Con la firme voluntad
de servir a Cristo junto a los más humildes instaló su
fraternidad en un conventillo que compartía con varias
familias en la ciudad de Buenos Aires, mientras cumplía su
sueño de dedicarse al mundo de los barrenderos; en 1973
recibió su nombramiento por la Dirección General de Limpieza
de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la dictadura
militar fue consciente del peligro que corría por la
represión que había golpeado a numerosos religiosos, pero
prefirió no viajar al exterior por considerar que esta era
una opción de privilegio.
A las 8.30 del 14 de
junio de 1977 fue subido a un Falcon mientras limpiaba, como
todas las mañanas, en la intersección de las calles
Magariños Cervantes y Terrero (otras fuentes mencionan que
el hecho ocurrió en Segurola al 1000). Algunos testimonios
afirman que fue llevado al centro de detención El Atlético y
según rumores fue posteriormente trasladado a Campo de Mayo.
Lo cierto es que nunca más se supo de él.
Mauricio Silva, quien
partía todas la mañanas a realizar sus tareas desde el viejo
corralón Municipal de Gaona y Gualeguaychu, finalmente logró
el reconocimiento de la ciudad cuando en el año 2003 la
Legislatura porteña votó la ley 1032, que designa al 14 de
junio como el "Día del Barrrendero".
Un poema en su
homenaje
María Teresa Cervantes
Loredo, escribió a La Floresta para hacernos conocer un
poema que escribió en homenaje al Hermano Mauricio Silva al
cumplirse 30 años de su desaparición. Lo conoció en
Venezuela en 1977, unos meses antes de su secuestro. Creemos
que es una buena oportunidad para compartirlo con ustedes.
Mauricio, hermano
María Teresa Cervantes Loredo
1977 – 2007 14 de Junio
Fue breve nuestro
encuentro
en tierras de Bolivar
Tú arriesgándolo todo,
Yo, descubriendo el mundo.
¡¡¡ Entrañable ciruja !!!
¡¡¡ Pepenador(*) glorioso !!!
¡¡¡ Tan presente !!!
¡¡¡ Tan ausente !!!
Sigues… hurgando en mi conciencia,
limpiando los caminos,
desbrozando futuros,
barriendo la inmundicia,
recogiendo lo mejor de nosotros,
reciclando ternura.
*Del Nahuatl,
pepena, que recoge la basura.
Carlos Davis
Fuente:
Gloria Sellera - María Teresa Cervantes Loredo - Notas de archivo propio
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