EL REPRESOR
URUGUAYO QUIERE QUEDARSE EN BRASIL
A Cordero le
gusta Brasil
12/01/2010
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Los abogados del
represor uruguayo Manuel
Cordero Piacentini presentaron dos pedidos de habeas corpus
ante la justicia brasileña intentando, por este medio,
frenar su extradición hacia argentina.
Cordero, ex coronel y agente
de inteligencia del ejército uruguayo, fue detenido en
febrero de 2007 en la ciudad brasileña de Santana do Livramento
cuando se hallaba prófugo, tanto de la justicia argentina
como de la uruguaya. Hace pocas semanas atrás Cordero
denunció por acoso a dos periodistas uruguayos quienes lo
fotografiaron en la calle, violando su prisión domiciliaria.
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En uno de los recursos, la
defensa "impugna el proceso
de extradición juzgado en
agosto pasado" por la corte
y alega que Cordero (71
años) "ni siquiera fue
acusado en Argentina". Los
abogados de Cordero alegan
que hubo "omisión y
violación de tesis
relevantes de defensa", y
que hay "manifiesta
inviabilidad" para la
extradición. |
En el otro
habeas corpus se justificó que Cordero "sufre de graves
problemas cardíacos y que necesita urgentemente de una
cirugía" por lo que se pidió autorización para que pueda
viajar a Porto Alegre con el objeto de realizarse distintos
exámenes del corazón.
Cordero, ex coronel y agente
de inteligencia del ejército uruguayo, fue detenido en
febrero de 2007 en la ciudad brasileña de Santana do Livramento por sendos requerimientos de la justicia
argentina y uruguaya.
Al ser
indagado por las autoridades de Porto Alegre negó haber
operado en Automotores Orletti. Afirmó que había sido
indultado por Menem y que estaba siendo víctima de una
venganza... Cordero negó haber participado en la represión
de uruguayos en Argentina en el marco del Plan Cóndor.
A pesar de sus dichos,
la justicia argentina insistió con el pedido de extradición
y estuvo a punto de conseguirlo en junio del 2008.
Sin
embargo, el 12 de
setiembre, el Juez
Marco Aurelio Mello, votó contra la medida.
A juicio del
magistrado brasileño, Cordero no debía ser extraditado a
Uruguay, porque tiene preferencia el país donde ocurrió el
delito, y tampoco a Argentina, porque los delitos de
homicidio y formación de banda ya habrían prescrito.
Defensores de
los Derechos Humanos de los tres países involucrados
rechazaron enfáticamente la posición por considerar que va
contra la jurisprudencia internacional, habida cuenta que
los crímenes de lesa humanidad no prescriben, ni son
susceptibles de gracia o beneficio.
El caso Cordero
hoy
Cordero cumple
prisión domiciliaria en su casa de Santana do Livramento,
Rio Grando do Sul, situación que arrastra desde que fue
detenido en el año 2007. El militar retirado está casado con
una brasileña desde hace 32 años. Sin embargo quedó claro, a
partir de las fotos tomadas en diciembre pasado por los
periodistas uruguayos Gerardo Hernández y Omar Leyera, que
el beneficio de la prisión domiciliaria era violado
sistemáticamente por Cordero. La única defensa ensayada por
el represor consistió en denunciar a los periodistas por
"acoso", acusación que fue desestimada por las autoridades
ya que las fotos habían sido tomadas en la vía pública.
El pedido de
extradición de la justicia argentina finalmente fue elevado
al Superior Tribunal Federal (el equivalente a nuestra Corte
Suprema de Justicia) quien aceptó la acusación
contra Cordero, a quien se hizo responsable de once
desapariciones y el secuestro de un niño.
Este último
delito se refiere a la desaparición de un niño argentino en
1976, que reapareció luego en el 2002. El caso se inició con
la denuncia de la madre del niño, Sara Méndez, quien fuera
secuestrada en Buenos Aires el 13 de julio de 1976. El hijo
de Sara, Simón Riquelo, que por aquel entonces tenía apenas
22 días de vida, fue robado y entregado a una familia
sustituta. Sara fue torturada por Cordero en
Automotores Orletti, trasladada ilegalmente a Montevideo,
recluida en otros dos "pozos" y condenada a 5 años de cárcel
por la Justicia militar.
Desde su
liberación, Sara Méndez se constituyó en un símbolo de la
búsqueda de los niños desaparecidos y en 2002, veintiséis
años después, logró encontrar a su hijo Simón que había sido
entregado a la familia de un policía argentino.
Carlos Davis
Fuente:
EFE - Notas de archivo propio