LA CIUDAD
resguardaría A ESTOS ICONOS DEL DISEÑO INDUSTRIAL
Protegerían
al edificio de "La Usina"
06/12/2009
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Se encuentra
presentado en la Legislatura porteña un proyecto de ley que
daría distintos grados de protección a los edificios que
fueron construidos para prestar servicios de generación,
transformación y distribución de energía eléctrica en la
ciudad. Entre ellos se halla la
Sub Usina de la Compañía Italo Argentina de Electricidad
ubicado en Venancio Flores
3693, a metros de la estación Floresta. El proyecto de la
Dip. de Anchorena requerirá de una doble lectura, por lo que
luego de la 1º aprobación pasará por una audiencia pública
volviendo al recinto para su aprobación definitiva.
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El proyecto propone la
catalogación de los
inmuebles componentes del
sistema de generación,
transformación y
distribución de energía
eléctrica en la Ciudad de
Buenos Aires que, más allá
de su función, se han
convertido en parte del
patrimonio arquitectónico e
histórico de la ciudad, por
sus singulares
características edilicias. |
La iniciativa
de la Diputada de Anchorena ya había sido presentada
anteriormente (año 2007), y a pesar de contar con la
conformidad del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales y de
la Comisión Especial de Patrimonio Arquitectónico y
Paisajístico, perdió estado parlamentario a principios del
corriente año, por lo que el actual proyecto no hace más que
continuar con el trabajo que ya se había iniciado años
atrás.
Creo que resultará de
interés de los lectores la lectura de los fundamentos del
proyecto,
escrito que nos introducirá en la historia de la generación
y distribución de la energía eléctrica porteña...
"El uso de
energía eléctrica en la ciudad se remonta a la segunda mitad
del siglo XIX cuando comenzaron a hacerse en Buenos Aires
las primeras experimentaciones en busca de una nueva fuente
de iluminación, que hasta entonces era a gas, y entre 1880 y
1907 se instalaron las primeras empresas. En el año 1887 se
crea en Buenos Aires la Compañía de Electricidad de Buenos
Aires y en 1901 se instala la Compañía Alemana
Transatlántica de Electricidad (CATE), que luego de la
Segunda Guerra Mundial se transforma en la “Compañía Hispano
Americana de Electricidad” (CHADE).
Hacia 1904
sólo el 30% de la superficie de Buenos Aires tenía servicio
de iluminación urbana, a cargo de la CATE, que poseía 4
usinas en 4 barrios. En 1909 se construyó la Usina Dock Sud,
una de las mayores del mundo en esa época. En el año 1906 la
Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad (CATE)
adquirió cuatro manzanas de terreno para construir una gran
usina de energía eléctrica. Una vez inaugurada se convirtió
en el mayor emprendimiento eléctrico de Sudamérica. El
proyecto original fue realizado por la empresa Algemeine
Elektrizitats Gesselleschat (AEG). Luego, en 1912, la
Compañía Ítalo Argentina de Electricidad, fundada por el
Ing. Juan Carosio, inauguró la Usina Pedro de Mendoza,
pintoresco y enorme edificio diseñado por Juan Chiogna.
Buenos Aires pasaría entonces a ser una de las ciudades
mejor iluminadas y de mayor vida nocturna del mundo.
"En
1916 la Compañía Italo Argentina de Electricidad construye
una usina en las calles Benito Pérez Galdós, avenida Pedro
de Mendoza y Agustín R Caffarena, en el barrio de la Boca.
Se trata de un inmueble cargado de valor patrimonial debido
a su expresión arquitectónica de estilo romántico lombardo".
Posteriormente, en el año 1919, la CATE pasa a ser la CHADE
(Compañía Hispano Americana de Electricidad), y en 1936 se
convierte en la CADE (Compañía Argentina de Electricidad),
transformándose en una sociedad mixta denominada “Servicios
Eléctricos Gran Buenos Aires”, SEGBA, que es estatizada en
1961.
Estas
compañías construyeron usinas, subusinas y estaciones de
transferencia que, como se dijo, se transformaron en
referentes arquitectónicos reconocidos en la ciudad,
sobrepasando sus funciones meramente tecnológicas.
