Pero un día lo inesperado ocurrió: dos abuelas se presentaron pidiendo ayuda para terminar de dar forma a una obra de teatro en la que trabajaban. Dora y Evelina decían venir del Geriátrico Josefina que se encuentra a unos metros del centro cultural...
-"La verdad es que ese mismo día me crucé para orientarlas. Mi intención era pasar unos minutos, pero fue tal el
entusiasmo, las ganas de hacer teatro,
el recibimiento, la hospitalidad y la buena predisposición de Ana, María y Eva (encargadas del geriátrico) y de todos los abuelos cuyas almas estaban llenas de deseos de expresarse... que lo que había sido pensado como una visita
de pocos minutos finalmente terminó convirtiéndose en el inicio de un proyecto ambicioso: crear una nueva obra
con los abuelos y un día mostrarla a quien quisiera
compartirla...
Ya inmersos en el
proyecto, sábado
tras sábado, el
entusiasmo iba en aumento a
medida que los ensayos
se desarrollaban.
Una nueva alegría surgía de
esas almas, creciendo día
a día. Esperando el
momento de expresarse
ensayaban en cada
merienda, semana tras
semana iban puliendo la
obra..., hasta que un
hecho inesperado, el
fallecimiento de uno de
los abuelos actores, el
querido Jorge, golpeó
con fuerza al grupo... Sin embargo, pese
a la tristeza y
el dolor ocasionados por
la perdida
del compañero, continuaron, pero ahora
con una nueva obra, dedicada al amigo
que había partido.
Así fue como Walter
Boland escribió una nueva obra: "Hecho en
Floresta". Con poco tiempo pero
con muchas ganas tres
abuelas se prepararon
para ensayarla. El
objetivo final, obvio,
era presentarla en el
geriátrico, rodeados de
amigos y familiares.
Y el día por fin
llegó... Contando con el apoyo
de la dueña del geriátrico
(la señora
María del Carmen Vilarinio),
de las
secretarias, del psicólogo
(Lic. Adrián Farias), de
Ana María y Eva (responsables del
lugar), el telón
imaginario se abrió y las protagonistas
de la obra salieron al
ruedo... Ellas son: Mercedes
Arellano (como Nora), Maria Teresa
Friscia (como Pepa), Evelina
Coronel (como Matilde),
Walter Boland
(como Alex González), Nellis
Manrique (como
la denunciante) y las
abuelas Elda
Alcalde y
Teresa Cusmano como
asistentes. Todo
un equipo de trabajo
que mereció el aplauso y
el reconocimiento de los
asistentes, quienes rieron y
se emocionaron
ante la presentación
de la obra.
El resultado superó
ampliamente
las expectativas
iniciales. La diversión y
la felicidad
de las abuelas actrices entrelazada
con la del
publico presente dejó
abierta la posibilidad
de afrontar nuevos
desafíos en un futuro
cercano. Seguramente
pronto el barrio escuchará
hablar del elenco de la abuelas del geriátrico
Josefina.
Walter Boland comenta:
-"En lo personal,
trabajar en la obra fue una experiencia
nueva y única, ya que en
todos los años que llevo
haciendo teatro y conformando
elencos nunca había trabajado con abuelos.
Asi fue como pude
descubrir que no es cuestión de edad,
ni de las
limitaciones o del
ámbito en que se haga
una actividad..., simplemente
basta con tener un espíritu
con deseos de
expresarse a través del arte, y estas
abuelas y abuelos sin
duda que lo tienen..."
Walter Boland es actor desde hace
18 años. Su formación proviene del
trabajo en Centros Culturales y
de la integración de elencos independientes.
En el año 2008 comenzó
a dar clases en
gremios, a escribir libretos teatrales y
a conformar diversos elencos.
En la
actualidad está a cargo
del Taller de Producción
Teatral en
el Centro Cultural 70 Locos y
Ningún Balcón, espacio
en el cual nació la obra
infantil "La mansión de
los Borgoña", pieza que
fue presentada incluso en el Club All Boys.
Las tías de Ramirez...
Walter Boland
nos comenta: "Aún luego de la experiencia teatral que
viviéramos junto con las abuelas del geriátrico Josefina el
pasado 28 de octubre de 2015 con la puesta de la obra HECHO
EN FLORESTA, las abuelas actrices continuaron con sus deseos
de representar una nueva puesta teatral".
