enrollar y a la izquierda
una puerta blindada con
mirilla. La consigna emitida
para entrar era "Operación
Sésamo".
Este centro constaba de dos
plantas. En la planta baja
existía un gran salón de 6 a
8 metros por 30 metros. Una
división baja separaba el
retrete (uno para treinta
personas) del lavadero. De
allí salía una escalera de
base de concreto y peldaños
de madera.
El piso era de hormigón,
sucio de tierra y grasa.
Gran cantidad de chasis de
autos, desparramados, le
otorgaba la apariencia de un
taller común de automotores.
Muchos automóviles
secuestrados iban a parar
alli.
Orletti tenía un tanque de
agua grande con una roldana
arriba de donde colgaban a
los presos para practicarle
el "submarino". En la planta
alta funcionaban una sala de
interrogatorios, otra de
torturas y una terraza donde
se colgaba la ropa a secar.
Los militares llamaban a ese
centro: "El Jardín".
Orletti funcionó entre
mayo y noviembre de 1976.
Precisamente el 3 de
Noviembre de ese año se
desencadena el hecho que
provocaría su cierre: los
argentinos José Morales y su
compañera, logran liberarse,
tomando un par de armas que
los guardias habían dejado a
su alcance y se fugan. Ante
el escándalo del barrio, los
prisioneros fueron
trasladados y el lugar dejó
de usarse como centro de
detención.
Carlos Davis
Fuente:
Prensa Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo
Cultural GCABA - Notas de archivo propio