Entre
estos inmuebles se destacan especialmente los de la CIAE
(Compañía Italo Argentina de Electricidad) que, a partir de
su fundación en 1911, formó una red para cubrir los
servicios eléctricos en la ciudad de Buenos Aires y sus
alrededores, compuesta por construcciones de diverso porte
de acuerdo a un plan general que cubría la totalidad de los
barrios porteños.
Muchos de
estos inmuebles fueron construidos entre 1910 y 1920 por el
arquitecto italiano J. J. Chiogna, quien les otorgó
características arquitectónicas particulares al adoptar el
estilo “románico lombardo”, considerado estilo nacional de
Italia en ese momento, posiblemente buscando un acercamiento
con la vasta comunidad italiana de la ciudad.
El estilo
adoptado por la “Italo”, como se conocía comúnmente a la
empresa a pesar de que su origen era suizo y no italiano, se
convirtió rápidamente en su marca distintiva e hizo que
estos inmuebles se convirtieran en parte fundamental del
patrimonio de la ciudad.
El cuidado
puesto en la desarrollo de esta imagen demuestra la
consideración dada a los lugares de emplazamiento de estos
inmuebles, reduciendo al mínimo posible el impacto que
generarían en su entorno. El siguiente extracto del Diario
La Razón, escrito con motivo de la inauguración de la usina
“Pedro de Mendoza”, da testimonio de lo mencionado:
“Mediante la acertada y armónica aplicación de un estilo
puro italiano, la CIAE ha logrado evitar en las calles
céntricas e importantes la rusticidad propia de los
edificios industriales, formando a la vez la estética
edilicia”.
Es interesante
destacar la adaptabilidad del estilo adoptado a las
distintas escalas de los edificios construidos, desde la
imponente monumentalidad de los inmuebles de mayor
envergadura, como la usina “Pedro de Mendoza” construida en
1916 que se asemeja más a un castillo lombardo que a un
edificio industrial, hasta las subestaciones y cámaras
transformadoras de dimensiones mínimas que, insertas entre
monótonos edificios, se convierten en insólitos puntos de
atracción visual.
A pesar de la
predominancia del estilo italianizante se destacan dentro de
la red otros ejemplos relevantes construidos con
posterioridad, que tienen reminiscencias del estilo
funcionalista inglés y alemán, vigentes en la primera mitad
del siglo XX, como las usinas de Tucumán 2453 y Tte. Gral.
Perón 1374.
Es
imprescindible asimismo mencionar las usinas “Puerto Nuevo”,
de la CHADE, y la “Dr. Carlos Givogri”, de la CIAE, ubicadas
en Puerto Nuevo y ambas de escala monumental. Fueron
construidas circa 1930, con proyectos de los arquitectos
Enrique Derée y Eugenio Dhuicque y del arquitecto Molinari,
respectivamente. Para su resolución se prescindió nuevamente
del estilo románico lombardo y estas usinas se asemejan más
a la estética predominante en la época de su construcción,
con reminiscencias de los estilos art decó y neoclásico.
La mayor parte
de los edificios componentes de la red, que son propiedad
del Estado Nacional Argentino, continúan en funcionamiento
como estaciones generadoras y distribuidoras de energía
eléctrica y están en poder de las empresas EDESUR y EDENOR,
actuales concesionarias del servicio, sin embargo, algunos
de ellos fueron desafectados de sus funciones originales y
refuncionalizados para usos diversos.
Se destacan en
este sentido la usina “San Antonio”, sita en San Antonio
1075/79 hoy convertida en industria gastronómica, la usina
“Pedro de Mendoza”, convertida por el Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires en “Usina de la Música”, la usina de
Montevideo 919, en la que actualmente funciona el Museo de
la SHOA, y la de Costa Rica 4550 que fue adaptada para la
localización de viviendas. Estas refuncionalizaciones, no
obstante, no alteraron de manera alguna la fuerte impronta
de estos particulares edificios que se conservan como hitos
referenciales dentro de los barrios".
Carlos Davis
Fuente:
Boletín Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires - CEDOM