"El Corralón de Floresta es un espacio
abierto a la comunidad que fomenta actividades culturales y
la participación de los vecinos y vecinas, como también lo
expresa el informe de gestión de la Comuna 10 de Buenos
Aires del último mes. Todas las mejoras tendrán un solo
objetivo, continuar con los talleres y continuar con el
demorado proyecto de la plaza cultural".
"Tan así es que el
espacio sigue en crecimiento e incorporando vecinas, vecinos
y grupos culturales con diferentes propuestas y actividades
donde participan centenares de personas. Durante todos estos
años, los grupos que participamos en el espacio, hemos
asumido nuestro compromiso con el barrio en diferentes
luchas, como por ejemplo el pedido de justicia por los Pibes de Floresta, las mejoras de la Plaza La Victoria,
el nuevo edificio para la escuela Alberto Larroque, la
reivindicación de la memoria de los tres trabajadores
desaparecidos del Corralón durante la última dictadura
cívico-militar, la preservación y cuidado del patrimonio
histórico del barrio a través del equipo de Arqueología de
San José de Flores (U.B.A., FFyL), la articulación con
escuelas barriales en talleres de la huerta comunitaria,
entre otras actividades".
"Efectivamente, el 25 de mayo de
2005 el predio se hizo público gracias a la lucha de los
vecinos y vecinas que desde entonces, y ante la ausencia del
estado, se hicieron y se hacen cargo de sostener el espacio
para que no se le dé un destino diferente al proyecto de la
Plaza Cultural".
"Actualmente nos encontramos en dialogo con
representantes de la comuna 10, para conseguir la
continuidad del proyecto. Invitamos a toda la comunidad que
se quiera acercar para conocer el espacio, informarse,
participar de las actividades ya existentes o traer sus
propias propuestas", concluye el comunicado.
Haciendo un poco de historia
Corralón
de Floresta, ubicado en
Avenida Gaona al 4660 de la
Ciudad de
Buenos Aires, es un espacio
público que fue recuperado
por y para los vecinos en el
año 2005. Desde los orígenes
del barrio allí funcionó el
Corralón
Municipal de Villas, recinto
de la Dirección General de
Limpieza del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires.
Trabajaron en él, militantes
detenidos-desaparecidos por
la última dictadura: Julio Goitía, Néstor Sammartino y
el sacerdote barrendero
Maurico Silva, secuestrado
mientras barría las cales
del barrio el 14 de junio de
1977, fecha que conmemora la
Ciudad como “Día del
Barrendero”.
En la manzana que comprende
el Corralón, la Asamblea
Barrial de Floresta
promovió y logró la
construcción de una Escuela
Secundaria inaugurada a
inicios del año 2008 y el
emplazamiento de un
monumento escultórico “Los
Chicos de Floresta – Sucesos
2001” (obra conmemorativa y
en homenaje a Maximiliano
Tasca, Cristian Gómez y
Adrián Matassa, asesinados
el 29 de diciembre de 2001)
en Av. Gaona y Bahía Blanca.
En la actualidad se
desarrollan allí gran
cantidad de actividades
culturales, sociales y
científicas.
El proyecto de la Plaza
Cultural, luego convertido en
ley
Fue presentado en su momento por los Legisladores
Francisco Nenna, Juan
Cabandie, Gabriela Alegre y
María Lubertino del bloque
Encuentro Popular para la
Victoria
Entre los fundamentos que
sirvieron de apoyo
al
proyecto
encontramos los siguientes
párrafos:
Desde fines de los 90
resurgen los reclamos
vecinales (originados en la
década del 40) a través del
“escobazo” para “barrer con
sus escobas la suciedad que
significaba el Corralón”. En
el año 2000 la Legislatura
de la Ciudad de Buenos
Aires, atendiendo dichos
reclamos, sanciona el nuevo
Código de Planeamiento
Urbano (Ley 449) que, en sus
artículos 117º y 118º,
determinó el cambio de uso
del suelo de la manzana
delimitada por las calles
Gualeguaychú, Morón y
Sanabria y la Av. Gaona
zonificada como Distrito de
Urbanización Parque, salvo
un 20% de su superficie
(sobre la calle Morón) que
es destinada para
equipamiento comunitario.
Aunque se continúa
prorrogando la concesión de
higiene urbana, en reuniones
de trabajo, con la
participación del Gobierno
de la Ciudad de Buenos
Aires, un representante de
Solurban, y de
organizaciones barriales se
define en una parcela de
1500 metros cuadrados,
ubicada sobre la Av. Gaona y
la calle Galeguaychú un
proyecto de área verde
llamada “Paseo de juegos La
Victoria”, que se inaugura
en el 2001.
En el 2004, luego de la
campaña vecinal "Algo huele
mal en Floresta" fue
desplazada la empresa de
higiene urbana Nítida y la
Asamblea de Floresta se hizo
cargo del lugar. En el 2005
se consensuó en el
presupuesto participativo
del CGP la construcción de
una escuela (inaugurada en
abril de 2008). Igualmente
fue impulsado el proyecto
del resto de la Plaza y su
materialización; este último
aspecto esta aún en suspenso
con los pliegos terminados.
