EL PREDIO DE LAS
CANCHAS PEUSER PODRÍAN SER UNA ALTERNATIVA
Floresta
Rugby Club busca cancha
25/02/2017
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Con tan solo un
jugador, el Floresta Rugby Club, tuvo su primer
entrenamiento el 3 de septiembre de 2005 en las
instalaciones del Club Luz y Fuerza, en pleno corazón de
nuestro barrio. Desde aquel momento, con esfuerzo, trabajo y
dedicación, el club siguió creciendo como un espacio de
formación deportiva y de inclusión social. Luego se dió un
paso trascendental, integrar la Unión de Rugby de Buenos
Aires (URBA). A casi 10 años de ese momento el club transita
una instancia definitoria: si para octubre no cuentan con un
lugar propio, serán excluidos de la entidad... Las Canchas
Peuser del Parque Avellaneda podrían ser su salvación.
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La historia de
este proyecto ambicioso, nacido de la imaginación de Juan Marchetti, comenzó a escribirse cuando el 3 de septiembre de
2005 Juan se reunió con Rolando Faverio para comenzar a
materializar lo que para muchos era una idea loca: fundar un
club de rugby en Floresta, barrio a priori ajeno a este
deporte. |
“El proyecto nació
viendo lo que había realizado la gente de Virreyes Rugby
Club y tiene como objetivo sacar a los chicos de la calle y
de los cybers logrando que de a poco dejen el sedentarismo
en el que están inmersos”, cuenta Marchetti.
Los primeros tiempos
fueron a puro pulmón, esparciendo la convocatoria de boca en
boca, volanteando en el barrio con la ayuda de los
canillitas de la zona. De a poco los pibes y los grandes se
fueron acercando para ver que es lo que pasaba en las
canchas del club Luz y Fuerza (Segurola y Remedios de
Escalada de San Martín), lugar donde entrenaron durante los
primeros meses.
“Es un gran esfuerzo,
se hace todo a pulmón y nos faltan muchas cosas. Pero me
gusta decir que somos el Atlas del rugby”, cuenta con
orgullo Juan. “La idea nació pensando en que no debería ser
difícil para los chicos poder jugar al rugby”, agrega.
Para fines del 2005,
con mucho esfuerzo, Floresta llegó a conseguir siete
jugadores. Con un equipo en formación, mucha ilusión y una
emoción infinita partieron hacia Pilar. Ese día FRC haría su
debut en un amistoso frente a la Sociedad Hebraica.
Durante 2006 y, en
pleno crecimiento, el club sufre su primer desarraigo. Ante
la pérdida del espacio de entrenamiento, un grupo de
jugadores mayores de 18 años comienza a entrenar en la Plaza
Monte Castro (Miranda y Mercedes). Las condiciones no eran
las mejores, el peligroso entorno de la plaza y la
actualidad del club, hicieron que FRC buscara un nuevo campo
de entrenamiento. Así fue como el club llegó al
Polideportivo del Parque Avellaneda, lugar donde aún hoy
siguen los entrenamientos.
En 2007 gracias al boom
por el histórico tercer puesto obtenido por Los Pumas en el
mundial, llegó a Floresta un aluvión de jugadores que
permitieron la formación de dos categorías juveniles: la M16
y la M19. Estas dos categorías le posibilitaron, al comenzar
el 2008, el debut oficial en URBA.
Fue también durante ese
año cuando nació el sueño del predio propio. Floresta
comenzó a buscar lugares en la provincia de Buenos Aires
para tener su propia casa, pero los costos y los recursos
disponibles hicieron de esto una gran utopía.
La búsqueda de una
cancha tuvo su final feliz en diciembre, con la
llegada del Predio Open Door a 77 km de Floresta, 10
hectáreas en un lugar soñado.
Cuando las
complicaciones y las perdidas parecían quedar atrás, llegó
el fatídico 2013. Fue el año más triste en la historia del
club. El 2 de diciembre, falleció Jorge Palma su eterno
capitán. Además, después de dos años de tener localia en
Open Door, Floresta RC, sufre su segundo desarraigo. La crisis no
solo era institucional. El dolor más grande era personal, la
gente que hacia Floresta estaba mal y eso era mucho peor que
cualquier otra adversidad.
El 2014 recibió a un
club diezmado, con 7 juveniles en el club, una superior con
más ganas que virtudes, desarraigados y con un vacío que
había que llenar por la partida física de su capitán. Una
vez más la constancia y el sentimiento de equipo, hicieron
que Floresta batallara por salir a flote. Desde 2014, viene
a paso lento pero firme, en un proceso de reconstrucción y
recuperación para sentar las nuevas bases de este club.
Actualmente tiene en
competencia, una M15, una M17 y un plantel Superior.
Tiempo de
definiciones
En diciembre de 2016,
los directivos del Floresta RC fueron citados por el Área de
Competencias de la Unión de Rugby y recibieron un ultimátum:
si en octubre de 2017 no cuentan con un lugar propio, serán
excluidos de la entidad. Esto responde a un requisito dentro
del reglamento interno de la Unión, que está siendo
incumplido.
“Si perdemos la
afiliación a la URBA perdemos el club. Y no entramos más,
porque todos se irían a otros clubes, los que pueden
hacerlo, y los que no se quedan sin el rugby y la comunidad
que esto generó a su alrededor”, resume Rolando Faverio,
cofundador del proyecto.
“No tenemos sponsors,
ni subsidios considerables, son los vecinos los que nos
impulsan a seguir, los propios chicos y sus padres..."
comenta Juan Marchetti, iniciador de este sueño...
En este contexto las
alternativas no son muchas para lograr salvar al club de la
disolución. Quizá la mas firme, por lo cercana, sea
conseguir el permiso de la Mesa de Trabajo y Consenso (MTC)
del Parque Avellaneda para que se les ceda el sector
denominado Canchas Peuser.
“Lo que pedimos es una
cesión parcial del predio por diez años, en horarios y días
estipulados que son los que entrenamos y tenemos fechas de
partido”, comenta Juan Marchetti, presidente de la
institución. Y agrega: “Después podrían usarlo escuelas del
barrio y otros clubes que también carecen de una buena
infraestructura”.
“A cambio de la cesión,
le haríamos reformas al espacio. Por ejemplo, pondríamos
vestuarios, un quincho para el tercer tiempo y para festejar
los cumpleaños de los chicos del barrio, dos canchas de
rugby y una de hockey para que también las chicas tengan su
espacio y pueda reunirse toda la familia”, detalla el
presidente del FRC.
“Estamos dispuestos a
recibirlos en el próximo plenario de la MTC y escuchar su
propuesta”,
expresó Fabio Oliva, integrante de la Mesa, quien luego
agregó: “Siempre que sea para aportar al Parque y a los
miembros de su comunidad, podemos estudiar el proyecto”. Una
vez superada esta instancia, el paso siguiente sería lograr
que el escrito ingrese en la Legislatura de la Ciudad de
Buenos Aires" para que le de sanción definitiva.
Dicen por ahí que lo
que no te mata te hace más fuerte, y el Floresta Rugby Club
(que
no entiende de imposibles) es el vivo ejemplo de que con
voluntad, se puede. La ilusión está intacta. El Floresta RC
seguirá dando pelea, como siempre. La cancha propia tiene
que ser un sueño realizado en poco tiempo mas...
Carlos Davis
Fuente:
Diario Clarin - Juan Marchetti (Cel: 15-6363-5592) - Notas de archivo propio.