EL PAPEL DEL
CIUDADANO EN EL GOBIERNO COMUNAL
Participación
popular y Comunas
19/10/2015
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Leonardo Farias,
integrante de la Junta
Comunal 10 (recientemente electo para cumplir un nuevo
mandato), reflexiona sobre una problemática que atraviesa a
todas las comunas de la ciudad: la falta de participación de
los vecinos en "la cosa pública". Esta ausencia, lejos de
ser voluntaria responde al armado perverso que se realiza
desde el poder central porteño. Las comunas apenas funcionan
"en los papeles" y no resuelven casi ninguno de los
problemas cotidianos, ya que su estructura, organización
económica y poder de decisión se encuentran muy recortados y
diluidos.
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Leonardo Farias, integrante
de la Junta Comunal 10
escribe: Señor lector,
seguramente no encontrará
nada nuevo en los próximos
tres párrafos, pero es
preciso aclararlo antes de
comenzar a reflexionar sobre
este tema. Durante la
gestión comunal iniciada en
2011 la participación de los
vecinos en la cosa pública
no fue la esperada. |
Las expectativas que
teníamos los comuneros, las
organizaciones políticas y
sociales, y algunos partidos
políticos eran mucho mayores
a lo que realmente ocurrió.
Dónde estamos parados…
Claro está que el gobierno
macrista nunca llevó
adelante la
descentralización: no hubo
ninguna transferencia real
de competencias, y la
campaña de concientización
en materia cívica brilla por
su ausencia. Sí, señor
lector, lo sé: nada nuevo.
Pero si la continuidad de
Macri es Larreta,
“Cambiemos” no será
justamente la acción
venidera. Por eso, tenemos
que saber que más de lo
mismo nos espera. En estos
primeros cuatro años nos
asaltaron el entusiasmo y la
decepción, la esperanza y la
desazón: así cuesta avanzar
desde la política para la
construcción de una cultura
cívica. Está claro que hoy
sabemos lo que nos espera;
por eso, pensar o repensar
el futuro nos da algunas
certezas, no de las que nos
gustaría, pero certezas al
fin. En este sentido se
desprende que podemos
proyectar con cierta
previsibilidad (como dice
nuestro candidato a
presidente de la Nación,
Daniel Scioli). Si el futuro
es previsible, entonces,
nuestras proyecciones son
posibles.
El Consejo Consultivo
Comunal como herramienta de
transformación
Una de las herramientas
fundamentales que nos tiene
que mover más que nunca es
el fortalecimiento del
Consejo Consultivo Comunal
(CCC) como institución
participativa, que muchas
veces, por estos altibajos
de los primeros cuatro años,
tambaleó y peligró, pero
gracias a la perseverancia
de vecinos y militantes
sigue en pie y batallando.
En la Comuna 10, me toca dar
fe de que los hombres y
mujeres que han llevado
adelante este espacio de
participación ciudadana,
como reza el Artículo 131 de
la Constitución de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, no
han claudicado nunca y, a
pesar de los altibajos, no
han abandonado este ámbito,
ni han dejado de llevar el
registro de cada una de las
asambleas y las comisiones
que componen el CCC y que,
podríamos afirmar, dan
testimonio y entraron ya en
los anales de la historia.
Los comuneros del Frente
para la Victoria siempre
hemos apostado a promover
fuertemente este espacio,
aun sin contar con el apoyo
institucional
correspondiente de los
bloques del PRO en las
Juntas Comunales y, mucho
menos, claro, de la
Subsecretaría de
Descentralización del
gobierno porteño (a la que
podríamos llamar
“Subsecretaría de
Centralización” a partir de
ahora).
Rol de los comuneros y el
FPV como única fuerza
popular
El Artículo 32 de la Ley
Orgánica de Comunas (Ley
1777), es claro cuando dice
que, además de sus
atribuciones como miembros
de la Junta Comunal, son
obligaciones de los
responsables de las áreas de
participación vecinal: (a)
instrumentar las medidas que
garanticen el funcionamiento
del consejo consultivo
comunal, y (b) promover y
desarrollar mecanismos de
democracia participativa en
el ámbito de la comuna.
