Eduardo Mario Favier Dubois
nació el 21 de marzo de 1920
(primer día del calendario
astral como siempre repetía)
en la Ciudad de Lomas de
Zamora, Provincia de Buenos
Aires, proveniente de dos
familias de origen francés
radicadas en Cañuelas.
Su padre se desempeñó en
diversos puestos jerárquicos
dentro del ferrocarril, lo
hizo que cambiara varias
veces de lugar de
residencia. Supo vivir en
Neuquén, Tres Arroyos y La
Plata. Finalmente su familia
se estableció en el barrio
de Constitución y, una vez
casado, se radicó un tiempo
en el barrio de Almagro. Su
deambular se detuvo cuando
conoció el barrio de
Floresta (más precisamente
la calle Fernández 333), ya
que allí se afincó y vivió
cincuenta y ocho años...
Fuertemente implicado en la
investigación, en la
enseñanza, en la ética y en
el progreso del país,
ejerció diferentes cargos
desde su profunda visión de
servicio, entre los que
destacan los de
Vicepresidente de la
Academia Argentina de la
Historia, Secretario General
de la Universidad Nacional
de Mar del Plata, Fundador y
Presidente Honorario del
Instituto Autónomo de
Derecho Contable, Fundador y
Presidente de la Junta de
Estudios Históricos de los
Barrios del Oeste, Miembro
de Número de la "Junta de
Estudios Históricos de la
Floresta", de la de "San
José de Flores" y de la
Junta Central de Estudios
Históricos de la Ciudad de
Buenos Aires.
Cabe destacar sus
publicaciones históricas
sobre los distintos barrios
de la Ciudad de Buenos Aires
y sobre “El pacto de San
José de Flores”.
Podía ser calificado como un
“hombre del renacimiento”
porque todo le interesaba,
todo lo absorbía y todo lo
enseñaba. Además del derecho
y de la historia era un gran
conocedor de filosofía,
teología, paleontología,
ciencias duras, matemáticas,
geografía, filatelia,
deportes, música sacra y
dibujo, entre otras
disciplinas, habiendo
llegado también a recibirse
como profesor de danza
folklórica.
Podía diálogar con grandes
pensadores sobre temas
filosóficos, políticos o
jurídicos, e igualmente
conversar de temas
cotidianos con gente
modesta, de trabajo, con el
“hombre del tablón” como el
los llamaba. Le encantaba
tener charlas con los
taxistas sobre historia de
los barrios, nombres de
calles o apellidos de Buenos
Aires.
Era un porteño de corazón,
que conocía todas las letras
de los tangos y que había
investigado desde la
criminología las conductas
de los personajes. Era socio
“protector” de la Academia
del Lunfardo.
Con su partida, Eduardo
Mario Favier Dubois (padre),
no dejó un “vacío” sino un
gran “lleno” en el mundo del
Derecho y de la Historia, en
el corazón de su numerosa
familia y en el de todas sus
amistades, por todo lo que
brindó en su vida y también
por el ejemplo que nos supo
legar... Falleció el 4 de
Julio de 2014, en la ciudad
de Buenos Aires, a la edad
de 94.
Carlos Davis
Fuente:
La Bocina - El Derecho Digital