La gran variedad de
las especies se corresponde con los distintos criterios
tenidos en cuenta a lo largo de los años. El último gran
plan de arbolado fue elaborado por el
paisajista Carlos Thays.
Algunas especies
como los Paraísos y los Álamos dejaron de ser plantados
por resultar nocivas o peligrosas, aunque otras, tales
como el Plátano (responsables de gran parte de las
alergias que sufrimos los porteños) siguen siendo
promovidas.
Si hablamos de los
ejemplares que fueron plantados directamente por los
vecinos (23.707 en total) la preferencia recae en el
ficus, seguido del pindó, el palo
borracho, el palto y el níspero.
Graciela Barreiro,
Directora del Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos
Aires comentó respecto a la cantidad de árboles: "Hay, aproximadamente, 0,18 árboles por habitante y el
ideal internacional es de 0,10". Estos números le
otorgan cierta tranquilidad a los porteños, ya que los
árboles contribuyen a oxigenar el ambiente y a regular
su temperatura.
Origen del
Arbolado de Buenos Aires
El área que hoy ocupa
la ciudad de Buenos Aires, ha sido desde sus albores una
zona con una muy escasa presencia de árboles, ya que la gran
estepa de gramíneas, de la que es parte, inhibía por
competencia el desarrollo de especies leñosas que solamente
encontraban condiciones adecuadas para su desarrollo en las
laderas de las lomas, en las riberas de los arroyos y en la
ribera del Río de la Plata.
Con bastante certeza
podemos decir que nuestra ciudad, pese a su intensa
urbanización, posee hoy muchos más árboles que los que tuvo
antes de su fundación, como así también podemos afirmar que
los hoy existentes fueron casi en su totalidad plantados por
el hombre.
Al referirnos a los
orígenes de nuestros árboles, podemos establecer las
siguientes agrupaciones:
Árboles de flora nativa
o autóctona: son aquellos que pertenecen a la flora de la
denominada biota rioplatense, es decir son las que
naturalmente vivían en la región antes del enclave de la
ciudad de Buenos Aires. Hoy sus representantes más populares
son el ceibo (Erythrina crista-galli), el timbó u oreja de
negro (Enterolobium contortisiliquum) y la palmera pindó (Syagrus
romanzoffiana).
Árboles de flora
argentina: son los árboles que crecen naturalmente en las
regiones fitogeográficas de nuestro país, distintas a la
correspondiente a la ciudad de Buenos Aires. Este
agrupamiento incluye a los árboles más vistosos de nuestra
ciudad tales como el jacarandá (Jacaranda mimosifolia), la
tipa (Tipuana tipu) y el lapacho (Tabebuia impetiginosa),
oriundos de la región de las yungas (Salta, Tucumán, Jujuy y
Catamarca) y el palo borracho (Ceiba speciosa) de las selvas
y bosques del nordeste (Misiones, Corrientes, Chaco y
Formosa).
Árboles de flora
exótica: comprende una gran cantidad de especies cuyo origen
se encuentra fuera de las fronteras de nuestro país. Es así
como por ejemplo encontramos a especies con origen tan
diverso como el fresno americano (Fraxinus pennsylvanica)
originario de la zona este y centro-sur de los Estados
Unidos, el paraíso (Melia azedarach) de la región del
Himalaya en Asia, el tilo (Tilia viridis x moltkei) híbrido
obtenido en Europa, al igual que el plátano (Platanus
acerifolia), o la casuarina (Casuarina cunninghamiana) de
Australia.
La comuna con más
cantidad de árboles es la 10 (Villa Luro, Vélez
Sarsfield, Floresta, Montecastro, Villa Real y
Versailles), que ostenta 2725 ejemplares por kilómetro
cuadrado; mientras que los barrios con menor cantidad de
árboles son Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San
Telmo, Montserrat y Constitución (comuna 1), que cuentan
con 831 por km2..
Carlos Davis
Fuente:
La Nación - Notas de archivo propio