Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288
POR LA MEMORIA
DE LOS PIBES Y LA PRISIÓN COMÚN DE VELAZTIQUI
Marcha por
los pibes de Floresta
28/12/2012
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Al cumplirse el
11º aniversario del asesinato de Maxi, Cristian y Adrián,
familiares y amigos de las víctimas convocan a marchar a
manera de repudio por la morigeración de la pena impuesta al
asesino Juan de Dios Velaztiqui. En el año 2003, Velaztiqui
fue condenado a prisión perpetua a instancias del Tribunal
oral en lo Criminal 13 porteño por “homicidio calificado por
alevosía”. Ahora el asesino cumple prisión domiciliaria por
tener 72 años. La marcha se realizará a las 18 hs de mañana
en la intersección de las avenidas Calchaquí y Florencio
Varela, localidad de Berazategui, en inmediaciones de la
casa de la hija de Velaztiqui.
“No lo podemos
creer. El fue condenado a perpetua en 2003 y solo lleva
cumplidos diez años preso",
el comentario fue de Angélica Van Eek, madre de uno de los
chicos, al enterarse en el mes de agosto pasado que
Velaztiqui se beneficiaba con arresto domiciliario por tener 72 años y
quedar
encuadrado en la ley 24.660
La norma
prevé que
el Juez de Ejecución Penal podrá disponer el
cumplimiento de la pena impuesta en detención
domiciliaria cuando el interno sea mayor de 70 años o
padezca una enfermedad incurable en período terminal.
En el
juicio oral realizado en 2003, Velaztiqui fue condenado
a la pena de prisión perpetua por el Tribunal Oral en lo
Criminal (TOC) 13 porteño, que lo halló responsable de
"homicidio calificado por alevosía".
Sobre la
marcha
Según dijo
a Télam Silvia Irigaray, madre de Maximiliano Tasca (23)
-una de las tres víctimas-, la marcha fue convocada para
las 18 hs de mañana, sábado 29 de diciembre, en la
intersección de las avenidas Calchaquí y Florencio
Varela, de la localidad bonaerense de Berazategui, en el
sur del conurbano, en inmediaciones de la casa de la
hija de Velaztiqui.
"No
queremos ningún incidente. Se trata de hacer un alerta y
memoria, esto no es un escrache", dijo Irigaray, en
referencia a que los manifestantes no señalarán el
domicilio del homicida, sino que sólo repartirán unos
10.000 afiches con su rostro para "concientizar a los
vecinos de que en el barrio vive un asesino".
La madre
de Tasca aseguró también que en los afiches figuran los
teléfonos de la Asociación "Madres del Dolor", de la que
es miembro y secretaria, para que los vecinos se
comuniquen para avisar "por si llegan a ver que (el
condenado) sale a la calle" en incumplimiento de la
prisión domiciliaria.
Además,
Irigaray dijo que ya le solicitó al ministro de Justicia
y Derechos Humanos de la Nación, Julio César Alak, que
en 2013 permita participar a "Madres del Dolor" de la
reforma y modificación del Código Penal, para la que una
comisión de juristas encabezada por el juez Eugenio Raúl
Zaffaroni se encuentra elaborando un anteproyecto.
"Yo voy a
pedir que eleven la edad en la que un condenado puede
pedir el arresto domiciliario de los 70 a los 80 años",
manifestó la madre de Tasca, y agregó que considera
"injusto" que Velaztiqui haya accedido a "la comodidad
de una casa" cuando ella ya no podrá "oír a Maxi decir
`Mami`".
El
triple crimen de los pibes de Floresta
Fue a las 4.10
de la madrugada del 29 de diciembre del 2001. Juan De Dios Velaztiqui, 61 años, custodio
de la estación de servicio de Gaona y Bahía Blanca, le disparó a Maximiliano
Tasca (25 años), a
Cristian Gómez (25), y por último a
Adrián Matassa (23). El motivo fue simple, inaudito, incomprensible: un
comentario realizado por los chicos había desatado su
locura.
Después vino la reacción del
barrio. El sitiamiento casi
de la comisaría
43º. Los balazos de goma y
los gases lacrimógenos. El
relevamiento de toda su
plana mayor.
Al día siguiente del triple
crimen se dio la primer
marcha. El barrio movilizado
pedía justicia, reclamaba
que este hecho aberrante
cometido contra tres de sus
hijos no quedara impune.
Exigía que algo de la lógica
civilizada se impusiera para
condenar un hecho de locura.
La lucha no ceso. La presión
se mantuvo. Las
movilizaciones se
sucedieron...
Finalmente el juicio vino y
la condena a prisión
perpetua dejó conforme a las
personas cercanas a los
chicos, aunque el miedo de
ver a Velaztiqui libre al cumplir los 70 años
continuó persiguiéndolos como un fantasma
que ahora toma cuerpo y se
materializa en un absurdo
legal, ilegítimo...
Once años pasaron desde
aquella madrugada en que Velaztiqui
actuó como si el tiempo no
hubiese transcurrido. Como si los
viejos métodos pudiesen
seguir siendo válidos. Como
si todo pudiera ocultarse,
componerse, arreglarse para
borrar lo sucedido. Como si
la gente no se hubiera
artado de la prepotencia y
de la impunidad...
Los
tiempos han cambiado. Nunca
más permitiremos que el
pasado regrese para
apropiarse de nuestras vidas,
de nuestros sueños, nunca más.
Somos los guardianes de
nuestros valores. Somos
bravos, pacíficos, estamos
firmes, y ahora lucharemos
para que Velaztiqui vuelva a
su lugar: la carcel.