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Floresta: nombre dado por Ordenanza N° 26.607 B.M. 14.288

UNA ALUMNA DEL BARRIO ESCRIBE SOBRE LA NUEVA ESCLAVITUD

¡No! a los talleres clandestinos

10/11/2009 - Una escuela del barrio, el Instituto Luján Porteño (sito en Francisco Bilbao 3476), cuenta con unos 160 alumnos que cursan el bachillerato con orientación en Comunicación Social. Uno de ellos, Andrea Sittner, se puso en contacto con "La Floresta" para mostrarnos el trabajo de opinión que realizó sobre los "Talleres Clandestinos". El escrito forma parte de un trabajo especial que los alumnos de 5º año realizan sobre el tema "Una problemática en tu barrio". Creemos que es útil conocer la forma en que una chica de nuestro barrio percibe a este drama que atraviesa nuestra geografía.

Andrea Sittner nos cuenta: "concluyendo el año, cada alumno de 5º año debe presentar un trabajo para las materias "Proyecto" y "Comunicación Comunitaria" cuyo tema este relacionado a alguno de los problemas que afectan al barrio. A mi se me ocurrió escribir sobre los talleres clandestinos, naciendo la nota de opinión que hoy presento.."

Cada vez son más los talleres clandestinos, esta situación trae aparejada que los derechos humanos que poseen todas las personas queden en un segundo plano hasta llegar al punto de no tener casi nada de valor e importancia.

Nacemos en una sociedad que impone ciertas leyes que deben ser cumplidas para un buen funcionamiento como Nación y que la convivencia de todos los habitantes de dicha sociedad pueda ser posible. Pero los talleres clandestinos, van en contra de los derechos de las personas, todo ser humano nace libre y en igualdad de derechos y dignidad, por lo tanto nadie puede ser sometido a tratos crueles, inhumanos o degradantes, como los que ocurren día a día en la actualidad, quizás nadie los ve, pero la otra verdad es que todos son, o mejor dicho, somos conscientes que “algo” anda mal.

No podemos permitir que cada vez se construyan más talleres clandestinos, y esta construcción se realiza sobre nosotros, que somos la base de la sociedad, responsables de que esta funcione. Nadie hace, ni se compromete para que la situación que estamos viviendo se revierta, hay que tener en cuenta que para poder llegar a conseguir esa convivencia casi perfecta se debe respetar en primera instancia los derechos de Todas las personas y no solo de algunas, porque estas tienen una importancia primordial que no debería ser ignorada. Si la idea es que no se construyan más talleres clandestinos y que los que ya están desaparezcan, es elemental entender y comprender la dimensión, en cuanto importancia, que poseen los derechos de las personas.

A continuación, mencionaré un derecho sumamente necesario para la vida del ser humano, que está estrechamente relacionado con el tema que nos preocupa. El derecho a LA LIBERTAD DE TRABAJO, fundamentado en la igualdad de las personas. Este derecho rompió con las reglas impuestas por la sociedad jerárquica que sometía a algunos hombres a situaciones de esclavitud, soportando un tipo de labor inhumano. En aquel tiempo, la libertad de trabajo, se podría decir, era escasa y solamente la podían disfrutar algunos. Con el paso de los años, aquellos que luchaban por esta preciada libertad, pudieron instalar en la sociedad la idea de que el trabajo es un derecho y una condición de la vida por medio del cual las personas proveen sus necesidades. Pero la creación de los diferentes talleres clandestinos, hizo que esta idea promulgada por los revolucionarios de aquella época, se desmorone por completo, instalando otra vez en la sociedad la errónea creencia de que los derechos son beneficios a los que solo pueden acceder algunos.

Como sociedad, deberíamos comprometernos a dejar anulada, por completo, la esclavitud, ya que forma parte de un delito, y el trabajo realizado por todas las personas sometidas a los talleres clandestinos es sumamente ilegal, porque no cumple de ninguna manera con las condiciones básicas necesarias para un trabajo digno, la gente es explotada y se encuentra atrapada en ese mundo infrahumano. Por lo tanto, el trabajo forzoso de estas personas se puede considerar como una forma de esclavitud, diferente a la de antes, pero no por eso menos cruel.

Hay que tener en cuenta que las personas que vienen a nuestro país a trabajar nunca se imaginan que se encontrarán con lo que luego vendrá, y si los explotados siguen trabajando en esas pésimas condiciones es porque realmente lo necesitan, ya sea porque no consiguen otro trabajo o por lo que fuera. También existe otra verdad que en este caso es egoísta, se trata de que la mayoría de los que luchan para que los talleres clandestinos no existan más, tiene como objetivo una mejora en las ganancias económicas propias, porque el trabajo de gente, generalmente extranjera, sobre exigido y mal pagado, no beneficia en absoluto al mercado y a los que viven en Argentina e intentan que su trabajo sea valorado como se merece.

Si bien este argumento no es malo, es más, es muy válido, creo que lo más importante es defender la vida de las personas que trabajan como si no lo fuesen, a ellos nadie los respeta, sus derechos son violados y esto es una vergüenza, no se puede permitir la humillación hacia otra persona, todos tenemos que ser respetados, todos tenemos que respetar y, actualmente esto no sucede.

Intentando cambiar esta situación se puede llegar a hacer algo por los demás, pero no se trata de intentar desde nuestro lugar, el hecho es ponerse en la piel del otro, aquel que trabaja más horas de lo permitido, que soporta situaciones límites para poder, quizás, alimentar una familia, o simplemente aquel que vino a Argentina en busca de algo mejor y se encontró con un lugar muy parecido a su país, que no respeta sus derechos. Entender que todos somos iguales, que las personas deben gozar del derecho a un trabajo digno y en blanco, es el principio de la lucha en contra de los talleres clandestinos, que no pueden seguir funcionando, porque dentro de estos lugares que no respetan a las personas, hay gente que desea vivir de otra manera, y cambiar su situación depende sola y exclusivamente de la voluntad de nosotros como integrantes de esta sociedad.

Andrea Sittner

NdR: Alumna del Colegio "Lujan Porteño" - Francisco Bilbao 3476 - Parque Avellaneda


  
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29 de Agosto
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(Datos julio 2001)

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