El Polo Textil Barracas
había sido anunciado con
alegría, como un proyecto
social ambicioso, durante
los primeros días de
diciembre de 2007. En él se
afincarían varias
cooperativas compuestas
mayoritariamente por
personas liberadas de los
talleres clandestinos,
lugares intervenidos por la
justicia debido a que se
utilizaba mano de obra
barata proveniente del
llamado "trabajo esclavo".
El inicio de actividades del
Polo Textil debió llevarse a
cabo en el mes de marzo del
2008, aunque el cambio de
autoridades retrasó las
obras de remodelación y el
proyecto corrió el riego de
quedar en el olvido.
“Mi esperanza es poder ganar
un salario en un trabajo
digno y no estar enfrente a
una máquina catorce horas
por día, en un lugar donde
la gente duerme en el mismo
taller”, dijo a Página/12
Carlos Apala, uno de los
trabajadores del taller de
Deán Funes al 1700,
clausurado hace un año por
la Justicia.
Con referencia a la baja
cantidad de trabajadores
inscriptos para tomar un
lugar en el Polo, Gustavo
Vera apuntó: “Al principio
se habían anotado más de
cien costureros, pero se
demoró tanto la construcción
que muchos se desalentaron”,
“confiamos en que vuelvan
ahora, con la inauguración”,
agregó.
La iniciativa del Polo
Textil se inscribe dentro
del Programa de Compromiso
Social Compartido para la
industria de la
indumentaria, que el INTI
viene impulsando desde
Agosto del 2006. Ya han
adherido al mismo, a través
de sus sistemas de compras y
licitaciones de
indumentaria, el Ministerio
de Defensa de la Nación y la
Dirección de Escuelas de la
Pcia. de Buenos Aires.
Carlos Davis
Fuente:
Prensa Cooperativa de
Trabajo "La Alameda" -
Página 12 - Notas de archivo
propio