Pues bien, en la Comuna 10,
esta responsabilidad está a
cargo de la fuerza Proyecto
Sur que comenzó bien la
tarea, pero se fue
desinflando lentamente hasta
dejar huérfana esa
responsabilidad. Pero tengo
que volver a decir que los
miembros del CCC, con todas
las dificultades, se han
encargado ellos mismos de
garantizar su
funcionamiento. Es el Frente
Para la Victoria quien
recogerá el guante y tome
esta responsabilidad, porque
es la única fuerza con
capacidad de organización
popular en la Ciudad y en la
Comunas.
Ejes para la participación
ciudadana desde el CCC
A mi criterio, sería
necesario reformular el modo
organizativo y operativo del
CCC en su relación con la
Comuna. Son indiscutibles
sus funciones tal cual están
expresadas en el Marco
Normativo de la Ley 1777,
Artículo 35: esto implica, a
mi consideración, la
profesionalización, el
acceso a recursos para su
mejor funcionamiento y el
establecimiento de una base
operativa fija. Si logramos
avanzar en estos ejes y, con
la previsibilidad que
mencionamos más arriba, la
cosa podría conducir a un
mayor empoderamiento popular
y una mayor construcción de
ciudadanía.
Profesionalización
Durante los primeros tiempos
del Consejo Consultivo, la
participación fue mucho
mayor que en la actualidad.
Las asambleas en nuestra
comuna convocaban más de
cien personas y los espacios
de reunión quedaban chicos
para tanta gente. Los
clubes, en general, eran los
únicos lugares para poder
llevarlas adelante. Pero, a
título personal, creo que al
no poder dar respuesta a
muchas de las demandas
planteadas por los vecinos,
la participación fue
menguando. No debemos
deslindar a la Junta Comunal
de todo esto, ya que los
reclamos venían hacia
nosotros; pero el accionar
permanente de la Secretaría
de Gestión Comunal y
Atención Ciudadana, a cargo
del señor Eduardo
Machiavelli, por vía de la
“Subsecretaría de
Centralización” (para seguir
con su lógica), fue quien
hizo todo lo contrario a lo
que marca la Ley 1777, que
es empoderar a las Comunas
para que sean un eficaz y
eficiente gobierno de
cercanía.
Es aquí donde creo que debe
entrar la
profesionalización. Es
necesario fomentar la
participación de vecinos y
militantes que se
especialicen en las
distintas competencias
exclusivas de las Comunas.
Que estudien, investiguen y
actúen sobre las
problemáticas que en este
sentido aquejan a los
barrios. Poder contar, por
ejemplo, con paisajistas y
arquitectos en materia de
espacios verdes; con
abogados para el
asesoramiento legal y
técnico, etc. Si logramos
resolver los problemas de
esta manera, la
participación popular como
la soñamos llegará
indefectiblemente.
Acceso a recursos
En el ámbito del CCC es
necesario, para llevar a
cabo gestiones y acciones,
disponer de recursos
mínimos: sonido para la
difusión callejera,
papelería e imprenta para
sus publicaciones, etc. En
este sentido es urgente que
la Junta contemple estas
necesidades y firme un acta
compromiso ante Escribano
Público, que garantice que
este acuerdo sea efectivo.
Desde ya, es imprescindible
que las Comunas provean a
los CCC de un espacio
habilitado para realizar sus
tareas o las reuniones de
las diversas comisiones que
la integran.
Establecer una base
operativa fija
Por supuesto, entonces, que,
según el Artículo 36 de la
Ley 1777, “el Consejo
Consultivo Comunal funciona
descentralizadamente,
debiendo rotar el lugar de
reunión entre los distintos
barrios que integren la
respectiva Comuna”, pero se
debe, a mi criterio,
establecer una oficina como
base donde cualquier vecino
o vecina o cualquier
institución pueda acercarse
a evacuar dudas, proponer
proyectos, acercar
inquietudes, etc. En este
sentido, es necesario que el
CCC tenga su espacio en la
sede comunal y una clara
interlocución con la Junta.
Es necesario el acceso a los
miembros de la Junta Comunal
para poder interactuar
cotidianamente, para
trabajar en pos del pueblo
comunal. Porque es necesario
que los comuneros acudamos
al CCC, órgano de consulta
por excelencia, cuando
tengamos dudas o
inquietudes, y cuando éste
nos convoque: ésa es su
legítima naturaleza.
Leonardo Farías