La situación del "Almacén de
Alonso", ubicado en la
esquina de San Nicolás y
Aranguren es el más reciente
ejemplo de esta política:
"el 1º de octubre habíamos
logrado una cautelar y dos
días después un vecino nos
alertó que el edificio había
sido tirado abajo", comentó
a Télam Cecilia González de
los Santos, Defensora en lo
Contencioso Administrativo y
Tributario N°4 de la Ciudad
de Buenos Aires.
"El 4 informamos al Juzgado
que se había incumplido la
cautelar y pedimos que se
traslade la causa al fuero
penal por incumplimiento de
deberes de funcionario
público. El 11 solicitamos
una nueva cautelar
ratificando un pedido de
reconstrucción y pidiendo
que no se pueda edificar",
detalló González de los
Santos.
El Juzgado Contencioso
Administrativo Nº17, a cargo
del Marcelo Segón, no se
expidió sobre los pedidos y
directamente dictaminó una
sentencia en la que expresó
que la causa deviene en
"abstracto" porque el
edificio ya no existe.
"La resolución es arbitraria
porque el juez no puede
resolver el tema de fondo
sin un procedimiento
mediante el cual las partes
podamos presentar prueba, es
decir, no se dio el debido
proceso", detalló la
funcionaria.
La defensora apeló este
fallo que ahora debe
resolver alguna cámara del
fuero contencioso
administrativo, al tiempo
que el juzgado de primera
instancia deberá determinar
si da lugar a una multa de
20 mil pesos pedida para el
Procurador General de la
Ciudad por haber incumplido
la cautelar y, lo central,
impedir que se construya en
el predio.
"Una situación similar fue
la que sucedió en el Taller
Protegido 19 del Borda,
cuando el Gobierno de la
Ciudad ordenó la demolición,
estaba vigente una
cautelar", precisó.
González de los Santos pidió
que se "realice la
investigación
correspondiente por presunta
comisión del delito previsto
en el artículo 248 del
Código Penal". El artículo
248 del Código Penal refiere
a la pena de prisión hasta
dos años e inhabilitación al
funcionario público que no
ejecutare las leyes cuyo
cumplimiento le incumbiere.
El almacén tenía desde hace
un año el amparo de un
proyecto de catalogación con
estado parlamentario, lo que
hace imposible que la Ciudad
le otorgue un permiso de
obra. En abril pasado, los
vecinos de Salvar Floresta
denunciaron que se estaban
retirando los techos del
edificio para “crear el
hecho consumado”, y asumir
la multa correspondiente por
demoler sin permiso, como un
simple costo extra para
ejecutar una obra ilegal.
Carlos Davis
Fuente:
Telam - Diario El Comercial