DELITOS DE LESA
HUMANIDAD
Piden perpetua
para represores del Olimpo
23/10/2010
- El
Tribunal Oral Federal 2 que está juzgando a 17 represores
(entre ellos el Turco Julián, Samuel Miara y Raúl
Guglielminetti) por crímenes cometidos en los centros
clandestinos Atlético, Banco y Olimpo (ABO) terminó el lunes
pasado de escuchar los alegatos de todas las querellas. En
la última exposición, la querella del CELS, que representa a
Carmen Aguiar de Lapacó, solicitó la pena de prisión
perpetua para todos los acusados. El martes, los jueces
Jorge A. Tassara, Ana María D’Alessio y María Laura Garrigós
de Rébori comenzaron a escuchar la exposición de la
fiscalía.
|
En el juicio
también están imputados Carlos Alberto Roque Tepedino, jefe
del Batallón de Inteligencia 601 y Mario Alberto Gómez
Arenas, segundo jefe de la Central de Reunión del Batallón
de Inteligencia 601, aunque a ellos se los acusa por otro
hecho por el cual otra de las querellas también solicitó la
pena de prisión perpetua. |
La lista completa de
los acusados es la siguiente:
Samuel Miara,
subcomisario (R) de la PFA; Julio Héctor
Julio Héctor Simón,
oficial (R) de la PFA;
Raúl Antonio Guglielminetti,
ex agente civil de inteligencia del Ejército Argentino; Raúl
González, comisario (R) de la PFA; Eufemio Jorge Uballes,
subcomisario (R) de la PFA; Eduardo Emilio Kalinec,
comisario (R) de la PFA; Roberto Antonio Rosa, oficial (R)
de la PFA; Juan Carlos Falcón, principal (R) de la PFA; Luis
Juan Donocik, comisario (R) de la PFA; Oscar Augusto Isidoro
Rolón, oficial (R) de la PFA; Guillermo Víctor Cardozo,
primer alférez de Gendarmería Nacional; Eugenio Pereyra
Apestegui, primer alférez de Gendarmería Nacional;
Juan Carlos Avena,
oficial (R) del Servicio Penitenciario Federal;
Ricardo Taddei,
principal de la PFA, y
Enrique José Del Pino,
capitán del Ejército Argentino.
Como alguna
vez dijera el juez Rafecas, refiriéndose a las condiciones
de detención que se daban en los centros clandestinos que
nos ocupan: “las formas de maltrato o mortificaciones, los
procedimientos coaccionantes, la intensidad de los
padecimientos, el trato cruel con fines de menoscabo físico
y psíquico, el completo aislamiento, la violación de su
dignidad y respeto a su condición esencial de ser humano
irían en una alarmante escala ascendente”, donde “la
variedad y cantidad de personas que dan cuenta de las
condiciones inhumanas de vida, los tratos degradantes y la
tortura muestran que no son meros ejemplos de un evento
aislado, sino que los centros clandestinos estaban
diseñados, desde su mismo levantamiento material, para
proporcionar ese trato de manera estructural y sistemática”.
Carlos Davis
Fuente:
Centro de Información Judicial - Notas de
archivo propio