PERSONAJES DEL 
					BARRIO
					
					"Chuenga" 
					cumpliría hoy 103 años
					
					23/08/2018
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					José Eduardo Pastor, 
					conocido universalmente com "Chuenga" cumpliría hoy 103 
					años. Personaje anclado en la 
					memoria colectiva de 
					los habitantes del oeste porteño, vendedor ambulante de 
					caramelos, asiduo concurrente al Parque Avellaneda, al Club 
					Alvear, a la Cancha de Vélez, su popularidad indiscutible 
					apenas pudo ser superada por el halo de un misterio que se 
					extendió sobre su figura hasta el día de su muerte. Dicen 
					que nació en Buenos Aires el 23 de agosto de 1915 y que en el año 1984 dejó este mundo 
					para siempre, 
					llevándose con sigo la fórmula de esa extraña creación 
					llamada "chewing 
					gum" o "chuenga".
                  
                    
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					Siempre estaba 
					ataviado con buzos, pulloveres o remeras de colores 
					llamativos, como si hiciera falta que un condimento externo 
					le diera más potencia a su personalidad. Lo suyo fue simple, 
					inexplicable para todo el que no lo haya visto alguna vez. 
					¿Cómo entender que a 25 años de su muerte estemos hablando 
					aún de este personaje de la ciudad?  | 
                    
                  
					
											
					
					Los adultos de hoy, 
					pibes del ayer, lo recordarán como un señor que se paseaba 
					indistintamente por el Parque Avellaneda, el Luna Park, o 
					cualquier otro sitio donde se reuniera mucha gente, 
					acompañado por su infaltable bolsa de caramelos y su 
					característico slogan: Chuengaaaa...aaa...aaa
					
					Los memoriosos dicen 
					que empezó a ejercer su ilustre personaje por los años '30. 
					Iba donde la gente se juntaba. Cubría todos los "eventos". 
					Lo mismo le daba una carrera de embolsados, una pelea por el 
					título o la final de un intercolegial.
					
					Su particularidad, la 
					creación que lo distinguió de entre cientos de vendedores 
					ambulantes de golosinas fueron sus caramelos: blancos, 
					veteados, envueltos en una cantidad de papel que lucía 
					excesiva. Chuenga en realidad le puso "chewing gum" a sus 
					caramelos, lo que en inglés significa goma de mascar, pero 
					por dejadez, apuro, deformación o gusto prefirió llamarlos 
					simplemente "chuenga". Aquellos que los saborearon cuentan 
					que, a pesar del nombre, eran duros como turrón y con vetas 
					de colores llamativos.
					
					Para el no existía la 
					decena ni los 100 gramos, su medida era más simple y 
					natural: el puñado, el mismo que le daba a todo aquel que le 
					acercara una moneda, más allá de que fuera de 5 o de 10 
					guitas.
					
					Aquellos que siguieron 
					más de cerca sus andadas por el barrio dicen haberle 
					descubierto una mancha, una flaqueza: pareciera que el 
					hombre era hincha de Defensores de Belgrano, al menos los 
					sábados prefería rumbear para el bajo Belgrano 
					comercializando sus caramelos.
					
					La leyenda de este 
					hombre parco pero afable, movedizo, chueco y algo encorvado, 
					cuenta que nació el 23 de agosto de 1915 y desapareció para siempre el 
					3 de diciembre de 1984. 
					Se llamó José Eduardo Pastor, y su recuerdo tierno vive en 
					cada uno de los que aún creemos escuchar sus gritos 
					apurados...
					
					
													
													
													
													Carlos 
					Davis
					
													
													Fuente: Villa Ortuzar, 
													mi barrio - Martín Sánchez 
													de Defenlandia Blog - Ningo, 
													encuentros y desencuentros - 
													Notas de archivo propio
					
					¡Chuengaaaa!
					
					Autor: Ningo
					
					Era clamor insistente
					imposible de olvidar
					la tribuna popular
					la tentación recurrente 
					
					Era dulzura al azar
					lo que entraba en un puñado
					era sabor esperado
					era magia que gustar 
					
					¡Chuengaaa! ¡ Chuengaaa!
					y se alejaba apurado
					al bolsillo lo comprado
					se diluía la arenga 
					
					Era alegría con poco
					eran instantes sagrados
					momentos que son pasado
					y que nostálgico evoco
					