"Con el
entusiasmo intacto y nuevamente con el apoyo total de las
autoridades de la institución, nos embarcamos en un nuevo
proyecto. El objetivo seria presentarlo antes de que
culminara el año. Fue así que teniendo muy poco tiempo por
delante comencé a pensar que podríamos mostrar en esta
ocasión, teniendo en cuenta el hecho de que en esta
oportunidad, como en la anterior, querían que yo trabajara
con ellas".
Fotografía de Fernanda
Benitez
"¡¡ Qué dilema
!!. ¿Cómo hacer en poco tiempo algo que no se pareciera a lo
anterior?, y que además fuera en tono de comedia y que de
alguna manera nos divirtiera tanto a los que actuábamos como
al publico espectador (que como en la vez anterior serian
los propios abuelos residentes, las autoridades, los
familiares y los circunstanciales visitantes)".
"Tomada la
decisión, en pocos días comenzamos a ensayar sábado tras
sábado en el comedor, que en los momentos de la lectura
teatral se convertía en una circunstancial sala de ensayo.
Aparte de esos momentos las abuelas actrices leían en sus
tardes de merienda día tras día..."
"Cada sábado
en la escasa hora en que nos reuníamos, me contaban las
experiencias de la semana ya sea en el ámbito teatral , como
en el personal (recordemos que en esos días se sufrieron
varios cortes de luz), sin embargo y pese a los días de
extremo calor continuaron con los ensayos y las lecturas
semanales. En este tiempo en que ensayamos ambas piezas
teatrales se creó una relación casi de amigos entre ellas y
yo (comenta Walter Boland)".
"Retomando el
tema del nuevo proyecto y tras días de representarlo,
ensayarlo, jugarlo y divertimos con el texto, decidimos
poner una fecha. Sería el domingo 20 de diciembre y la nueva
presentación se denominaría Las tías Ramírez".
"En esta
ocasión las abuelas Teresa, Evelina y María Teresa se
pondrían el uniforme de tías, y yo sería el sobrino Esteban.
El conflicto que tienen las Tías Ramírez es que su "entrado
en edad" Sobrino, no hace otra cosa que dormir, comer y se
autodefine eternamente como un compositor musical aunque
jamás escribió una canción en su vida. Ya cansadas de tanta
inactividad de este muchacho deciden enviarlo a estudiar y
trabajar tal como si fuera un adolescente, con la salvedad
de que ya cuenta en su haber unos cuarenta y siete años".
"Con este
conflicto se inicia nuestra obra de teatro, pasando por
momentos muy graciosos, con momentos contradictorios e
incluso con equívocos propios de la improvisación, todo lo
cual culminó con un premio de carcajadas de nuestro publico
circunstancial".
"En lo
personal siento que fue un gran placer el que me hayan
dejado actuar nuevamente con ellas, aunque a veces son las
abuelas las que manifiestan su gratitud por lo que pudimos
crear juntos. La verdad es que el placer es mutuo. Las
abuelas por el hecho de poder manifestar su creatividad y yo
por ser parte de esta experiencia que se genero hace apenas
unos meses atrás, y diría que casi por casualidad".
El profesor
Walter Boland concluye la charla comentando: "Me es
imposible no destacar la participación de las autoridades
del lugar, quienes junto con el personal que trabaja en
"Josefina" armaron en pocos minutos el "escenario" de la
obra, e incluso dispusieron del tema musical con el que
finalizamos la puesta. También quiero agradecer la
colaboración de Fernanda en fotografía y de Lucia que hizo
las veces de presentadora. Ambas son parte del grupo de
trabajo del Centro Cultural 70 Locos y Ningún Balcón".
Desde La
Floresta felicitamos a Walter y a las abuelas del "Josefina"
por la energía creativa puesta en juego, por las ganas con
que trabajaron... Ellos hicieron posible lo que para otros
hubiese sido solo un sueño loco, una perdida de tiempo
destinada al fracaso... ¡¡ Gracias por demostrarnos que los
sueños están para ser perseguidos, alcanzados y cumplidos !!