DONACIÓN
RECIBIDA POR EL MUSEO DEL AUTOMOVIL
Subastaron vagones del
subte A
29/01/2017
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El viernes
pasado, seis vagones del viejo Subte A y D fueron subastados
por la empresa Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) ya que
estaban fuera de servicio y eran considerados "chatarra".
Dos de esos vagones, denominados La Brugeoise o “brujitas”
(tal su denominación popular debido a que fueron construidos
en la ciudad de Brujas, Bélgica) son considerados joyas
patrimoniales por los especialistas que se encargan de
seguir los temas históricos de nuestra ciudad. Este "halo"
sería aprovechado por los compradores para reacondicionarlos
como un espacio de hospedaje o para utilizarlo como moderno
"Food truck".
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La salida
de servicio de los viejos coches del subte A fue una
verdadera batalla entre aquellos que propiciaban la
llegada de los nuevos y confortables vagones con aire
acondicionado, y aquellos que defendían el mantenimiento
de las "brujitas" por el valor patrimonial y el
atractivo turísticos que le daban a la primer línea de
subtes porteña.
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Desde su inauguración en 1913, hasta que fueron retirados
de servicio 100 años después, los coches La Brugeoise o
“brujitas” han transportado a miles de pasajeros en la línea
A. Con estructura de madera, herrajes bañados en oro y
lámparas con base de bronce, algunas unidades fueron
declaradas patrimonio cultural de la Ciudad y cuatro ya se
encuentran restauradas.
“Se trata de coches que fueron retirados de la red por
motivos de seguridad operativa y en algunos casos tienen más
de cien años. Por eso, la subasta es un mecanismo que
permitirá obtener un ingreso extra, que será destinado a
obras para mejorar la calidad del servicio y, al mismo
tiempo, darle otro destino a estos coches que tienen una
gran historia detrás”, indicó a Clarín el ministro de
Desarrollo Urbano y Transporte del Gobierno de la Ciudad,
Franco Moccia.
En total, son cuatro vagones Siemens que prestaron
recorrido hasta hace pocos meses en la Línea D y dos de La
Brugeoise, que no están protegidos por la ley 4886 que
declaró patrimonio cultural a los centenarios coches belgas,
ya que están visiblemente dañados. Ambos participaron de un
choque en enero de 2012, muy cerca de la estación Primera
Junta, y los desafectaron del servicio.
El valor de los vagones Siemens, que tienen una longitud
de casi 18 metros y un ancho de 2,60 metros, es de $12.000
cada uno, más IVA. En tanto que los dos de La Brugeoise, con
15,80 metros de largo, arrancan en $20.000 el dúo, ya que el
precio de la madera como chatarra es menor que el del
hierro.
“Los precios de entrada parecen bajos, pero hay que
considerar que una de las condiciones de los rodantes es que
no pueden circular, y además, el costo de trasladarlos al
destino final es muy alto, arranca en $100.000”, continuó
Ardohain. Y corre por el comprador.
La logística del traslado involucra una grúa que lo
levante y lo coloque en un camión, que a su vez deberá tener
dimensiones especiales para poder transportar las reliquias,
que pesan entre 28.000 y 34.000 kilos.
Los coches La
Brugeoise
Fueron el material
rodante de la Línea A (Subte de Buenos Aires) desde su
inauguración en 1913 hasta que fueron retirados de servicio
regular el 11 de enero de 2013. Sus carrocerías están
completamente realizadas en madera, aunque su diseño actual
no es el original de fábrica.
Fueron construidos por
la empresa La Brugeoise et Nicaise et Delcuve, de la ciudad
de Brujas (Bélgica), entre 1911 y 1919.1 Ante el aumento del
caudal de pasajeros, se fabricaron posteriormente en el país
algunas unidades idénticas utilizando repuestos y rezagos.
Hasta el retiro de los coches La Brugeoise, la flota de la
línea A fue la más antigua del mundo en servicio comercial
y, también, un atractivo turístico de la capital argentina
además de parte de su patrimonio cultural.2 Se los conoce
coloquialmente como los belgas o las brujas, en referencia a
su país y ciudad de origen respectivamente.
Los coches La Brugeoise
fueron las primeras unidades eléctricas múltiples que
circularon en la República Argentina. Encargados por la
Compañía de Tranvías Anglo-Argentina (CTAA) para equipar su
flamante línea de "tranvías subterráneos", estaban
preparados para prestar servicios tanto en el túnel como en
superficie. El 3 de junio de 1915, la CTAA comenzó la
prestación de este servicio mixto "subte-tranvía" sin
necesidad de trasbordo. Gracias a la rampa construida tras
la estación terminal Primera Junta (entonces llamada
"Caballito"), uno o dos coches6 eran desacoplados y
proseguían su recorrido como tranvías hasta la intersección
de la Avenida Rivadavia y Lacarra, con ocasionales servicios
"cortos" hasta Rivadavia y Quirno. Para ello, contaban con
plataformas de tipo tranviario en sus extremos, que se
utilizaban para el ascenso y descenso de pasajeros en las
paradas de superficie. Poseían, también, dos puertas
corredizas en el salón para uso exclusivo en los andenes de
las estaciones subterráneas.
La CTAA compró un total
de 120 coches a la United Electric Car Company (UEC)
radicada en la ciudad británica de Preston. Por razones
desconocidas, UEC sólo fabricó los primeros cuatro coches
mientras que la construcción de los restantes 116 fue
subcontratada7 a la empresa belga La Brugeoise et Nicaise et
Delcuve. Si bien las unidades de ambas empresas poseen las
mismas características técnicas, estas pueden agruparse en
tres estilos o "series" diferentes de carrocería: por un
lado, los coches UEC propiamente dichos (numerados 1 al 4);
por el otro, los coches La Brugeoise se dividían a su vez en
dos series propias. Los pertenecientes a la primera serie
(coches 5 al 50), junto con los primeros cuatro coches
United Electric, fueron los responsables de la inauguración
del servicio de la línea A el 1 de diciembre de 1913.
Carlos Davis
Fuente:
Parabuenosaires - Prensa GCABA - Wikipedia - Notas de
archivo propio