Simultáneamente, en los
tinglados, playones y
oficinas se fue poblando de
grupos de cultura, artistas
y actividades recreativas.
Luego de la represión de
fines de 2001 los vecinos
profundizaron su nivel de
organización, llegando a
conformar una asamblea. Un
artista del barrio de
Floresta, Roberto Subi,
propone la realización de
una escultura a la memoria,
que se emplazaría en el
Paseo de juegos La Victoria;
así la Asamblea organiza, en
el colegio vecino al
Corralón (Escuela Primaria
República del Perú) dos
muestras de arte y concursos
de escultura “Crear para
resistir”. Con el
asesoramiento del maestro
Antonio Pujía, la
colaboración de la artista
plástica y supervisora
escolar Eda Mendieta y el
acompañamiento de las madres
de Maxi, Cristian y Adrián,
se logra la participación de
numerosos artistas
plásticos, pintores,
escultores, fotógrafos, que
se comprometen con el
proyecto “en homenaje a los
tres pibes y en recordación
del suceso. Convencidos de
que el arte debe ser la
expresión liberadora del
pueblo y debe estar presente
“en los espacios de todos”,
para mantener viva la
memoria, contra la impunidad
y por justicia,…”. Entre
todas las obras presentadas
es elegida una que consta de
cuatro figuras en hierro con
ensambles de cerámica de
María Claudia Martínez y
Vero García. El 29 de
diciembre de 2004 se
inaugura el monumento “Los
chicos de Floresta - Sucesos
2001”.
Paralelamente, la Asamblea y
la Asociación Mano a Mano
comienzan a trabajar en otro
proyecto que involucra al
predio destinado a
equipamiento comunitario: la
creación de una escuela
secundaria pública, de la
que el barrio carecía.
Se recorren las escuelas
públicas primarias del
barrio para instalar el
tema, se juntan cientos de
firmas que se llevan a la
Legislatura y se presenta el
proyecto en el Presupuesto
Participativo donde es
elegido como prioridad del
área barrial. El gobierno de
la ciudad lo considera
viable y se compromete a
realizar la obra.
Desocupado el predio de la
empresa de higiene urbana el
1° de mayo de 2005, la
Asamblea organiza su primera
actividad: un homenaje a
Julio Goitia, Nestor
Sammartino y Mauricio Silva,
trabajadores desaparecidos
del Corralón.
Con el Patio y la escuela en
marcha, comienza a
consensuarse con autoridades
del GCBA el proyecto de la
“plaza grande”, la que
ocupará el resto de la
manzana comprendida por la
Av. Gaona y las calles
Gualeguaychú, Morón y
Sanabria.
Asimismo, la Asamblea
convoca a la Dirección de
Patrimonio con el objetivo
de preservar parte de la
construcción original: la
calle central adoquinada,
las estructuras de hierro,
la casa sobre la calle Morón
y los antiguos portones de
acceso.
El nombre propuesto para la
plaza deviene de la
denominación sociohistórica.
Hacia mediados del siglo XIX
se construye el ferrocarril
al Oeste, cuya traza va de
“El Parque” (actual teatro
Colón) a “La Floresta” (la
terminal). El paulatino
crecimiento de la población
plantea problemas de
saneamiento ambiental y,
entre otros, la Intendencia,
por Resolución del 25 de
Julio de 1911, determina
comprar a Dn. Leopoldo
Rígoli el terreno ubicado
con frente a las calles
Gaona, Sanabria, Morón y
Gualeguaychú destinado a la
instalación del corralón de
limpieza de Vélez Sarsfield.
Es así que el “Corralón”
pasa a formar parte del
patrimonio porteño y de la
identidad barrial. Se
constituye en un espacio
público testigo de la
dinámica barrial y del
proceso de transformación de
la ciudad y de la memoria.
El Corralón, en principio
sirve como depósito de
adoquines y otros materiales
de pavimentación; luego
alberga las “chatas” que
sirven para recolectar la
basura y los carros que usan
los barrenderos. El lugar
contó con caballeriza,
herrería, veterinaria,
taller de maestranza y
oficinas, espacios que
subsisten y son objeto de
resguardo patrimonial.
Los motivos expuestos
brindaron un sustento
suficiente como para que la
Legislatura porteña
sancionara el 22 de marzo
pasado la Ley Nº 4133,
promulgada por medio
del Decreto Nº 200 el 23 de
abril y publicada en el
Boletín Oficial N° 3901 del
viernes 27 del mismo mes.
Carlos Davis
NdR: Todos los
antecedentes de los
fundamentos surgen de la
síntesis del trabajo de
Mabel Susana Sampaolo (2009)
“El Corralón”, ensayo que
forma parte de “Los lugares
de la memoria”, Ed.
Madreselva, Buenos Aires).
Fuente: Asamblea
Barrial de Floresta - Notas
de archivo propio